Hace falta volver a pensar como seres de una sociedad

"Necesitamos volver a pensar como seres sociales", pregonan algunos profesionales.

DE CHARLA. Uno de nuestros hábitos cotidianos es cafetear entre amigos. DE CHARLA. Uno de nuestros hábitos cotidianos es cafetear entre amigos.
19 Octubre 2008
"Los tucumanos no hacemos mucho para cambiar nuestra irrespetuosidad ante la ley. Somos personas egoístas que sólo pensamos en nuestro bienestar, en facilitar nuestras cosas sin importarnos el perjuicio o la inconveniencia que causamos al otro", opinó Luciana Palavecino, de 29 años. La contadora pública graficó la transgresión con el cruzar las calles por cualquier lado o el avanzar en vehículo aun con el semáforo en rojo, sin importar que ello pueda causar un accidente."No creo que el problema sea la falta de leyes; más bien es la falta de compromiso en cumplirlas y hacerlas cumplir. Sólo pensamos como egoístas, no como sociedad", puntualizó y abogó porque se cumplan las normas existentes "sin desviaciones" o "facilidades" otorgadas por funcionarios. "Se deben imponer multas bajas, pero cobrables y pagables, porque una vez que nos tocan el bolsillo actuamos distinto", agregó.
Entre las virtudes de sus comprovincianos, la joven profesional destacó: "es servicial y tiene empuje para apoyar causas nobles. Creo que somos talentosos en nuestras profesiones y manifestaciones artísticas".
Luciana se quejó por la suciedad que hay en la ciudad. y dijo que ello era una cuestión de educación. "Si disfrutamos de un picnic o un asado al aire libre no limpiamos ni recogemos los residuos en bolsas y si lo hacemos las dejamos en cualquier parte. Sólo con el ejemplo se puede inculcar a un niño que sea pulcro y cuidadoso con el medio ambiente. Si sus padres dejan basura cualquier parte o por comodidad la arrojan por las ventanillas de su auto enseñan lo malo", dijo.
Para el letrado, Daniel Urueña, de 51 años, la mala costumbre de tirar basura se generalizó por la falta de cestos de residuos. "No importa cómo o de qué los hagan ni cómo los instalen, siempre los tucumanos los destruyen o los roban. Además, las autoridades municipales tampoco los reponen. Prefieren gastar dinero en publicidad política", remarcó molesto. 
En opinión de Urueña, la transgresión a las leyes se alimenta por la negligencia o la corrupción de quienes tienen la obligación de hacerlas cumplir. "No hacen falta más leyes; sólo hay que hacer que se cumplan, porque ya están. Por ejemplo, los vendedores volvieron a las calles del centro y las autoridades municipales no hacen nada. Hay que reconocer que muchos tucumanos violamos las normas. Tampoco asoman buenas señales desde la cúspide del poder, porque las más altas autoridades también transgreden las disposiciones", indicó.

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