28 Enero 2014 Seguir en 
La aparición de ronchas rojas en la piel, acompañada de picazón, hinchazón e inclusive dolor, puede tratarse de lo que clásicamente se ha venido llamando urticaria crónica idiopática (UCI), y que hoy se denomina urticaria crónica espontánea (UCE). Produce molestias y a menudo se la confunde con otras afecciones si no es tratada por especialistas.
La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica sostiene que es necesario llegar al diagnóstico certero para que la trate en base al protocolo internacional (Guías Europeas de Tratamiento de la UCI/UCE), cuyo esquema de tratamiento cambió en base a los últimos hallazgos científicos.
La urticaria crónica se presenta permanente o recurrentemente y se caracteriza por la aparición de habones (bultos) en cualquier parte del cuerpo durante más de seis semanas. Un brote puede durar hasta 5 años. El habón es por naturaleza evanescente.
“Mientras dura el brote, la piel está muy reactiva a toda clase de estímulos: en particular a todo lo que provoca un aumento de temperatura de la piel (actividad física, fiebre, ciertos alimentos, alcohol, exposición al sol, por ejemplo), situaciones estresantes, afecciones autoinmunes o endocrinológicas y algunas infecciones. Si bien no son la causa de la enfermedad, en muchos casos la agravan”, señaló el doctor Jorge Máspero, especialista en alergia e inmunología clínica. “Es muy importante el diagnóstico acerca del tipo de urticaria y sus características para educar al paciente y personalizar la terapéutica, ya que de no tratarse correctamente, el cuadro se agrava y continúa sin alivio para el paciente”, subrayó.
Los síntomas se tratan con antihistamínicos de uso prolongado, pero un alto porcentaje no responde a la terapia. Es por eso que las nuevas guías prevén el uso en tercera línea de un fármaco utilizado para la mejora del asma bronquial severa de origen alérgico, el omalizumab, que demostró buenos resultados en un estudio clínico realizado en Europa.
La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica sostiene que es necesario llegar al diagnóstico certero para que la trate en base al protocolo internacional (Guías Europeas de Tratamiento de la UCI/UCE), cuyo esquema de tratamiento cambió en base a los últimos hallazgos científicos.
La urticaria crónica se presenta permanente o recurrentemente y se caracteriza por la aparición de habones (bultos) en cualquier parte del cuerpo durante más de seis semanas. Un brote puede durar hasta 5 años. El habón es por naturaleza evanescente.
“Mientras dura el brote, la piel está muy reactiva a toda clase de estímulos: en particular a todo lo que provoca un aumento de temperatura de la piel (actividad física, fiebre, ciertos alimentos, alcohol, exposición al sol, por ejemplo), situaciones estresantes, afecciones autoinmunes o endocrinológicas y algunas infecciones. Si bien no son la causa de la enfermedad, en muchos casos la agravan”, señaló el doctor Jorge Máspero, especialista en alergia e inmunología clínica. “Es muy importante el diagnóstico acerca del tipo de urticaria y sus características para educar al paciente y personalizar la terapéutica, ya que de no tratarse correctamente, el cuadro se agrava y continúa sin alivio para el paciente”, subrayó.
Los síntomas se tratan con antihistamínicos de uso prolongado, pero un alto porcentaje no responde a la terapia. Es por eso que las nuevas guías prevén el uso en tercera línea de un fármaco utilizado para la mejora del asma bronquial severa de origen alérgico, el omalizumab, que demostró buenos resultados en un estudio clínico realizado en Europa.
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