02 Octubre 2020
Mientras San Martín luchaba primero contra la AFA y después recurría al TAS, el resto de los equipos de la Primera Nacional comenzaron a reforzarse con la idea fija de aprovechar la chance que les daría el Comité Ejecutivo.
“Hay gente que sabe qué torneo se va a jugar y se está reforzando. Lo que se está haciendo es insólito y una injusticia. Parece que lo que hicimos no vale nada. Tigre y Barracas se refuerzan para una guerra atómica”, denunció hace algunos meses Roberto Sagra.
Barracas Central, equipo ligado a Claudio Tapia y Tigre, que estaba muy lejos de los primeros lugares al momento en el que el torneo se detuvo, comenzaron a sumar jugadores. Mitre, Alvarado de Mar del Plata, Brown de Adrogué, Temperley y Estudiantes de Río Cuarto también se movieron con fuerzas en el mercado y potenciaron sus planteles. Hoy, el presente indica que el “Santo” empezaría en desventaja no sólo con respecto a Atlanta y a Defensores de Belgrano, los que mantuvieron la base de los equipos que los llevaron a ser protagonistas en el certamen que quedó trunco, sino también con aquellos que zafaron gracias a la decisión de suprimir los descensos que tomaron los dirigentes de calle Viamonte.
San Martín fue el mejor mientras duró la competencia, pero hoy no le vale de nada. “Quizás los equipos que estaban arriba tengan alguna ventaja deportiva”, deslizaron desde la AFA, aunque esa especie de “ventaja” sería sólo la de definir de locales las llaves.
“Traguen veneno, acepten la injusticia que todo se equilibra al final”, dijo alguna vez Marcelo Bielsa. Y eso deberán hacer en La Ciudadela. Sacar fuerzas del golpe es lo único que queda para resurgir.
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