Nuevas expectativas para la humanidad

Nuevas expectativas para la humanidad

 Verónica Juliano (foto) Verónica Juliano (foto)
25 Julio 2021

En 1968 se estrenaba en el mundo el film “2001, Odisea del Espacio”, del mítico director Stanley Kubrick. La película de ciencia ficción es una clase de cine en si misma debido a su estilo de narración y comunicación visual, sus revolucionarios efectos especiales, su realismo científico y sus proyecciones vanguardistas. La trama muestra a un equipo de astronautas que trata de seguir las señales de radio emitidas por un extraño monolito hallado en la Luna y los temas que plantea el film son tan infinitos como profundos: la evolución humana, la tecnología, la inteligencia artificial y la vida extraterrestre. ¿Les suena?

Pareciera que la ciencia ficción, en literatura y cine, vaticinó y esperó a que llegase este día en el que el hombre pudiera subirse a una nave, como si fuese un taxi, para irse a dar “una vuelta” por el espacio.

A propósito del viaje espacial del multimillonario Jeff Bezos, la Doctora en Letras Verónica Juliano expresó: “me llamó especialmente la atención una de sus declaraciones en la que enfatiza el asombro y la perplejidad que genera la contemplación de la Tierra desde ‘afuera’, en su belleza y fragilidad. Esta vivencia traduce una experiencia estética en la que lo bello y lo frágil conmocionan al espectador -privilegiado en este caso- y le devuelven o, mejor dicho, le conceden un motivo de asombro por el mundo, fuera del mundo. Como si una vez agotada aquí la ‘fuente de maravilla’ resultara imperiosa (no es azarosa la palabra) la ampliación y conquista de nuevos horizontes”, afirmó a LA GACETA.

“Creo que la fantasía espacial (no sólo aquella que se nutre de la posibilidad/factibilidad de los viajes sino también de otras formas de existencia) muy transitada en los imaginarios de la literatura y del cine sci-fi, se conectan con este ímpetu primigenio de búsqueda, de exploración, expansión, en definitiva, de deseo y poder, de entrar en contacto con el misterio, con lo inefable, con lo que está más allá -incluso- de nuestro humano alcance”, relacionó.

Juliano, docente e investigadora en la UNT, recordó la escena final de la película “La guerra del fuego” (fue dirigida por Jean-Jacques Annaud en 1981): “allí, el hombre primitivo, una vez que hubo conquistado ese bien fundamental para su supervivencia (el fuego), proyecta su mirada hacia la luna. Como un presagio de su porvenir o, tal vez, como una forma de su esperanza. Pienso que una idea clave aquí es la del ‘agotamiento’ en su doble perspectiva: la de cansancio y la de vacío o final. No importa cuál sea la valencia, lo interesante es desentrañar la lógica que sostiene ese gesto de ‘extracción constante’. Por eso al futuro debe leérselo siempre en clave histórica”, analizó Juliano.

Es recurrente la idea en los imaginarios literarios y cinematográficos que exploran el universo de viajes espaciales esto de ir mas allá de los límites: “en las distopías actuales que dan cuenta del desastre ecológico -cuyo principal agente es el humano- la Tierra se queda sin recursos para ‘explotar’. Entonces, una vez ‘vaciada’, se buscan nuevos espacios de conquista, de explotación económica, etc., pero prevalece la misma estructura que genera, agudiza y perpetúa esa extrema desigualdad vaya a donde vaya el hombre, tal como lo manifiesta Ray Bradbury en sus ‘Crónicas marcianas’”, concluye la Doctora en Letras.

“Jeff Bezos pudo concretar el primer viaje turístico de la humanidad al espacio: pocos minutos, muchos millones. No se puede negar la importancia de este hecho y casi no sorprende que lo que fue en su momento tema de la literatura de ciencia ficción hoy se concrete y nos mostremos -la mayoría de la humanidad- casi indiferentes. Y es que el primer mundo no es ‘todos los mundos’. De aquí a algunos años muchas personas podrán realizar su primer viaje vacacional al espacio y aquí, en el norte de Argentina, estaremos soñando como lo hacíamos en los 90 con el viaje a Disney. Eventualmente podremos viajar, pero para ese entonces sólo espero que nuestros nietos no vivan en un mundo como el que soñó Philip K. Dick (el autor de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”), explica el editor de “Coplas intergalácticas & otros yuyos” (Editorial Kala), Nicolás Ruiz, desde Cafayate. Y agrega: “yo no quería viajar a Disney, quería una computadora y la conseguí recién cuando tuve mi tercer trabajo”.

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