Cristina incrementó la presión contra el Presidente y se agrava la crisis política

Cristina incrementó la presión contra el Presidente y se agrava la crisis política

Cómo fue el conflicto entre Alberto y la vicepresidenta.

17 Septiembre 2021

El lado de Alberto Fernández

Lo que pareció la réplica del presidente, Alberto Fernández, a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sobre las renuncias de los ministros y funcionarios “K”, se dio a través de las redes: “con presiones no me van a obligar”, remarcó, respecto del reclamo de una renovación del gabinete y del programa económico. La idea de hacer cambios en el Gabinete fue conversado entre Alberto y Cristina el martes pasado. “Eso sigue en pie”, indicó el Presidente, “pero no en estas horas bajo presión”. Es que el mandatario quiere mantener la unidad del Frente de Todos a pesar del enojo por el escándalo desatado por las dimisiones. “Tiempo al tiempo, el que se apura se equivoca”, dice sobre su decisión ante las renuncias.

Marcó la cancha

Gestión de gobierno: “se hará del modo que estime conveniente”

En forma coloquial, el presidente Alberto Fernández tuiteó al mediodía tras un largo día de silencio oficial un mensaje que pareció dirigido a Cristina. “He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de Gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos”.

En el análisis fino, propala una señal clara: atribuye a otros (quienes lo presionaron) la altisonancia y la prepotencia. Subraya su autoridad presidencial, la suya propia. Conversando con sus allegados, el Presidente es más enfático. Está enojado, sorprendido, pero quiere mantener la unidad del Frente de Todos (FdT).

“Ella me conoce”

“Por las buenas me sacan cualquier cosa”, dijo Alberto

El Presidente cuestionó la “oleada” de renuncias que comenzó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y también a la ex presidenta Cristina Fernández. “Ella me conoce, sabe que por las buenas a mí me sacan cualquier cosa. Con presiones, no me van a obligar”. Y también dejó reproches para “los amagues” de renuncia, a los que calificó como “una estudiantina”. En confianza recordó el dicho popular sobre el PJ referido a que cuando hay peleas entre peronistas no es que lo hagan de veras, sino que “están reproduciéndose”, pero en el caso del martes dijo de los renunciantes “K“: “aceleraron en el barro y, claro, quedaron empantanados”, publicó Página 12.

Apoyos y pedidos

“Me decían los gobernadores que les aceptara las renuncias”

Más tranquilo, el Presidente consideró que fueron importantes los apoyos internos recibidos, y que el grupo disconforme del Gabinete que renunció y al igual que Cristina, repararon en ellos. “Me llamaron todos los gobernadores. Me decían que les aceptara las renuncias, que los sacara”. Principalmente se tomó nota del acompañamiento de la Confederación General del Trabajo (CGT), que fijo postura contra los kirchneristas. También los movimientos sociales barriales no sólo manifestaron su apoyo sino que también habían organizado una marcha. El Movimiento Evita había convocado a una movilización a Plaza de Mayo, para ayer a la tarde. Luego de que por las redes Alberto Fernández les pidió que la suspendieran, los organizadores la desactivaron. Así, el Presidente le puso otra mirada a la solución, según trascendió. “Algunos me planteaban que ‘lo raje’ a Wado (De Pedro), que es un buen ministro”. Y en esta encrucijada, al  evaluar otros desempeños de los renunciantes “K”, remarcó:  “¿Cómo me voy a desprender de (la titular de la Anses) Fernanda Raverta, una funcionaria super laburadora y eficiente”.

Marcha atrás

El Gobierno creía en un acuerdo

Hasta los minutos previos a la publicación de la carta de Cristina, en el Gobierno consideraban que la salida a la crisis política era avanzar en un acuerdo con el kirchnerismo, para calmar las aguas después del terremoto que se generó el martes cuando los ministros que responden a la Vicepresidenta pusieron su renuncia a disposición. “Habrá reunionismo y cabildeo hasta que haya fumata blanca”, le había asegurado a Infobae un ministro de extrema confianza de Alberto Fernández al caer la tarde. Desde el kirchnerismo, la idea era similar. Uno de los ministros que presentó la renuncia sostuvo: “Hay paz y habrá paz”. Ambas proyecciones se hicieron añicos en pocos segundos. Anoche, el Presidente se había recluido en la Quinta de Olivos con sus dirigentes de confianza y estudiaba qué respuesta dar a la carta de Cristina.

El lado de Cristina Kirchner

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner difundió, desde su página de Facebook, una carta dirigida a Alberto Fernández, en la que marcó diferencias, criticó al vocero presidencial, detalló cómo y cuándo fueron las reuniones, se diferenció del rumbo económico del gobierno, desmintió haberle pedido la renuncia al ministro de Economía, Martín Guzmán, le pidió al Presidente que “honre la voluntad del pueblo argentino” y contó que pensó en Juan Manzur como jefe de Gabinete. Estas son las frases más impactantes de la misiva.

-“Tuve 19 reuniones de trabajo en Olivos con el Presidente de la Nación (...)  nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional”.

- “Siempre le plantee al Presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, el impacto de las dos pandemias: la macrista primero y la sanitaria a 99 días de haber asumido el gobierno. Igualmente siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno”.

- “Fui, soy y seré peronista. Por eso pensaba que no podíamos ganar. Y se lo decía no sólo al Presidente. Muchos compañeros y muchas compañeras escucharon mis temores. Se perdieron 440.172 votos en relación a las legislativas de 2017”.

- “Al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones. ¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?”.

- “El martes 14 tuvo lugar, otra vez en Olivos, mi última reunión con el Presidente de la Nación. Habían transcurrido 48 horas sin que se comunicara conmigo y me pareció prudente llamarlo... Dejé pasar 48 horas deliberadamente, para ver si llamaba (debo decir que, de las 19 reuniones, la mayoría fueron a iniciativa mía). Le manifesté que era necesario relanzar su Gobierno y le propuse nombres como el del gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete”.

- “No voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político: Alberto Fernández quería que el doctor Eduardo De Pedro fuera su Jefe de Gabinete y fui yo la que no estuvo de acuerdo. Mal podría ahora promoverlo para ese cargo”.
- “A propósito de funcionarios que no funcionan … el vocero presidencial escaparía a aquella clasificación. Es un raro caso: un vocero presidencial al que nadie le conoce la voz ¿O tiene alguna otra función que desconocemos? ¿La de hacer operaciones en off por ejemplo? Verdadero misterio”.
- “Por la misma razón me comuniqué con el Ministro de Economía cuando se difundió falsamente que en la reunión que mantuve con el Presidente de la Nación, había pedido su renuncia. Las operaciones son permanentes y, finalmente, sólo terminan desgastando al gobierno. Es increíble que no lo adviertan. Es una pena tanto daño autoinfligido”.

- “Confío, sinceramente, que con la misma fuerza y convicción que enfrentó la pandemia, el Presidente no solamente va a relanzar su gobierno, sino que se va a sentar con su Ministro de Economía para mirar los números del presupuesto. El año pasado se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 -situación que no se verificó como es de público y notorio-. Cada punto del PBI en la actualidad es alrededor de $420.000 millones”.

- “Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social. No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado... simplemente estoy recogiendo lo que en este contexto global de pandemia está sucediendo a lo largo y a lo ancho del mundo, desde Estados Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”.

- “Sé que gobernar no es fácil, y la Argentina menos todavía. Hasta he sufrido un vicepresidente opositor a nuestro gobierno. Duerman tranquilos los argentinos y las argentinas… eso nunca va a suceder conmigo”.

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