
AFECTOS. Walter "Petiso David" Lobos saludados recibe el cariño de sus hijos.

En su investigación por lavado de activos, el fiscal Agustín Chit logró descubrir la trazabilidad de los casi $500 millones que habría blanqueado Walter “Petiso David” Lobos, fondos que habrían provenido de la comercialización de drogas. La particularidad del caso es que el procesado por una causa vinculada al narcotráfico habría utilizado a una ex pareja, su actual esposa, cuatro hijos y a su madre.
El expediente se abrió casi de oficio, a partir de las ostentaciones que Lobos exhibía en redes sociales. Viajes a distintos países y joyas de oro encendieron las alarmas. Un equipo coordinado por la auxiliar fiscal Julia Vitar, junto con el trabajo de campo realizado por una división especializada de la Policía Federal, logró reconstruir los movimientos financieros del grupo familiar. También se determinó que la mayoría residía en Yerba Buena y que los ingresos que percibían como empleados estatales no se correspondían con el nivel de vida que llevaban.
“Mi defendido realiza numerosas actividades comerciales, especialmente compra y venta de vehículos, préstamos personales a amigos y operaciones financieras con dólares. Puede existir alguna evasión impositiva, pero jamás lavado de activos provenientes del narcotráfico”, sostuvo Augusto Avellaneda, defensor de todos los imputados.
EN LA MIRA. Gisselle Rocío Lobos mostró las operaciones que realizaba en redes sociales.
Chit tiene otra visión sobre la situación del principal investigado. “Del análisis integral de la información patrimonial, tributaria, registral y migratoria de Lobos se desprenden inconsistencias significativas entre su nivel de ingresos declarados y los bienes y gastos registrados a su nombre”, destacó. “Al respecto, cabe señalar que actualmente Lobos carece de ingresos declarados. No tiene relación laboral registrada ni está inscripto ante la AFIP, ni tributa impuesto alguno”, añadió.
Cuestión de familia
Según la investigación, el acusado utilizaba a sus parientes para llevar adelante la maniobra. Por ejemplo, Ana Sofía Pampone Míguez, su actual pareja, quien estudia Derecho en una universidad privada, realizó movimientos económicos por $300 millones en un período de tres años. En lo que va de 2025, los pesquisas descubrieron que ambos realizaron viajes a Punta Cana (República Dominicana), Ecuador y Colombia. El único ingreso registrado a nombre de la joven era su sueldo como empleada estatal.
El caso de Lobos resulta llamativo. “Él vive para sus hijos. Se encarga personalmente de su cuidado y de que a ninguno le falte nada”, comentó Pampone Míguez el día en que el padre de su hijo se presentó ante la Justicia. Varios de ellos concurrían a los mejores establecimientos educativos de Yerba Buena y quienes decidían continuar estudios universitarios lo hacían en instituciones privadas.
DE VACACIONES. Ana Sofía Pampone Míguez con su pareja en uno de los viajes que hicieron.
Sin embargo, en el expediente aparecen mencionados cuatro de los diez hijos que Lobos tendría con distintas mujeres. Ellos son:
•Giselle Rocío Lobos: en la causa figura como presunta propietaria de un quincho que alquilaba para fiestas. Realizaba compras mayoristas de ropa y también ofrecía préstamos personales a través de Facebook, otorgados con garantías como vehículos, oro u otros bienes de valor superior al monto prestado. En esa misma red social vendía autos, motos y joyas de oro. En el expediente consta que percibía un salario como empleada estatal y que realizó varios viajes al exterior, especialmente a Estados Unidos.
•Román Lobos: en su cuenta de Instagram publicó una tarjeta con su nombre en la que anunciaba que brindaba servicios financieros, otorgaba préstamos personales y realizaba operaciones de compra y venta de dólares y joyas.
•Lautaro David Lobos: alcanzó la mayoría de edad en marzo, por lo que no se hallaron bienes a su nombre. No obstante, se detectó que recibió más de $1 millón en su billetera virtual por parte de Pampone Míguez, fondos que luego eran reenviados a otras personas, principalmente a la pareja de su padre.
•Abel Lobos: los investigadores determinaron que solo tuvo una actividad laboral registrada en 2016, cuando habría cobrado tres sueldos como empleado estatal. Sin embargo, en el expediente figura como la persona que contrató más de diez pólizas de seguros para vehículos de alta gama. Es el único integrante de la familia que se encuentra detenido, tras haber sido condenado por robos violentos. Su nombre apareció en crónicas policiales al descubrirse que mantenía una activa participación en redes sociales, pese a que el uso de teléfonos celulares está restringido en las unidades penitenciarias de la provincia.
POLÉMICA. Abel Lobos subía fotos a las redes sociales desde el penal de Villa Urquiza.
•Katya Priscila Lobos: según los investigadores, no registra actividad laboral y percibe una asignación familiar. En el expediente consta que recibió una transferencia de $2 millones por parte de su hermana Giselle Rocío.
“El fiscal tiene la obligación de investigar todo, pero considero que fue excesivo indagar sobre los hijos de Lobos. Ellos no tienen nada que ver. No es delito recibir dinero u obsequios, ni haber participado en la venta de vehículos usados para intentar progresar”, sostuvo Avellaneda.
Otros eslabones
En el expediente aparecen otras dos mujeres que, según sus allegados, fueron importantes en la vida de “Petiso David”. Una de ellas es María Valeria Linch, ex esposa y madre de sus hijos. La investigada no tiene empleo registrado ni figura ante los organismos de control con actividad económica alguna, y solo percibe una asignación familiar del Estado. Sin embargo, entre 2016 y 2022 realizó viajes a Brasil, Chile, Panamá, México y Qatar. Los pesquisas confirmaron que solo posee un VW Gol a su nombre, aunque entre 2019 y 2023 activó al menos 46 pólizas de seguros de vehículos.
La otra es Mercedes Galván, madre del presunto líder de la organización. Su único ingreso es un haber jubilatorio que comenzó a percibir en 2021. No obstante, los investigadores detectaron movimientos millonarios en sus cuentas, así como la titularidad de pólizas de seguros de vehículos que no posee.











