Un paraíso de aguas tibias y noches calientes

Los pies se zambullen en una arena albina. Frente a ellos, el majestuoso Atlántico presume a la costa con caricias húmedas. Una endemoniada samba se adivina de fondo y se confunde, de a ratos, con los gritos de quienes ofrecen sucos de fruta. Más allá, una morena de curvas peligrosas y trenzas infinitas saborea una caipirinha ardiente. Hasta el más escéptico de los que visitan Brasil vuelve convencido de que, al menos por una quincena, ha entrado en el túnel de los privilegiados y se ha enredado en las glorias del Paraíso.
Por sus habitantes de piel caliente y pies inquietos, sus playas frescas y su sol eterno, el país carioca trepa hasta el primer puesto de la lista de destinos internacionales preferidos por los tucumanos, coincidieron los operadores turísticos consultados por LA GACETA.
Este año, como en los anteriores, muchos viajeros se volcaron por los rumbos tradicionales: Buzios, Camboriú y Florianópolis. Otros se dejaron abordar por la curiosidad y decidieron conocer nuevos lugares, que prometen tanto o más que los clásicos brasileños.

Movida nocturna
Juan Carlos Pacheco, gerente de una agencia de turismo, es sincero al describir a Camboriú: allí, la movida nocturna se destaca más que las playas. Sucede que la infraestructura turística se ha desplegado tanto en esa ciudad, que la jungla de cemento avanzó demasiado sobre las costas y casi las hizo desaparecer. “A las 14, los edificios tapan el sol y, quienes están en el mar, tienen que moverse de lado en lado para encontrar rincones donde broncearse”, precisa.
Si al viajero esto le importa menos que disfrutar de boliches, shoppings y cines, entonces Camboriú puede ser un destino a considerar. Viajar hasta allá en ómnibus, con siete noches de alojamiento y media pensión, le costará desde $ 1.540 en adelante.
También en el estado de Santa Catarina, pero más al sur, otro destino se hace apetecible: Florianópolis. Con playas angostas y mares calmos y cálidos, esta ciudad presenta una dualidad: alejándose pocos kilómetros de sus balnearios más conocidos y concurridos -como Canasvieiras o Ponta das Canas- se pueden encontrar tramos costeros casi vírgenes, como si se volviera al estado anterior a la explotación turística.
El precio para viajar a Florianópolis en ómnibus, con siete noches de alojamiento y media pensión, ronda los $ 1.560.
Para las personas de 25 años para arriba, la licenciada en Turismo Claudia Cambas recomendó pasar las vacaciones en Búzios. “Tiene 26 playas y un sinfín de actividades para realizar: se puede alquilar un buggy para recorrer el lugar y andar por las dunas; conocer las distintas costas en barco, hacer buceo o snorkel y hasta visitar una playa nudista”, contó, divertida.
Ir a Búzios -también conocido por sus finas boutiques y sus sofisticados edificios-en avión desde Córdoba, con siete noches de alojamiento y desayuno, cuesta de U$S 700 en adelante. Todos los precios son por persona, con base doble.

Nuevos lugares
Pacheco y Cambas coincidieron en que se incrementó la demanda de destinos no muy conocidos por los tucumanos, la mayoría de ellos en el noreste brasileño. “No son lugares nuevos, pero sí lo es su promoción. Son pedidos por personas que viajaron tres o cuatro veces al país y quieren conocer nuevos ámbitos”, señalaron.
Porta de Galinhas y Jericoacoara resuenan como las opciones más recomendables. Entre sus atractivos, resaltan sus playas de blanca arena; sus dunas, arrecifes y lagunas; su ambiente especial para la aventura y, por supuesto, su entretenimiento nocturno.
Pacheco recomendó también conocer Aracaju, en el estado de Sergipe, ideal para los amantes del ecoturismo. “La infraestructura es menos densa que en otros lugares, pero los resorts cubren todos los servicios. Aquí se puede hacer trekking en las montañas, kayak en medio de los ríos, avistaje de distintas especies y buceo, entre otras cosas”, precisó. Los precios para ir al noreste brasileño rondan los U$S 1.000, por persona, con base cuádruple.