La ciudad fue un museo a cielo abierto

La ciudad fue un museo a cielo abierto

En los 23 espacios que el sábado abrieron sus puertas al público, convocados por la Red de Museos, los visitantes pudieron codearse tanto con el pasado como con el presente; dialogaron con la historia y con el arte, con las vanguardias y con los repertorios clásicos.

PAISAJES. Arriba, en el MUNT, fotografías de Alejandro Gil. Abajo, la majestuosidad de La Cripta (izquierda) y artistas trrabajando, en el Timoteo Navarro. LA GACETA/ FRANCO VERA PAISAJES. Arriba, en el MUNT, fotografías de Alejandro Gil. Abajo, la majestuosidad de La Cripta (izquierda) y artistas trrabajando, en el Timoteo Navarro. LA GACETA/ FRANCO VERA
18 Mayo 2009
El sábado, gran parte de la ciudad fue un gran museo en el que hubo dos prohibiciones: no tocar y no participar. Jóvenes y adultos, padres y madres con hijos propios y ajenos, y grupos de adolescentes circularon no sólo por el casco céntrico, sino por todo el circuito que habían propuesto los organizadores de la "Noche de los museos".
En la víspera del Día Internacional de los Museos, los seis ómnibus que había dispuesto la Red de Museos para trasladar al público desde la plaza Independencia no dieron abasto. El menú fue variado y para todos los gustos: La Cripta (colegio Tulio), el MUNT, el Museo del Ejército, el Museo del Azúcar (Casa del Obispo Colombres); el Virla, el Museo Timoteo Navarro, el Rougés, la Casa Padilla, el Museo de Arte Sacro, fueron apenas algunos de los puntos de un mapa que incluyó 23 destinos posibles, distribuidos en cuatro circuitos (por zona).
En el área céntrica, el Timoteo Navarro, el Nicolás Avellaneda y la Casa Histórica fueron tres de los espacios más concurridos. En la plaza temática ubicada al lado de la Casa Histórica se expusieron sobre pantallas gigantes obras de artistas en formato de video. Los visitantes se tentaban con la descripción lineal de la historia de Tucumán, Argentina y el mundo, que está expuesta en una pared.
Por la Casa de la Independencia pasaron más de 2.000 personas,  precisó Patricia Fernández Murga, que participó de la organización. Al museo llegó gente de todos los rincones y de todas las edades.
Sobre la fachada de la Casa Histórica, las fotos del célebre Angel Paganelli mostrando imágenes de las calles tucumanas en 1860 y de los diferentes edificios históricos deslumbraron a los asistentes.
El circuito continuaba por el interior del museo. La mayoría de los visitantes que se detenían en el salón de la Jura de la Independencia reconocieron que casi no recordaban el lugar que habían visitado cuando eran escolares. En todos los grupos se escuchaban anécdotas. "Mi abuela nos traía a todos los nietos en el tren. El único paseo emocionante que teníamos en la niñez era la casita de Tucumán. Hacía más de 50 años que no venía", contó emocionada Rita Miranda. Desde el patio central del museo se escuchaban aires de zamba, en las voces del dúo "Sencillitos", integrado por Nancy Pedro y Ariel Alberto.
De pronto, el estampido de un cañón se robó la atención de los presentes: así comenzaba la puesta teatral "Bajar del Bronce", por el grupo "Los Intérpretes", dirigidos por Horacio Dantur y Soledad Pereyra. Los actores se presentaron como estatuas vivientes que representaban escenas de la vida cotidiana y de la guerra de la Independencia. "Es un aporte para la cultura lo que hicieron esta noche. Mi familia y yo nunca habíamos venido a la Casa Histórica; suele pasar que como uno es de acá no valora lo que tiene", comentó Susana Nieves. Sus hijos, Catalina y Ricardo, de siete y seis años respectivamente, se mostraron muy divertidos con la salida. "Lo que más me gustó fue la obra de teatro", dijo la niña. "Sí, la parte que balean a un soldado", agregó el pequeño.
En Congreso primera cuadra, numerosos visitantes pudieron disfrutar de los diversos objetos expuestos relacionados con la vida religiosa, en el Museo de Arte Sacro.
Afuera, la luz mortecina de los faroles y la calle adoquinada se ofrecían para completar un viaje compartido al siglo XIX.

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