18 Septiembre 2014
PRIMERA ENTREVISTA. EN 1974, CHINA ZORRILLA HABLÓ CON DARDO NOFAL. LA GACETA / ARCHIVO
Hace poco más de 40 años, China Zorrilla debutó en Tucumán. Su llegada a la provincia fue con la comedia de Bernard Shaw, “Querido mentiroso”, cuando su nombre y su figura ya era conocida en el país por haber participado en la telenovela de Alberto Migré, “Pobre diabla”. En ese 1974, la entrevista fue con cigarrillo en la mano, testimonio de la fumadora que fue hasta los 70 años.
Pasó bastante tiempo hasta su regreso a los teatros tucumanos: fue en noviembre del 82, cuando el escenario del San Martín se llenó de su presencia y parecía achicarse con su monumental interpretación de “Emily”, el monólogo escrito por William Luce sobre la vida y la obra de la poetisa norteamericana Emily Dickinson. “Es como ponerse y sacarse un sobretodo”, dijo entonces. Años después, volvió a ese lugar con “Una margarita llamada Mercedes”, de su compatriota Jacobo Langsner, el mismo autor de la célebre “Esperando la carroza”.
En abril de 1993, la actriz se sorprendió cuando LA GACETA le informó que se habían agotado las localidades en las cuatro funciones en el teatro Alberdi para verla en la primera versión de “Eva y Victoria”, junto a Luisina Brando, donde interpretaba a Victoria Ocampo. Con esa obra y ese personaje volvió otras dos veces, en 1996 y 1998 (en la ultima oportunidad, con Soledad Silveyra como partenaire).
Tucumán también la recibió como actriz de telenovelas en 1994, cuando vino a filmar “El rencor que nos separa” en Villa Nougués.
China tuvo una vida privada muy resguardada, pero no se privó de desgranar sus mejores anécdotas en unipersonales, como los que protagonizó en junio de 2000 y en mayo de 2001, cuando presentó “Había una vez”, ambas en el Centro Cultural Virla. Su siguiente llegada a Tucumán vino con un reconocimiento especial: en 2004, la UNT la distinguió como “Personalidad de la cultura”, a su arribo para protagonizar “Camino a la Meca”.
Abril de 2009 fue la despedida de los teatros locales, con “El diario íntimo de Adán y Eva” que compartió con Carlos Perciavalle, su gran amigo, quien desde ayer está más solo que nunca.
Pasó bastante tiempo hasta su regreso a los teatros tucumanos: fue en noviembre del 82, cuando el escenario del San Martín se llenó de su presencia y parecía achicarse con su monumental interpretación de “Emily”, el monólogo escrito por William Luce sobre la vida y la obra de la poetisa norteamericana Emily Dickinson. “Es como ponerse y sacarse un sobretodo”, dijo entonces. Años después, volvió a ese lugar con “Una margarita llamada Mercedes”, de su compatriota Jacobo Langsner, el mismo autor de la célebre “Esperando la carroza”.
En abril de 1993, la actriz se sorprendió cuando LA GACETA le informó que se habían agotado las localidades en las cuatro funciones en el teatro Alberdi para verla en la primera versión de “Eva y Victoria”, junto a Luisina Brando, donde interpretaba a Victoria Ocampo. Con esa obra y ese personaje volvió otras dos veces, en 1996 y 1998 (en la ultima oportunidad, con Soledad Silveyra como partenaire).
Tucumán también la recibió como actriz de telenovelas en 1994, cuando vino a filmar “El rencor que nos separa” en Villa Nougués.
China tuvo una vida privada muy resguardada, pero no se privó de desgranar sus mejores anécdotas en unipersonales, como los que protagonizó en junio de 2000 y en mayo de 2001, cuando presentó “Había una vez”, ambas en el Centro Cultural Virla. Su siguiente llegada a Tucumán vino con un reconocimiento especial: en 2004, la UNT la distinguió como “Personalidad de la cultura”, a su arribo para protagonizar “Camino a la Meca”.
Abril de 2009 fue la despedida de los teatros locales, con “El diario íntimo de Adán y Eva” que compartió con Carlos Perciavalle, su gran amigo, quien desde ayer está más solo que nunca.
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