Por Carlos Werner
12 Diciembre 2014
ESTÁ LISTO. Lucas Mohamed ya está en Olavarría donde recibe el saludo de varios fanáticos. (Facebook Lucas Mohamed)
OLAVARRÍA.- El momento en el cual terminan las palabras y hay que entrar en los hechos está a punto de comenzar. Una temporada completa del campeonato de la Clase 2 del Turismo Nacional tendrá final en Olavarría y, con un plus que levanta el ánimo de los aficionados tucumanos y genera un clima a pura adrenalina, con la carrera del domingo 14 desde las 12, como punto extremo.
Lucas Mohamed está frente a una chance histórica de salir campeón argentino. Mucho luchó el piloto de Yerba Buena por esta oportunidad. Durante nueve de las once fechas disputadas fue el puntero del campeonato, pero llega al último desafío seis puntos abajo del puntano Hanna Abdallah. Será desventaja deportiva, pero igual el panorama no es para nada sombrío. Muchos aspectos lo dicen.
Una cosa es clara: aún ganando su serie el sábado y suponiendo que Abdallah no sume punto alguno en la manga, igual Lucas está obligado a salir adelante del puntano en la final. Esto porque su rival ganó más carreras (4 a 1). Entonces, habrá que apelar a la calculadora. Y comerse los uñas en la carrera.
Mohamed tiene a favor: Un auto comprobadamente rendidor, que mejora aún más su performance en trazados de los llamados "teceístas", largos y rápidos, que le caen como anillo al dedo a su VW Gol; una mentalidad fuerte, ganadora, con mirada de lince ante la presa cercana; la condición de punto y no de banca, ya que no tiene que defender el N°1, sino que tiene que asaltarlo; un menor lastre (llevará 40 kilos, contra 70 de su rival); el hambre de gloria, que alimentó desde su debut en el TN a finales de los '90 y que sólo fue mitigando con buenas actuaciones y cuatro victorias; el apoyo y aliento de toda una provincia.
Abdallah tiene a favor: Empezó el año más o menos, ganó en Neuquén y se "acomodó", y viene de tres victorias consecutivas que lo llevaron a la punta: San Martín, Río Gallegos y Concordia lo vieron en lo más alto; un auto que tuvo beneficios reglamentarios en medio de la temporada (liberaron su brida en tres carreras y arrasó) y que, aún pesado por el lastre, se mantuvo en ritmo; un equipo que lo avala, lo impulsa, con muchos compañeros que pueden brindarle "ayuda" y un preparador que sabe qué hacer en situaciones de definición; un presupuesto acorde a sus necesidades. En horas comienza la discusión por el título; el sábado será para asumir posiciones estratégicas camino a la final. Y el domingo, que la fuerza acompañe. Al fin y al cabo quizás, desde el lugar donde esté, Nasif (Estéfano) se incline por, en lucha entre paisanos, hacerle un guiño de gloria al que nació en su tierra. (Enviado especial).
Lucas Mohamed está frente a una chance histórica de salir campeón argentino. Mucho luchó el piloto de Yerba Buena por esta oportunidad. Durante nueve de las once fechas disputadas fue el puntero del campeonato, pero llega al último desafío seis puntos abajo del puntano Hanna Abdallah. Será desventaja deportiva, pero igual el panorama no es para nada sombrío. Muchos aspectos lo dicen.
Una cosa es clara: aún ganando su serie el sábado y suponiendo que Abdallah no sume punto alguno en la manga, igual Lucas está obligado a salir adelante del puntano en la final. Esto porque su rival ganó más carreras (4 a 1). Entonces, habrá que apelar a la calculadora. Y comerse los uñas en la carrera.
Mohamed tiene a favor: Un auto comprobadamente rendidor, que mejora aún más su performance en trazados de los llamados "teceístas", largos y rápidos, que le caen como anillo al dedo a su VW Gol; una mentalidad fuerte, ganadora, con mirada de lince ante la presa cercana; la condición de punto y no de banca, ya que no tiene que defender el N°1, sino que tiene que asaltarlo; un menor lastre (llevará 40 kilos, contra 70 de su rival); el hambre de gloria, que alimentó desde su debut en el TN a finales de los '90 y que sólo fue mitigando con buenas actuaciones y cuatro victorias; el apoyo y aliento de toda una provincia.
Abdallah tiene a favor: Empezó el año más o menos, ganó en Neuquén y se "acomodó", y viene de tres victorias consecutivas que lo llevaron a la punta: San Martín, Río Gallegos y Concordia lo vieron en lo más alto; un auto que tuvo beneficios reglamentarios en medio de la temporada (liberaron su brida en tres carreras y arrasó) y que, aún pesado por el lastre, se mantuvo en ritmo; un equipo que lo avala, lo impulsa, con muchos compañeros que pueden brindarle "ayuda" y un preparador que sabe qué hacer en situaciones de definición; un presupuesto acorde a sus necesidades. En horas comienza la discusión por el título; el sábado será para asumir posiciones estratégicas camino a la final. Y el domingo, que la fuerza acompañe. Al fin y al cabo quizás, desde el lugar donde esté, Nasif (Estéfano) se incline por, en lucha entre paisanos, hacerle un guiño de gloria al que nació en su tierra. (Enviado especial).
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