Sorpresa en La Cripta y en los jardines del MUNT

"La Cripta fue absolutamente conmovedora. Nunca me hubiera imaginado que en un espacio como ese (el sótano de la parroquia San Juan Bosco) pudieran los jóvenes utilizar el arte para reflexionar", afirmó Beatriz Orozco, mientras esperaba con su esposo, Jesús Gutiérrez, en la puerta del MUNT, el ómnibus que la trasladaría a los demás museos del centro. Luisa de Arias y Teté Robles, dos maestras jubiladas, disfrutaron del espectáculo aéreo que acababan de presenciar en los jardines del MUNT, transportadas por las voces de Monserrat Caballé y de María Callas, entre otros. "Me gustó la representación de las chicas. Además, hay que hacer conocer el Museo de Arqueología. Yo siempre llevaba a mis alumnos a los museos. Y mis nietos nunca visitaron uno", remarcó Luisa.
A Sofía (de 12 años) la entusiasmaron las carretas, las armas y las fotografías que vio en el Museo del Ejército. Y Ximena (12 años), que estaba con su mamá, Fabiana, y con sus hermanos, colgó un poema en el Timoteo Navarro, donde un grupo de pintores (entre ellos el destacado Alfredo Prior) desarrollaron un "trabajo en proceso". Entre los chicos  que jugaron a ser artistas, Leonardo (8 años) dibujó una casa y un colectivo chocado Y Lautaro (10 años) plasmó un auto chocado, con la rueda girando alrededor de un farol.