Otra vez el mismo fantasma: el del quiebre institucional

Otra vez el mismo fantasma: el del quiebre institucional

Análisis. Por Walter Schmit - columnista de DyN.

19 Marzo 2009

BUENOS AIRES.- El fantasma del abandono anticipado del poder, que ha signado la historia política argentina, parece resurgir en forma cíclica, luego de cada período de estabilidad institucional. Esta vez, en el 2009.
Sin embargo, a diferencia de otras oportunidades en las que ese fantasma regresaba de la mano de confabulaciones de sectores de la derecha, grupos empresarios, intereses extranjeros o bien desde el ámbito castrense, es en el propio oficialismo donde se alimenta “al monstruo“ del quiebre institucional.
Las palabras del dirigente bonaerense ultrakirchnerista Emilio Pérsico acerca de que si los Kirchner son derrotados en las próximas elecciones entonces deberá gobernar Julio Cobos, no hicieron más que ponerle nombre y apellido a una versión que circula desde hace varios días, en boca de otros hombres del oficialismo. “Nosotros no vamos a compartir el poder con nadie y mucho menos con la oposición”, se escuchó decir en el ámbito del kirchnerismo.
Inevitablemente, ese hipotético y no querido escenario remite a la madrugada de julio de 2008, luego que Cobos votó en contra de su propio gobierno en el tratamiento de la Resolución 125, con su famoso “mi voto no es positivo”.
Muchas voces hablaron de un Kirchner enajenado, proponiéndole a su esposa, la presidenta Cristina Fernández, dejar el sillón de Rivadavia.
El propio ex presidente definió el martes -durante su discurso en un mitin del PJ en La Plata- la importancia de los comicios legislativos como la elección entre la consolidación de la gobernabilidad o un escenario del que la oposición sería responsable. ¿Cuál?
A ese tren se subió Elisa Carrió, quien acredita varias advertencias apocalípticas, al deslizar que podría haber elecciones presidenciales anticipadas, después de las parlamentarias. Esta vez, no quedaron descontextualizadas como en anteriores oportunidades.
La alerta llegó también a oídos del mendocino Julio Cobos, que trató de llevar calma a los suyos, y remarcó su apuesta a que el matrimonio presidencial escuche la voz de las urnas. Nada más.
Al menos, algunas áreas del gobierno nacional ya hablan de “antes y después de junio”.
Lo que se desconoce es si se refieren a un punto de inflexión en el marco institucional, o bien a un cuadro de devaluación del peso, como también analizan cerca de la Presidenta.
Ante ese cuadro, el peronismo intenta coordinar esfuerzos. En esa tarea se observa a varios gobernadores que en los últimos días se han reunido, con la excusa de acuerdos provinciales, como Mario Das Neves; Daniel Scioli; José Luis Gioja; Juan Manuel Urtubey, y Oscar Jorge y Juan Schiaretti. Todos coinciden en la difícil situación económica que se avecina en sus provincias y también en la necesidad de ir pensando en una suerte de Liga de Gobernadores que tenga que ver, después de junio, en la conducción del peronismo nacional.
No obstante, con Néstor Kirchner a la cabeza, el oficialismo aumenta sus posibilidades de imponerse en territorio bonaerense. Allí, Felipe Solá y Francisco de Narváez -sobre todo el ex gobernador bonaerense kirchnerista- intentan minimizar la disputa por el primer lugar en la lista.
“Todos juegan para nosotros”, alentó un dirigente pingüino, ante la pelea por el cartel en el nuevo espacio que el peronismo anti-K intenta conformar con Mauricio Macri.
Una vez más, el principal opositor de un gobierno, pareciera ser el propio gobierno.

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