Yaya Touré, el faro de Costa de Marfil

Yaya Touré, el faro de Costa de Marfil

El volante central de Manchester City maneja los hilos en la selección africana.

06 Junio 2014
Yaya Touré es un jugador que ya a simple vista llama la atención. De por sí, su físico impresiona con su 1,96 metro, pero a eso le agrega una habilidad que sorprende para su estatura, una potencia que abruma, un despliegue incansable y goles, bastantes por tratarse de un jugador cuya ubicación está en el centro exacto de la cancha.

El exquisito futbolista será una de las estrellas que acudirán al Mundial de Brasil, donde defenderá los prestigios de un seleccionado marfilense que intentará -quizá por última vez- dar el salto y meterse entre los mejores. Cabe recordar que la mayoría de sus jugadores importantes cumplió o tiene ya más de 30 años: Kolo Touré (hermano de Yaya), el eterno goleador Didier Drogba, Siaka Tiene y Didier Zokora.

Touré será el encargado de mover los hilos de Costa de Marfil, un seleccionado que por ahora cuenta con el apoyo de sus habitantes, pero que de superar por primera vez la fase de grupos, será alentado prácticamente por todo el continente. Dado que los equipos africanos no suelen llegar muy lejos, es muy común la unión deportiva entre ellos.

El volante del Manchester City, flamante campeón de la Liga Inglesa y compañero de los argentinos Sergio Agüero, Pablo Zabaleta y Martín Demichelis, ya disputó los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, en los que jugó los seis partidos de su seleccionado, con un gol en el último ante Corea del Norte.

Es cierto, los “elefantes” nunca llegaron más allá de la fase de grupos, pero también lo es que en ambas ocasiones debieron enfrentar zonas muy complicadas. En Alemania debieron medirse con Argentina (1-2), Holanda (1-2) y Serbia y Montenegro (3-2). En Sudáfrica, se toparon con Portugal (0-0), Brasil (1-3) y los coreanos (3-0), para terminar solo un punto por debajo de los lusitanos, los últimos clasificados.

Por eso, el objetivo de Touré y compañía es clasificar por primera vez a la fase eliminatoria, algo a lo que el grupo C les permite aspirar. En efecto, Colombia, Grecia y Japón son rivales duros, pero no potencias.

En caso de lograrlo, habrá un nuevo horizonte para los marfileños: llegar a semifinales de un Mundial, algo que ningún seleccionado africano pudo hacer. Hasta ahora, hubo tres que alcanzaron cuartos de final: Camerún en 1990 (con victoria ante Argentina en el debut y derrota agónica ante Inglaterra por 3-2), Senegal en 2002 (cayó ante Turquía 1-0 con gol de oro en el suplementario) y Ghana en 2010 (derrota por penales con Uruguay).

Eso sí, para soñar a lo grande, el seleccionado equipo dirigido por el francés Sabri Lamouchi dependerá en gran parte de lo que pueda surgir de los pies de Touré, quien debutó hace exactamente 10 años en el equipo, y que por su ubicación en el medio de la cancha es una especie de faro que marca el camino.

El jugador nacido en Sokoura Bouaké, de 31 años, tiene panorama, un tranco elegante y llegada al arco para definir como casi ningún volante central en el mundo. A eso hay que añadirle una potente pegada y la precisión para definir, no siempre con fuerza sino también con ubicación. En pocas palabras, es un crack que casi siempre fue patrón en los equipos en los que se desempeñó.

Touré debutó en 2001 en el ASEC Mimosas de su país, pero luego inició su andar por Europa con pasos por KSK Beveren de Bélgica, Metalurg Donetsk de Ucrania, Olympiacos de Grecia y Mónaco de Francia. Todo ello antes de recalar en Barcelona, donde brilló hasta que perdió el puesto bajo la dirección de Josep Guardiola y pasó en julio de 2010 al Manchester City por unos 30 millones de euros.

Alcanzó 14 títulos locales con sus clubes y tres internacionales en su paso por el ‘Barca’, y este año fue clave para el rendimiento del City en la consagración en la Liga Inglesa y la Capital One Cup (ex Carling Cup). No solo se destacó por su juego, sino también por su frecuencia en mandar la pelota a la red (24 goles en 45 partidos) tratándose de un volante central.

Es cierto que el “42” de los celestes anunció que quiere irse del club, molesto porque los dirigentes no le festejaron el cumpleaños como quería, pero por ahora en su cabeza solo hay lugar para lo que suceda en Brasil, donde pretende encabezar la coronación de la exitosa generación de Costa de Marfil, dos veces subcampeona de la Copa de Africa (2006 y 2012), la cual su país solo pudo ganar en 1992.

No extraña entonces la preocupación que despertó la ausencia del Jugador Africano del Año en el amistoso frente a El Salvador Estados Unidos, en el que los “elefantes” ganaron 2 a 1. Algunos medios aseguraron haber visto signos de dolor en el gigante en un entrenamiento previo al encuentro. Sin embargo, desde la Federación de su país aclararon que se trató de una medida precautoria para cuidar el físico de quien viene de una lesión y ha tenido una temporada agotadora.

Hasta aquí, los títulos más importantes de Africa son las medallas de oro de Nigeria y Camerún en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y Sydney 2000, respectivamente. Pero en el continente negro existe una fuerte creencia de que Costa de Marfil puede patear la estantería en Brasil por varias razones. Una de ellas se llama Yaya Touré.

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