"La penitencia depende de la intencionalidad. En este sentido, los curas del campo son prácticos y distinguen entre el borracho consuetudinario, que está perdido en el pecado y ya no sabe lo que hace, del que eventualmente se emborracha. Este tiene más culpa porque prepara y organiza la borrachera"
Carlos Soria, vicario general de la Diócesis de Concepción
"Cada vez presto menos atención a los pecados y más a las circunstancias afectivas, materiales y sociales de la persona que se confiesa"
Marcelo Durango, vicario de la parroquia de Nuestra Señora del Valle (Yerba Buena)
"Hay penitentes que prefieren enumerar los pecados y otros que necesitan exponer la situación. Pero intento que nadie los 'largue' del tirón, sino que la confesión sea el producto de una reflexión"
Sergio Costilla, administrador parroquial de la Catedral
"No hay que ser muy duro con la penitencia. Si se trata de un robo, que se restituya lo robado. No importa la cantidad de oraciones, sino la actitud. Es decir, que la oración acompañe la acción y que la penitencia no espante a los fieles"
Carmelo D'Elía Tirone, vicario de la parroquia del Santo Cristo
"Hay personas que necesitan perdonarse a sí mismas como Dios las perdona. Y también están los que juegan o quieren 'macanear' con la misericordia divina y piensan: 'peco ahora y me confieso después'. La reconciliación es una cuestión íntima, de conciencia, y no existe el derecho a la absolución de los pecados" Carlos Sánchez, vicario general de la Arquidiócesis de Tucumán
"Muchos fieles dejan de comulgar y se creen en pecado mortal porque faltaron a la misa dominical. ¿Quién puede creer que Jesús condena por eso? Me apena que la celebración eucarística se vea como una obligación y no como el encuentro amoroso de la familia cristiana"
Eduardo "Lalo" Silva, párroco de Nuestra Señora de Luján