El turismo espacial viaja al infinito... y más allá

El turismo espacial viaja al infinito... y más allá

Bezos, Musk y el cambio de paradigma en la exploración del espacio exterior.

EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO PARADIGMA. “Mis expectativas eran altas y fueron superadas drásticamente. Fue el mejor día de mi vida”, dijo Bezos.  EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO PARADIGMA. “Mis expectativas eran altas y fueron superadas drásticamente. Fue el mejor día de mi vida”, dijo Bezos.

El multimillonario Jeff Bezos, por medio de su firma Blue Origin, logró el martes pasado, un vuelo de más de 10 minutos al espacio, inaugurando así la era del turismo espacial.

Este viaje al espacio (fue realizado el día en que se cumplían 52 años del primera alunizaje por parte del Apolo 11) se concretó a bordo de la nave New Shepard y estableción una experiencia que parece narrada por la ciencia ficción. Lo que sucedió con el vuelo de la empresa Blue Origin es un paso importante camino al turismo espacial por haber sido el primer vuelo no pilotado y con una tripulación totalmente civil.

Bezos, dueño de Amazon, viajó al espacio durante 11 minutos acompañado por su hermano Mark, la pilota Wally Funk (tiene 82 años) y el estudiante Oliver Daemen (tiene 18 años). Ella se convirtión en la persona de más edad en salir de la Tierra. Daemen, en el más joven.

En una cápsula con amplias ventanas, la tripulación pudo jugar sin la gravedad y disfrutar de una vista a la Tierra única e impensada por el resto de la humanidad. Ese es el objetivo del trabajo de Bezos: inaugurar con este hito la era del turismo espacial: “Mis expectativas eran altas y fueron superadas drásticamente. Fue el mejor día de mi vida”, dijo Bezos al volver a la Tierra.

Materia, células, plantas

Mientras los astrónomos trabajan con telescopios y satélites ubicados dentro y alrededor de la Tierra, echar un vistazo desde el espacio y atisbar la infinitud del cosmos es, prácticamente, el sueño de todos. “Sería una aventura para los tearraplanistas”, bromea la astrónoma Olga Inés Pintado a LA GACETA. “Lo más importante de esta experiencia, para los científicos es pensar que el juego se abrió para las empresas privadas. Hace 10 años era imposible pensarlo así”, remarca la científica.

“Lo novedoso de estos tiempos es el desarrollo tecnológico. Vimos una cápsula subir y bajar a la Tierra. Pienso en quienes estudiamos el espacio y todo ha evolucionado. Los trajes espaciales son livianos. Bajan del auto y se suben directamente a la cápsula, moviéndose de manera liviana, algo impensable si recordamos los grandes trajes de los años 60”, explica Pintado, quien trabaja en el Centro de Tecnología Disruptiva de la Universidad de San Pablo de Tucumán.

IRONÍA. “Sería una aventura para los terraplanistas”, bromea Pintado. IRONÍA. “Sería una aventura para los terraplanistas”, bromea Pintado.

“Antes, las imágenes satelitales era muy costosas y hoy se consiguen gratis por todos los recursos invertidos por los Estados y por la parte privada en el espacio. Hay un instrumento de la UNAM de México que toma, desde arriba hacia abajo, imágenes de la atmósfera”, añadió.

En poco tiempo, explica la astrónoma, se podrán hacer numerosas pruebas de materiales, plantas y células que actualmente es materialmente imposible llevar a cabo. “Estos viajes abren un camino totalmente nuevo para esto”, manifestó.

Según la especialista, la gran noticica es que las empresas privadas ahora pueden entrar en la “carrera hacia el espacio”: “Lo que sucedió con Jeff Bezos y lo que ocurrió con la nave SpaceX de Elon Musk era impensado. El empresario privado no podía desarrollar cuestiones relacionadas al espacio... hasta ahora”.

Justamente, el hito de esta semana conseguido por Bezos sucede al del también empresario y multimillonario Elon Musk (creador de PayPal, entre otras empresas) quien envió al espacio la nave SpaceX con astronautas que estuvieron 168 días en órbita y realizaron la misión de mayor duración de una nave espacial estadounidense tripulada en mayo pasado. Para Musk, la carrera del espacio está en su próximo viaje a la Luna luego de que ganara un contrato multimillonario con la NASA en el marco del Programa Artemisa, con el fin de construir una nave llamada Starship, que permita llevar de vuelta al hombre a su satélite natural en 2024.

“Ellos están arriesgando grandes capitales para esto y para tener ganancias en el largo plazo porque para poder vender de manera ‘masiva’ estos viajes falta más tiempo y muchas más pruebas”, analiza Pintado.

Las empresas de Bezos y de Musk trabaja desde hace más de 20 años en estos proyectos. Uno de los datos que surgió a raíz del vuelo de Bezos, es que una persona anónima había abonado en una subasta los U$S 28 millones que costaba ese primer vuelo. Sin embargo, no viajó “por problemas de agenda” y su asiento fue para Daemen, hijo del financista Joes Daemen, quien fundó la firma de capital privado neerlandés Somerset Capital Partners.

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