Ante las exigencias, hay una propuesta

Ante las exigencias, hay una propuesta

BIEN ACOMPAÑADO. Los bolivianos marcaron intensamente a Messi. El equipo funcionó como tal y no fue dependiente del rendimiento del mejor jugador del mundo. BIEN ACOMPAÑADO. Los bolivianos marcaron intensamente a Messi. El equipo funcionó como tal y no fue dependiente del rendimiento del mejor jugador del mundo.

Al gran pueblo argentino futbolero le cabe exigir. Ya sea arropado con los colores de su club, ya sea con los de la Selección. Lo haga bien o no, no puede escapar de ello. Porque está en su ADN.

A los nuevos, a los experimentados. Se les exige. Que Messi haga goles, que Armani no falle, que Martínez Quarta saque todo, que De Paul entregue los pulmones, que Paredes le pegue al arco desde donde sea, que Martínez vaya y vaya, que... en fin.

La obligación argentina -por historia, por camiseta, por el nivel de jugadores- es, está claro, siempre asumir protagonismo en un partido. Lo sabe todo el que viste la celeste y blanca.

Con Ecuador, la propuesta alcanzó apenas para llegar a buen puerto. Con Bolivia, superado un comienzo de cierta confusión, la idea se mantuvo. Lo distinto estuvo en la jerarquía, en el aire de superioridad futbolística, que no fue mayor por la bendita altura. En ese entregar hasta la última gota de sudor, proponiendo. Sirvió. Y servirá para lo que viene. Que será duro, pero que tendrá el fantástico estímulo de seis puntos en el bolsillo.

Donde quiera que se juegue (¿quizás Santiago del Estero?), Paraguay le discutirá protagonismo a la Selección en el próximo duelo. Y después Perú opondrá otro laberinto. Pero que conste. Hay un camino, y hay un plan para recorrerlo. Si es por exigir, que lo de La Paz sea el origen de más propuestas.

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