Sabiduría en pocas palabras

Sabiduría en pocas palabras

Es difícil establecer con precisión su origen, sin embargo, una buena parte de ellos han sobrevivido a lo largo de los siglos. El refrán encierra una sabiduría, producto de la observación. "El dicho revela cierta verdad medio escondida que sale a relucir en el momento adecuado. Ciertas situaciones casi obligan a hacer uso del refrán, ya que es más eficaz que la palabra corriente", afirma un ex decano de Filosofía y Letras.

11 Enero 2009

A pesar de no hacer un uso frecuente del refranero, los jóvenes casi siempre logran entender claramente el sentido del mensaje y hasta aceptan que su uso es, a veces, más efectivo que las palabras al desnudo. No hay un explicación certera, pero la mayoría de los consultados por LA GACETA en esta capital afirman que son más bien cosas de padres y de abuelos.

"Algunas veces mi abuela cuando quiere decirme algo lo hace con un refrán; casi siempre entiendo lo que me quiere decir, pero a veces no", dijo Agustín Gettar (12) y agregó que si no entiende el mensaje no le preocupa demasiado indagar al respecto. En el mismo sentido se expresó Santiago Rojas (15), quien indicó que conoce algunos refranes que dicen sus amigos pero no les da mayor importancia.

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Maximiliano Martín (18) tampoco apela a los dichos populares, pero los conoce porque suelen decirlos su abuela o algún docente. "Mi profesor de Lengua nos dice muchos refranes, sobre todo cuando quiere retarnos por algo. Creo que así es menos hiriente que cuando se dicen las cosas de frente", manifestó.

Forma de enseñanza

A su vez, Juan Pedro Guillermín (21) dijo: "conozco algunos refranes que usan mis viejos cuando quieren mostrarme las cosas que están bien y las que están mal, es una buena forma de enseñar porque ?te la dejan picando? y creo que eso da más resultado que cuando te lo dicen de forma directa".

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Por otro lado, Natalia Carrizo (29), más que por una cuestión generacional, manifestó que no usa estas frases porque prefiere hablar de manera más transparente, "sobre todo si estoy conversando con alguien que no conozco porque no tengo idea de cómo lo puede interpretar". Y agrega: "todo depende de la situación y del tono con que se digan las cosas; a veces quiero decirle a mi novio, con cierta gracia, que es igual a su padre y le digo: ?de tal palo tal astilla?".

Claro que, como se dice, "hay de todo en la viña del Señor" y aparecen casos como el de la hermana de Natalia, Gabriela (26), quien asegura que es una gran refranera. "Me dicen que esas son cosas de vieja del campo, pero yo los uso porque muestran una realidad con cierta ironía. A veces los digo para no agredir tanto. Son grandes enseñanzas que, si persistieron tanto en el tiempo, es por algo: ?si el río suena...?"

Gabriela trabaja en un colegio, por lo que está en contacto permanente con adolescentes. "Ellos usan dichos que se van actualizando con la jerga propia de los jóvenes; cuando los usan lo hacen adecuadamente, pero no lo hacen muy a menudo, ellos prefieren no dar tantas vueltas e ir de frente". Pero ella sí lo hace. "Cuando mi novio me presta plata lo hace muy confiadamente porque está seguro de que se la voy a devolver; entonces le digo: ?confiate en el santo y no le prendas velas?. Me parece adecuado su uso sobre todo para el ámbito familiar, pero cuando tengo que hablar con un adolescente lo hago de la manera más frontal posible; con ellos no cabe decir un refrán porque se ríen y el mensaje pierde seriedad", indica.

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