18 Septiembre 2014
Seguramente “China” debe haberse encontrado con la muerte con la misma tranquilidad y sencillez con que vivió y envejeció. Siempre recuerdo lo que me dijo sobre la vejez: “Cuando yo era joven y salía a bailar con mis amigos pensaba ‘pobres mis padres que se quedan solos’. Ahora, los sábados, cuando van a visitarme mis sobrinos y me cuentan que van a salir a la noche, pienso ‘pobres, tienen que salir y yo en cambio me quedo feliz con mi perrita, mi tejido y mis libros’. La primera vez que entré al camarín me sorprendió lo que tenía para maquillarse: una crema común, colonia Coral y rouge rojo, siempre usó eso y lo llevaba en una gastada bolsita.
Vino a Tucumán con “Emily 123”, “Eva y Victoria” y “Camino a la Meca”.
Odiaba el avión y viajaba siempre en ómnibus. Nada exigente: le daba lo mismo un hotel sencillo que uno de lujo. Era amena y divertida.
Vino a Tucumán con “Emily 123”, “Eva y Victoria” y “Camino a la Meca”.
Odiaba el avión y viajaba siempre en ómnibus. Nada exigente: le daba lo mismo un hotel sencillo que uno de lujo. Era amena y divertida.
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China Zorrilla
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