Atlético hizo valer sus individualidades y derrotó 2 a 0 a Central Norte

Atlético hizo valer sus individualidades y derrotó 2 a 0 a Central Norte

Se notó la diferencia entre un club y otro; esta vez la categoría sí pesó.

Atlético hizo valer sus individualidades y derrotó 2 a 0 a Central Norte
12 Enero 2014
SALTA, (De nuestro enviado especial Leo Noli).- Como si se tratase de un confesionario abierto, Gustavo Coleoni le comenta resignado a sus colaboradores que su Central Norte poco puede hacer para contrarrestar el poderío de Atlético. Es más, al entrenador le cuesta ver cómo Martín Morel, Diego Barrado, Sebastián Longo y Víctor Píriz Alves “jueguen” para los suplentes: “Qué plantel tienen, ¿eh? Van para el ascenso”. El elogio devenido en presagio hace de cimiento de un partido principal que tuvo a un solo grupo de de protagonista. A los 11 de Atlético que rato antes le habían ganado al local 2 a 0 pisando el acelerador a medias.

Se notó la diferencia entre un club y otro; esta vez la categoría sí pesó. Y quizás más de lo habitual porque Atlético con un poco más de ritmo que en el 2 a 1 a Juventud Antoniana copó la parada siempre con pelota al piso. Es verdad que le costó arrancar; carreteó al inicio hasta tomarle el tiempo al terreno y a la zaga rival.

La clave estuvo por la izquierda tucumana. Así llegó un pase a la medular de “Pulguita” y una definición estilo misil de Guillermo Acosta. Sin mucho margen de Maniobra, “BB” estiró su disparo a puro amague. A menos de dos metros de la línea de salida y sin mucho ángulo para elegir el destino ideal, el volante le quemó el arco a Di Giorgi. Sí, se lo quemó con un tremendo remate.

Con la ventaja a favor de la banca “decana” el partido terminó de acomodarse. Central Norte fue y tuvo uno que otro intento. El más claro fue de Magno. Los centrales no llegaron a amortiguar su intento pero sí Lucchetti, bien seguro a la hora de desparramarse en el piso. Pelota en sus manos y a empezar de nuevo.

Entrado el cuarto de hora del epílogo, Erroz metió mano, modificó nombres pero no estrategia. Píriz entró a pivotear y a liberar marcas. Tuvo la suya y explotó de un cabezazo el travesaño. Tuvo revancha el uruguayo y la pelota cumplió con la ley del amor de un centro delantero: se unió con la red en el 2-0.

En el confesionario a cielo abierto de Coleoni seguía flotando la misma idea. De que Atlético tiene madera de la buena para pelear el ascenso. Y eso que el cierre de los suplentes no fue el mejor: perdieron 1-0 culpa de otra jugada llamada error: mal pase atrás y regalo a Boaglio (1-0).

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