La falta de agua en el perfil del suelo será la característica principal de la siembra de soja

En la edición anterior de LA GACETA Rural, se desarrolló una temática de suma importancia sobre cómo afrontar una nueva campaña de granos gruesos, debido a las actuales condiciones climáticas y de contenidos de humedad en el suelo, con reflexiones de nuestros técnicos sobre las estrategias que se deben seguir para lograr cierta certeza en los resultados de la nueva gruesa, reflexionó Mario Devani, coordinador del Programa Granos (Eeaoc). En estas recomendaciones trabajaron distintas áreas de la institución.

Es necesario presentar recomendaciones para minimizar el efecto ambiental en el cultivo de soja, más aún, luego de haber atravesado dos campañas desfavorables, donde la falta de precipitaciones y las altas temperaturas -con valores históricos récord- produjeron una significativa e histórica reducción en los rindes.

Con esto, el sector agrícola granario provincial desafía, nuevamente, el inicio de un ciclo agrícola de características muy desfavorables, considerando principalmente los problemas económicos y financieros que deben enfrentar.

Es importante que el productor considere estas recomendaciones:

Barbechos para el control de malezas: Dependiendo de la situación particular, y considerando la presión de malezas de cada lote, hay que realizar las aplicaciones de herbicidas que permitan limpiar los campos. Es importante que se conozca la presencia de malezas resistentes para emplear planes de control diferenciales.

Calidad de la semilla: Hay que tener especial cuidado en la elección de la semilla que se empleará. Debido a las condiciones climáticas adversas, la semilla disponible para este ciclo tiene problemas de calidad, principalmente por daños ambientales. Habría que considerar el poder germinativo y el vigor.

Humedad acumulada en el perfil: Es fundamental contar con un perfil de humedad en el suelo que garantice la correcta implantación del cultivo. Especialmente, considerando campañas con situaciones de estrés en el inicio del ciclo. Hay que tener buena acumulación de agua para iniciar la siembra.

Elección de los materiales a sembrar: Hay que considerar que los cultivares de grupos de madurez más largo (VIII) son los más estables, ante adversidades climáticas. Además, presentan mayor plasticidad y pueden ser utilizados en diferentes fechas de siembra.

Oportunidad de las aplicaciones de agroquímicos: Es de suma importante realizar aplicaciones en condiciones atmosféricas adecuadas, y no dejar pasar los momentos oportunos, menos frecuentes.

Monitoreo y control sanitario: Ante el estrés, se debe seguir de cerca la evolución de plagas y enfermedades en el cultivo, ya que las pérdidas en el follaje son difíciles de revertir, y ocasionan mermas de rendimiento importantes. No resulta sencillo decidir la estrategia a seguir para mantener la productividad en años con falta de precipitaciones; por ello, se debe recurrir a estrategias combinadas, que consideren las prácticas conservacionistas de manejo, pensando en el mediano y largo plazo.

Medidas técnicas
El deterioro a campo -falta de humedad y altas temperaturas- que experimentó la soja en la campaña 2012-2013 dejó huellas en la semilla, observándose daño ambiental: semillas con marcado daño en cotiledones, semillas con coloración verde por estrés y semillas verdes inmaduras. Las consecuencias son una disminución del vigor y pérdidas de poder germinativo.

Por ello, para alcanzar un óptimo stand de plantas, el Laboratorio de Semillas de la Eeaoc recomienda: a) Realizar anticipadamente el control de calidad de la semilla; b) Minimizar el daño mecánico durante el manipuleo de la semilla; c) Realizar el cálculo de la densidad de siembra en función del agua disponible, empleando el valor de vigor en situaciones límites o el de poder germinativo en condiciones normales; d) Siembra con fungicidas curasemillas; e) Utilizar insecticida curasemillas si se observó daño por "picudo negro de la vaina".