Lucas Mohamed tiene la gloria, a un paso

Lucas Mohamed tiene la gloria, a un paso

El piloto tucumano, junto al equipo que lidera su papá “Lito”, tendrá el próximo fin de semana la chance de coronarse en Olavarría.

DE VISITA. “Lito” y Lucas hablaron de todo y se mostraron optimistas acerca de las chances de lograr el título. prensa mohamed competición. DE VISITA. “Lito” y Lucas hablaron de todo y se mostraron optimistas acerca de las chances de lograr el título. prensa mohamed competición.
07 Diciembre 2014

Cuando se tiene la posibilidad de lograr un objetivo que se buscó por años, hay quienes ponen alma, corazón y vida. En ese afán están Lucas y “Lito” Mohamed, hijo y padre, piloto y preparador, unidos en un equipo que tendrá la semana próxima en Olavarría (donde se presentará el Turismo Nacional) una oportunidad con la historia grande del automovilismo nacional.

- ¿Qué sensaciones produce hoy recordar los inicios en la C-2?

- Lucas: En 1999-2000 hicimos la preliminar en el TN con el Fiat Palio. Pero no sé por qué, pero aquello fue para nosotros muchísimo más cuesta arriba que hoy. Todos los comienzos son difíciles, tanto en la parte publicidad como en la parte de aprender de la categoría, hacernos un lugar, pagar el derecho de piso como se dice. Todo eso fue pasando en todo este tiempo. Pienso que hemos elegido el camino más largo, pero el más lindo y el mejor para nosotros.

- ¿Se hizo camino al andar o lo de ustedes fue un plan sistemático a través del tiempo?

- “Lito”: Siempre hemos considerado ir a competir en el Turismo Nacional haciendo carrera a carrera. Cada una, si bien para muchos fue un desafío más, para nosotros no lo fue. Nosotros le pusimos todo el entusiasmo, el trabajo, el sacrificio. Y en eso estuvo de nuestro lado la familia. Haber llegado a este lugar, con la posibilidad de ganar un campeonato, es algo soñado.

- ¿Armar el equipo que tienen fue como tener un hijo?

- Lucas: Nosotros sabemos que en todos estos años en el TN no dejamos de aprender, siempre fuimos como un chico. Y haber llegado al nivel en el que estamos no significa que no vamos a seguir haciéndolo ni que vamos a dejar de lado probar cosas nuevas. Por caso, sabemos que independiente de esta definición que tendremos con el VW Gol, ya estamos metidos en el proyecto de armar el Gol Trend con el que vamos a correr en 2015. Mi papá lo dijo: no hay plan anual, vamos pensando carrera a carrera. Nos sale así.

- “Lito”: A este hijo le pusimos todo, nunca medias tintas. Siempre fue así. Y más incluso de lo necesario. Pasé noches sin dormir, le quite horas a mis afectos, sentí los rigores del clima. Muchas veces le mentí a mi familia sobre que ya íbamos a salir de vacaciones. A mi esposa le dije que íbamos a ir a España, donde ella tiene familiares, a visitarlos; todos los años nos estamos yendo, pero siempre el auto de carrera es más fuerte, porque nos mentalizamos en innovar cosas, en probarlas. Cuando tenemos un motor que va bien, queremos trabajar en otro para ver si lo podemos superar y así pasan las horas, los días, los meses, los años. Y bueno, así somos nosotros. Yo digo que todo esto viene de arriba, ¿de dónde más uno va a sacar tanta fuerza para seguir? Y también le asigno una parte de eso a la pasión que sentimos por los “fierros”.

- ¿Tan fuerte es lo que sentís?

- “Lito”: Sí, en realidad mi vida son los “fierros” y siempre puse todo en eso. Si para gente amiga hice eso, imaginate qué puedo hacer para un hijo que corre y que sé que me necesita.

- ¿Cómo resuelven ustedes las diferencias de opinión?

- Lucas: ¡Es que no las resolvemos! (risas).

- “Lito”: “Jugamos” a ver quién se equivocó. Nos damos la posibilidad de que uno y otro se demuestre que las cosas son como cada cual dice. Pero esto es en función de equipo: de las equivocaciones se aprende. Casi nunca discutimos, hablamos y probamos mucho. La ventaja de los fierros es que, si no va una cosa, nadie se muere; se cambia el plan y listo. Cuando logramos algo, es un pequeño gran éxito. Y allí nomás ya nos establecemos otra meta. Lo nuestro es superación permanente. Y si no podemos hacerlo, al menos mantenemos lo logrado. Como hay veces en que los dos pensamos igual, y lo ejecutamos, en otras no nos ponemos de acuerdo. De cualquier manera, lo que hacemos nos une otra vez.

- ¿Qué cosas tiene Lucas para destacar y cuál es su lado “oscuro”?

- “Lito”: Es un trabajador incesante, una gran persona, un gran hijo. ¿Negativo? ¡Habla mucho por celular! (risas). Hay momentos en que quiero charlar y a él le suena el celular. Entonces, chau conversación.

- ¿Y qué hay de “Lito”?

