Los papeles secundarios también dejan huella

Los papeles secundarios también dejan huella

Así como el eterno actor de reparto Claude Rains pasó a la historia por su actuación de un cínico policía en "Casablanca", muchos artistas dejan su impronta en una obra sin ser los protagonistas principales. Ese el caso de Soledad Valenzuela, quien en "Doña Rosita, la soltera", sorprendió al público con un trabajo que aún hoy se recuerda. "Mipersonaje era muy cortito, pero divertido", cuenta. Lo mismo asegura Benjamín Tannuré, para quien los papeles menores son tan importantes como los protagónicos.

19 Julio 2009

"Cuando se ama lo que se hace importa muy poco el orden de reparto". Así, tajantemente, responde Soledad Valenzuela.
La actriz, que ha transitado entre roles protagónicos y secundarios desde hace varios años, señala que ha podido disfrutar con igual intensidad en ambos papeles. "Es difícil hablar de los personajes en términos de valores. Prefiero decir que uno tiene más o menos empatía con ellos, y con el paso de los años todo tiene una carga afectiva muy importante. Algunos consideran que es más fácil lucirse en roles secundarios, otros esperan por ’el protagónico de su vida’; no creo ni en lo uno ni en lo otro. Para mí, un buen actor debe hacer todo tipo de personajes (protagónicos, secundarios, buenos, malos, gordos, flacos, mudos o con mucha letra). Cuanta más variedad de roles le toque interpretar, más rico será tu bagaje artístico", dice. Porque, además, "si uno se siente disminuido en un rol secundario, ¿para qué aceptarlo?", se pregunta Valenzuela. Y agrega: "cuando te ofrecen un proyecto, conocés de antemano lo que te toca hacer, y si sabés que la vas a pasar mal, ¿para qué decir ’sí’? Uno debe sentir el placer de estar en el escenario aunque sea un instante fugaz".
Inmediatamente recuerda que en 2006 la convocaron para actuar en "Doña Rosita la soltera", dirigida por Oscar Barney Finn con el elenco del Teatro Estable. "Mi personaje era muy cortito, interpretaba a una de las hermanas Ayola. Nuestra aparición era en el segundo acto, cuando la obra ya llevaba transcurrida más de una hora y pico. La espera era larga, pero esos 10 minutos que nos tocaba actuar nos divertíamos mucho, cantábamos, bailábamos y la pasábamos tan bien, que valía la pena ejercitar la paciencia", recuerda.
La protagonista de la obra de Javier Daulte, "¿Estás ahí?", señala que "probablemente el haber interpretado personajes chicos, haya hecho que valore mucho más el momento en que me tocó interpretar otro más importante".
Sin embargo, al contrario de lo que puede pensarse desde afuera, ella considera que no necesariamente los roles protagónicos son los mejores, porque también en los secundarios el actor asume una responsabilidad muy grande. "No siempre son mejores. Hay personajes secundarios que están escritos para lucirse y que muchas veces opacan al protagonista. Dependerá mucho del actor poder aprovecharlo al máximo. En cuanto a lo demás, depende mucho del tipo de proceso de trabajo que encara cada elenco. A veces la responsabilidad está repartida en partes iguales aunque hagás un personaje muy chiquito, y en otros casos los actores protagónicos tienen más días y horas de ensayo que los secundarios y sin duda más responsabilidades en ese sentido. Uno puede lucirse siempre que trabaje con constancia y respeto por el público", asegura Valenzuela.

 

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