Seven de Tafí, un clásico del verano en la nueva realidad

Seven de Tafí, un clásico del verano en la nueva realidad

Tras la pausa del año pasado a causa de la pandemia, el torneo de juego reducido más convocante del país regresa con el entusiasmo de siempre, pero adaptado a la situación sanitaria.

DISPUTA. El juego se hace notar con un paisaje de ensueño como marco. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivO) DISPUTA. El juego se hace notar con un paisaje de ensueño como marco. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (archivO)

La mirada general recuerda a 2020 como si hubiera sido un agujero negro de 365 días en la continuidad del tiempo que no vale la pena ni repasar. Pero lo cierto es que antes del desquicio global de marzo hubo un enero y un febrero que se desarrollaron con entera normalidad, y en ese preludio fue que ocurrió la edición 21 del Seven de Tafí del Valle. Una edición que continuó la tendencia ascendente superando las cifras de concurrencias de sus predecesoras, pasando por primera vez la barrera de los 20.000 y con perspectivas de seguir creciendo año a año.

Sin embargo, ese poder de convocatoria que siempre fue su mayor motivo de orgullo (es con diferencia el torneo de seven que más gente atrae en el país) terminó siendo el principal obstáculo para su regreso tras la pandemia. Congregar decenas de miles de personas en un predio no encajaba en una coyuntura de rebrote de covid en la provincia, sobre todo a partir de la serie de restricciones que se implementaron a principios de enero, por lo que desde la organización se vieron en la necesidad de encontrar una forma de articular el evento dentro de esos límites. Finalmente, el Seven “Salustiano Paz” (será el primero que lleve nombre propio, en homenaje a uno de sus históricos organizadores) se desarrollará mañana bajo un nuevo sistema.

Sistema de “burbujas”

Con asesoramiento del COE, se elaboró un protocolo que prevé un sistema de burbujas sanitarias para evitar la aglomeración de personas. Así lo explicó Cayetano Fortino, uno de los organizadores: “la gente del COE nos ayudó a armar un sistema inteligente. Dividimos el espacio que circunda a la cancha en aproximadamente 30 sectores de 800 metros cuadrados, en los cuales se ubicarán los espectadores en forma intercalada. O sea, en uno habrá gente, luego otro vacío, luego otro con gente, y así. Empezarán a los impares, y después de un determinado tiempo se habilitarán los pares. De esta manera, siempre habrá un sector de 800 metros cuadrados vacío entre burbuja y burbuja. Y en cada sector se respetará el aforo de 400 personas. En realidad, pondremos un máximo de 300, para asegurar que haya a razón de una persona por cada tres metros cuadrados”.

Fortino insiste en que habrá espacio de sobra para no amontonarse. “No habrá tribunas y los callejones de circulación ya no serán angostos como antes, ahora serán casi el triple de anchos. Es un evento al aire libre en un predio que mide seis hectáreas. El espacio de circulación es de tres hectáreas y media”, detalló.

A eso se le agrega la obligatoriedad del uso del barbijo y de presentar el carnet de vacunación con esquema completo en el ingreso. A pesar de las dificultades, Fortino asegura que es una oportunidad para dar el ejemplo. “La idea es hacer todo de la manera más responsable y prolija, para que todo salga bien. Confío en la conducta de la gente del rugby para dar un mensaje a la sociedad de que, cuando uno se esmera, las cosas se pueden hacer”, cerró.

El Seven de Tafí del Valle pondrá a prueba la exitosa fórmula que lleva desde hace más de 20 años con un protocolo adecuado a esta nueva realidad. Su viabilidad será importante no solo para esta edición, sino también como modelo de futuros eventos de convocatoria multitudinaria.

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