El bloque parlamentario que apoya a Bolsonaro, el gran vencedor

El bloque parlamentario que apoya a Bolsonaro, el gran vencedor

El “Centrao” tendrá mayoría en el Congreso, en caso de que Lula da Silva sea electo mandatario en el balotaje del 30 de octubre

PARLAMENTO BRASILEÑO. “Centrao”, el bloque de legisladores al que pertenece el Partido Liberal de Bolsonaro, tendrá mayoría en el Congreso. PARLAMENTO BRASILEÑO. “Centrao”, el bloque de legisladores al que pertenece el Partido Liberal de Bolsonaro, tendrá mayoría en el Congreso.
04 Octubre 2022

El bloque parlamentario que apoya al presidente Jair Bolsonaro fue el gran vencedor de las elecciones generales de Brasil, tras las cuales tendrá mayoría en el Congreso, liderazgo en la distribución del presupuesto y capacidad negociadora en caso de que Luiz Inácio Lula da Silva sea electo mandatario en el balotaje del 30 de octubre, señala Pablo Giuliano, corresponsal en Brasil de Télam.

El gran desempeño del “Centrao”, el bloque al que pertenece el Partido Liberal del ultraderechista Bolsonaro, en la primera vuelta electoral del domingo permitirá al por ahora presidente poner palos en la rueda a un posible gobierno de izquierda y preparar una eventual campaña presidencial en 2026, dijeron analistas.

Comentaristas políticos brasileños coincidían en destacar, después de la primera vuelta y el inicio de cuatro decisivas semanas hacia el balotaje, el poder que han dado los comicios al presidente del PL, Valdemar Costa Neto, a la altura de los del vencedor Lula y del tractor de votos que ha demostrado ser Bolsonaro.

“Tendremos un Congreso muy bolsonarista que ya se anticipa como hostil en caso de que Lula gane las elecciones” y sea presidente por tercera vez, dijo el analista político Vinicius Vieira, profesor de la Fundación Armando Alvares Penteado (Faap) y de la Universidad Fundación Getulio Vargas (FGV), ambas de San Pablo.

“Bolsonaro, por su parte, tendrá en este Congreso un lugar donde encontrar resistencias institucionales a las denuncias que recibirá cuando ya no tenga inmunidad presidencial. Las chances de un acuerdo para protegerlo del Poder Judicial son reales”, agregó Vieira, quien también es doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford.

Además de presidente y vicepresidente, los brasileños estaban llamados a elegir el domingo a los gobernadores de los 27 estados, incluido el Distrito Federal de Brasilia, los 513 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de 81 asientos, así como las asambleas legislativas estatales.

Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT), derrotó a Bolsonaro por 48,05% a 43,43%, sin poder conseguir la mitad más uno de los votos, como habían predicho algunos sondeos, por lo que ambos irán a balotaje. El resto de los votos se dispersó entre otros nueve candidatos.

Grandes victorias

El PL, al que Bolsonaro se afilió recién el año pasado, logró 23 diputados más en las elecciones, llegando a los 99, y el propio presidente se anotó grandes victorias en el Congreso con la elección como diputados de dos exministros de su Gobierno. El PL se convirtió en la mayor bancada electa de la Cámara de Diputados desde 1998.

El Partido de los Trabajadores de Lula elevó a 76, de 56 que tenía, el número de escaños que controlará en Diputados. En total, el bloque “lulista”, del PT y sus aliados del Partido Verde y Partido Comunista do Brasil (PCdoB), tendrá 80 diputados

Aliados de Lula como Red de Sostenibilidad, el partido de Marina Silva, exministra de Ambiente electa diputada, y el Partido Socialismo y Libertad, del líder sin techo Guilherme Boulos, lograron entrar al Congreso, desde el que defenderán un eventual gobierno del líder del PT, en el que suenan también como posibles ministros.

En Brasil, a diferencia de Argentina, la conducción de la Cámara de Diputados es más independiente y responde a dinámicas sectoriales. Actualmente, el presidente de Diputados y segundo en la línea de sucesión presidencial es Arthur Lira, del partido Progresistas, integrante del Centrao, que cajoneó durante dos años más de 200 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.

Costa Neto, por su parte, ya fue aliado de Lula, de la expresidenta Dilma Rousseff, también del PT, y del expresidente liberal Michel Temer, y le ha cedido el partido a Bolsonaro a cambio de que la fuerza, junto con los oficialistas Progresistas y el procristiano Republicanos, dominen el llamado “presupuesto secreto”, las partidas que pueden enviarse a los Estados a través de sus diputados y no ya del gobierno central.

Lavado de dinero

Este político y empresario titular del PL fue preso y condenado a siete años de cárcel en 2012 por corrupción y lavado de dinero en el escándalo conocido como Mensalao, que involucró a la alianza de partidos que respaldaban a Lula durante sus dos mandatos, de 2003 y 2010.

El Congreso que surge tras las elecciones del domingo tiene rostro de Centrao, pero también de la extrema derecha bolsonarista reforzada después de cuatro años de gobierno.

El nuevo Congreso también tendrá novedades, luego de la elección de dos diputadas trans, Erika Hilton y Duda Salabert, ambas amenazadas de muerte.

En la Cámara de Diputados, el bloque que apoya al Presidente controlará más de 300 de los 513 escaños. En el Senado, en tanto, la derecha bolsonarista y no bolsonarista, que sería anti-Lula, dominará más de la mitad de las 81 bancas.

Lula tendría margen de negociación con dirigentes de los partidos del Centrao de la región noreste, muchos de los cuales siguen aliados al PT por el éxito electoral del líder del PT en los Estados más pobres del país.

Detrás de Boulos, en San Pablo, principal Estado del país, fueron electos como diputados Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, Carla Zambelli y Ricardo Salles, tres nombres directamente empujados por el presidente.

Sobre todo Salles, exministro de Ambiente y conocido lobista de sectores ruralistas, que salió del gobierno luego de decir que había que aprovechar la pandemia para destruir los controles ambientales y permitir el avance del agronegocio en la Amazonia.

El profesor Vieira dijo que el bolsonarismo podría aprovechar la mayoría en el Senado para iniciar procesos de impeachment de los jueces de la Corte Suprema que votaron a favor de la anulación de las condenas por corrupción contra Lula.

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