La "podredumbre carbonosa" dañó mucho

La Sección Fitopatología de la Eeaoc analiza la "podredumbre carbonosa (Macrophomina phaseolina) de la soja", como la principal enfermedad en las últimas dos campañas evaluadas, que se vio favorecida por las altas temperaturas, la baja humedad edáfica y las condiciones de estrés hídrico.

En el informe se consigna que la incidencia de la "podredumbre carbonosa de la soja" se incrementó en el NOA en las últimas 2 campañas, alcanzando valores máximos puntuales de 30% para la campaña 2011/2012 y, de 90% para la campaña 2012/2013.

Las pérdidas ocasionadas por la Macrophomina phaseolina fueron mayores en aquellos lotes donde el aumento brusco de la incidencia de la enfermedad ocurrió en estadios fenológicos reproductivos tempranos R3, R4 y R5.1. Por lo tanto, "las plantas enfermas no llegaron a formar granos".

En el caso de que el incremento de la enfermedad ocurrió en estadios fenológico R5.5; se evaluaron valores de incidencia del 90% en R7, y las pérdidas ocasionadas fueron menores ya que solo afectó el peso y el tamaño de granos en las plantas enfermas.

Hay más patógeno
Según el trabajo -que se basa en una publicación especial de la Eeaoc titulada "Importancia de la podredumbre carbonosa de la soja en el Noroeste Argentino durante las campañas 2010/2011, 2011/2012 y 2012/2013"-, esta situación indica un incremento del inóculo del patógeno en los lotes donde se cultiva soja, debido a que el hongo sobrevive en el suelo, en el rastrojo y en otros hospedantes, y también a que es transmitido por semillas.

Por lo tanto, se debe tener en cuenta: • El uso de semillas de alta sanidad; • Elección de fungicidas curasemillas con ingredientes activos que controlen al patógeno (bencimidazoles, triazoles y estrobilurinas); • Realizar rotación de cultivos.