Un mundo entre los dos

Un mundo entre los dos

Cardenales dio rienda suelta a su alegría postergada y en Universitario no faltó la autocrítica.

ALLÁ EN EL CIELO. Germán Nuñez se abraza con sus compañeros mientras agradece una actuación determinante. A Cardenales aún le falta jugar la final, pero por el momento el triunfo le basta para ser feliz. ALLÁ EN EL CIELO. Germán Nuñez se abraza con sus compañeros mientras agradece una actuación determinante. A Cardenales aún le falta jugar la final, pero por el momento el triunfo le basta para ser feliz.
19 Noviembre 2012
Luego del agónico triunfo de Cardenales y Universitario, lógicamente quedaron sensaciones muy diversas en ambas filas. A la felicidad interminable de los "purpurados" se le contrapuso la desolación indescriptible de las "serpientes".

Uno de los principales responsables del "dolor" de la "U" fue el que ejecutó el penal que dio vuelta la historia: Germán Núñez. "Perdimos la final del Regional sobre la hora, pero esta vez se nos tenía que dar a nosotros. ¿Si la cuarta es la vencida? Nosotros somos turcos, somos raros, así que por qué no. Este triunfo se lo dedico a mi tío "Bocha" (Ramón Roldán), que por más que haya sido 'serpiente', lo recuerdo con mucho cariño", expresó "Chicho", antes de fundirse en incontables abrazos con sus compañeros.

De esa marea de alegría surgió otra figura preponderante: la de Álvaro López González, que si bien no pudo apoyar sigue siendo el tryman del equipo en este certamen, con cuatro conquistas. ¿Se retira en plena forma? Sí.

"Ojala el último partido se jugara acá para cerrar mi carrera como jugador de Primera en mi casa. Ganarle a Duendes y ser campeón sería un gran broche de oro. Esta vez no se nos puede escapar", arriesgó el wing confiando.

Apenas unos metros más allá, pero a un mundo de distancia, estaba Diego Ternavasio, ícono de las "serpientes". "La entrega de este equipo siempre es total, pero tenemos que aprender a ser más inteligentes en esta clase de partidos y ante estos rivales", encendió la autocrítica el medio scrum, que dejó entre puntos suspensivos la cuestión de si seguirá o no el año que viene. "Veremos cómo me encuentra febrero", tiró.

Por su parte, el entrenador Rodrigo Honorato no anduvo con vueltas: "es una tristeza terrible. Había que estar concentrados hasta la última pelota. No lo hicimos y quedamos en la puerta de una nueva final. Pero Cardenales tuvo un gran año y creo que es merecedor de jugar la final. Fue el equipo más regular que tuvo Tucumán".

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