- Lucas: Le diría que tiene que cumplir más con mi mamá, dedicarle más tiempo. A veces se “cuelga” renegando con cosas sin solución, y yo le digo que a las cosas que no suman no hay que dedicarles tiempo. En ocasiones, él no se permite que lo ayuden a hacer algo y eso complica al equipo. Pero esa cuestión de ser detallista también es un punto a favor de él, porque así las cosas salen mejor.

- “Lito”: Pero no es que yo no confíe en los demás. Yo digo, que los demás hagan lo que tienen que hacer y yo lo mío, nada más. A mi no me gusta que se toque lo que estoy haciendo, el responsable soy yo.

- ¿Ser perfeccionistas los hizo estar uno o dos pasos más adelante de la media que impera en la región en cuanto a preparación de autos?

- “Lito”: No lo sé. No me siento nada especial, soy simple, común. Me gusta trabajar solo, tomar decisiones. Cuando necesito ayuda de los demás, no lo dudo y la pido.

- En pista, desde Nasif Estéfano que un tucumano no tiene la oportunidad de pelear un título nacional. ¿Cómo te hace sentir eso?

- Lucas: Soy consciente de la instancia en la que estamos hoy, de todo lo que significa, de que hemos trabajado muchos años para llegar a este punto. Lo disfrutamos dentro de lo que se puede, sentimos la tensión porque mucha gente apostó por nosotros, vemos que de un equipo chiquito se convirtió en algo muy grande para mí, por toda la gente que acompaña. De todos modos, las comparaciones no me van. A veces me preguntan si ví ciertas carrreras, como las del TC. Y yo digo que no. Y eso es cierto. No seguimos al automovilismo: lo vivimos.

- ¿Cómo se gana un campeonato?

- “Lito”: Linda pregunta. Haciendo lo que venimos haciendo. Un amigo, José Sebih, creyente como nosotros, me dijo: “ahora está en manos de Dios”. Con eso, nos dio a entender que nosotros haremos lo que haya que hacer; él descarta que haremos lo mejor. Y por eso pone en manos divinas el resultado final.

- ¿Es ventaja la que lleva Hanna Abdallah? Si vos fueras el puntero, sentirías eso con seis unidades de diferencia entre uno y otro?

- Lucas: A la mínima ventaja que lleva le juega en contra el lastre de 70 kilos que tendrá su auto. Y además el de Olavarría es un circuito que a mi auto le caerá bien. Venimos de correr en trazados donde el Renault Clio se vio favorecido porque eran de tránsito lento. El que viene es todo lo contrario. Por eso me siento tranquilo. La duda está en que se trata de una pista que hace mucho no utilizamos, y no sé si hay pilotos que ya giraron para reconocerlo. Por eso es que queremos viajar con tiempo, para caminarlo, analizarlo. Para ganar el título tenemos que estar adelante de Abdallah, algo que es posible.

- ¿Es posible sustraerse a la presión de una definición de campeonato?

- “Lito”: Uno quiere pensar que es una carrera más, pero no lo es. ¿Cómo nos aliviamos de eso? Trabajando y haciéndole cosas al auto, concentrándonos en eso. Así se logra que las demás cosas no nos preocupen tanto. Las ansiedades de la gente nos llegan, pero estar ocupados nos quita tensión. Nos pasa en situación de carrera, en el box, las actividades no paran, siempre hay algo para hacer. Es una forma de evadirse del medio ambiente. Y eso nos lleva para adelante.

- ¿Es una paradoja que tengas chances de campeonato meses después de haber dicho que dejabas de correr?

- Lucas: Yo iba a dejar de correr por muchos motivos. Uno de ellos fue la parte económica: por dedicarle presupuesto al auto, limité muchas cosas a la familia. No debía seguir siendo así, era algo que me pesaba. Además, me veía con edad de tener algo, de hacer mi casa, de darle a mi gente las cosas que necesita. Las cosas cambiaron un poco cuando conseguí un crédito para hacer mi casa. Y luego vino el triunfo, inesperado para mí en La Plata, en un circuito muy difícil, donde la mayoría de los equipos prueban. Ahí empecé a evaluar la posibilidad de no dejar. Hoy ya no quiero decir nada de mi futuro en el automovilismo. Dejaré que las cosas fluyan.

- ¿Cómo se ven el domingo 14 a la tarde?

- Lucas: ¡Volviendo a la casa! (risas)

- “Lito”: Pensando en armar el Gol Trend, en cómo encarar los trabajos y en cómo llegar al debut de 2015.

- Pregunta exclusiva para Lucas: ¿vas a ser campeón?

- Sí, por supuesto.

CON EL EQUIPO EN LA PIEL

- Una cosa es seguir adelante con el éxito de lado, llámese campeonato, pero ¿qué pasará en caso que el triunfo no aparezca?

- Lucas: Lo seguiremos buscando. Si yo pienso de una manera y mi papá de otra, igual el objetivo sigue siendo el mismo y eso no cambia. Puede haber caminos más cortos o más largos, pero la meta se mantiene: ser competitivos en el Turismo Nacional. De hecho, de mí se habla como piloto, pero yo no me siento como tal, sino más bien como un equipo. La explicación de esto es muy simple: si un corredor hoy no funciona con un equipo, se va a otro para tratar de conseguir su meta. Eso implica un cambio de marca, de camiseta, de ambiente de trabajo. Lo nuestro es distinto, creemos en lo que hacemos y actuamos como tal.

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