El empleo en negro se consolida como la segunda fuerza laboral de Tucumán

El empleo en negro se consolida como la segunda fuerza laboral de Tucumán

Según los datos oficiales, en el principal aglomerado urbano hay 137.200 trabajadores a los que los empleadores no les hicieron ni los aportes jubilatorios ni gozan de una obra social.

SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN. La actividad privada sigue siendo la principal tomadora de empleo en la provincia: superan los 170.000 puestos en distintos rubros de la economía local, según el Ministerio de Trabajo.  SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN. La actividad privada sigue siendo la principal tomadora de empleo en la provincia: superan los 170.000 puestos en distintos rubros de la economía local, según el Ministerio de Trabajo.

Las estadísticas oficiales muestran varias realidades. Por ejemplo, que en el primer trimestre del año, la tasa de desempleo se ubicó en un 5,5% en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, lo que significa que unas 23.000 personas tuvieron problemas para incorporarse al mercado laboral. En la comparación interanual, la baja ha sido de casi cuatro puntos porcentuales, lo que implicó que 16.000 ciudadanos encontraron un empleo en ese período.

Ahora bien, ¿esos puestos fueron de calidad, en blanco? Las estadísticas del Ministerio de Trabajo de la Nación muestran que no hubo creación de empleos privados y que la dotación de trabajadores estatales se mantuvo estable. Sí se admite que hubo un incremento del cuentapropismo. Entre 2015 y 2022, en la Argentina ganó peso el empleo no asalariado, que pasó del 23,2% del total al 26,7%. Esto estuvo impulsado particularmente por el cuentapropismo femenino, que pasó del 35% al 40% del total del empleo cuentapropista, dice un informe elaborado por el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). 

En tanto, el empleo asalariado no registrado ganó peso también, pasando del 24,9% del total al 26,8% en el país. La nota distintiva -que se menciona poco en los análisis generales- es que la suba del peso del empleo asalariado informal estuvo casi íntegramente traccionada por aquellos empleados asalariados que aportan individualmente al sistema jubilatorio (pasaron del 2,1% del total al 3,6% y, si contamos solo el universo de los asalariados a los que el empleador no les realiza descuento jubilatorio, pasaron del 8% al 14%). Esa situación nacional se replica en Tucumán. 

Los datos de la Dirección de Estadística de la Provincia muestran que, hacia fines de 2022, el empleo no registrado afectaba al 49,2% de los asalariados de la zona urbana metropolitana provincial. En otros términos, uno de cada dos trabajadores está en negro. El porcentaje es el más alto, al menos de la última década. ¿Cuántos son? Los trabajadores informales llegan a los 137.200 casos. Por esa razón, se constituyen en la segunda fuerza laboral más importante de la provincia, por encima de los empleados públicos (rozan los 110.000 puestos), pero por debajo de los trabajadores privados que totalizan los 170.700 puestos al cierre del primer trimestre del año.

La situación socioeconómica se profundiza al analizar la cantidad de ocupados demandantes de otro empleo. De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el Gran Tucumán-Tafí Viejo registra una de las tasas más elevadas de la Argentina en ese sentido (25,8% del total busca otro sueldo para llegar a fines de mes), por debajo del aglomerado Jujuy-Palpalá (27%) y del Gran Córdoba (26,8%). A las familias tucumanas un ingreso no les permite salir de la pobreza, ya que la Canasta Básica Total (CBT) se ubica en la actualidad en $ 185.740 mensuales para una familia tipo. Entonces no sólo el matrimonio tiene que salir a trabajar sino que también, en muchos casos, los hijos deben insertarse en el mercado laboral, exponiendo su desarrollo educativo y hasta aceptando un puesto de baja remuneración e informal.

El informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores presta particular atención a un segmento del empleo asalariado no registrado poco analizado hasta ahora: el de los trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia que, si bien no tienen acceso a vacaciones pagas o aguinaldo, aportan por sí mismos al sistema jubilatorio (por ejemplo, a través del monotributo). “Este segmento viene ganando participación en el total de los asalariados no registrados: pasaron del 8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022”, indica el diagnóstico al que accedió LA GACETA.

El dato llamativo es que se trata mayormente de asalariados altamente calificados, con niveles de ingresos y pobreza mucho más parecidos a los asalariados registrados que al resto de los informales. Aquí se inscriben, por ejemplo, médicos que facturan a un empleador o mismo una parte de los trabajadores de plataformas como las de transporte y mensajería.

La evolución de la tasa en los últimos años

49,2% ha sido la informalidad laboral al cierre del año pasado.

30,1% fue el índice del trabajo no registrado al finalizar 2021.

45,2% era la tasa al iniciarse la pandemia de Covid en 2020.

46,8% fue la informalidad al finalizar 2019.

45,9% de los asalariados estuvieron en negro hasta 2018.

44,2% de trabajadores no registrados hubo hasta 2017.

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