Retrocrítica: debemos volver al mejor Jarmusch

Retrocrítica: debemos volver al mejor Jarmusch

Para este fin de semana te sugerimos ver una de las grandes obras maestras del cine.

Retrocrítica: debemos volver al mejor Jarmusch
01 Mayo 2021

Daniel Medina

Tres actores. Veinte días para filmar una película con sólo 11 técnicos y un presupuesto mínimo. Todo en blanco y negro. No hay grúas y la cámara prácticamente se queda quieta a lo largo de los 89 minutos que dura el film.

Un bodrio somnífero, pensará cualquiera. Pero allí, donde el más experimentado naufragaría, Jim Jarmush amalgama una poesía inolvidable. “Extraños en el paraíso” (Stranger than Paradise, 1984) es el título de esta obra maestra.

Retrocrítica: debemos volver al mejor Jarmusch

La película comienza con una muchacha de espaldas, los aviones cruzan a lo lejos, más adelante sabremos que su nombre es Eva, que es húngara y que acaba de llegar a los Estados Unidos para encontrarse con su primero. Pero cuando comienza la película es sólo una silueta con dos maletas y luego se da vuelta y empieza a caminar y la cámara la acompaña por esas calles desvencijadas y acá empieza a sonar el tema 'I Put a Spell On You', que nos llega como aullidos desesperados. En cierto modo, esta película es la historia de tres desesperados. Está Eva, que después encontrará a su primo y conocerá a su amigo, y los tres están de alguna manera perdidos en esa ciudad, aunque ellos dos vivan ahí desde hace años. Todos son extranjeros y extraños en ese pseudo-paraíso.

La película es la historia de esa incomunicación, de desencuentros, una mezcla bizarra de silencios nada incómodos y de chistes tontos y graciosos al mismo tiempo. “Jarmusch tiene poco interés en el relato en sí mismo (y de ahí el así llamado 'aire europeo' de sus films), y elige en cambio contar chistes malos colmados de derivaciones descabelladas, digresiones impredecibles, concentrándose intensamente en lo que ocurre en un momento determinado. Aunque sus diálogos tienen una cualidad espontánea e improvisada (a la manera de la escuela de los poetas de Nueva York), de hecho están elaboradamente escritos, con gran sensibilidad a los matices de la oralidad, obra de un verdadero escritor. A tal punto que algunos de sus personajes más memorables son extranjeros que luchan por dominar el inglés”, escribe Paul Auster, otro escritor que también decidió hacer cine.

Jarmush ha hecho más películas, desde luego. Algunas geniales, otras no tanto. “Extraños en el paraíso” es la mejor puerta de entrada a su filmografía.

Es probable que algunos los vean como desheredados, como pruebas irrefutables del futuro oscuro de la existencia y la sociedad. Sin embargo, ésta parece una lectura errónea, porque hay magia en esa tristeza, esperanza en toda la melancolía.  Es verdad que la existencia de estos personajes se nos presenta como absurda, pues están constantemente a la deriva; pero a ellos nos les importa: sus vidas no tienen sentido, no se han trazado meta alguna, así que no la sufren.

Paul Auster también habla del 'toque Jarmusch', cuando se refiere a esa “mezcla inimitable de humor inexpresivamente imperturbable, tropelías disparatadas e imágenes de exquisita factura.”

Antes de ser director de cine Jarmusch fue poeta en Nueva York. De alguna manera esto influye en sus películas, aunque es difícil precisar muy bien cómo; quizá se ve en el poco peso que tienen las historias dentro de las películas, nunca son más que pequeñas estructuras sobre las cuales se improvisan diálogos, donde los personajes están constantemente tomándose el pelo.

“Café y Cigarrillos”, una obra posterior, no es más que una sumatoria de charlas en confiterías: dos tipos tomando un café, fumando y hablando y a veces ni siquiera hablan, porque los silencios y momentos muertos imperan; aunque hay que decir que son momentos muertos llenos de vida.



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