Las ruinas de La Ciudacita intrigan a los arqueólogos

Las ruinas de La Ciudacita intrigan a los arqueólogos

El sitio ceremonial incaico es el más austral del continente. Creen que también servía como un observatorio del cielo. La Puerta del Sol marca el inicio del verano.

TURISMO AVENTURA. Llegar a La Ciudacita requiere muchas horas de cabalgata, a lomo de mula. LA GACETA TURISMO AVENTURA. Llegar a La Ciudacita requiere muchas horas de cabalgata, a lomo de mula. LA GACETA
18 Noviembre 2007
En el sudoeste de nuestra provincia, entre los ríos Jaya y Las Parvas, están las ruinas de pircas grisáceas que los arrieros llamaban Pueblo Viejo y algunos documentos antiguos mencionan como La Ciudacita.
Este misterioso lugar de origen incierto, a los 4.200 metros de altura, es la construcción incaica que está más al sur del Cuzco y del Imperio Inca, en lo alto del Parque Nacional Los Alisos.
Para los arqueólogos fue un lugar ceremonial, y a la vez un estratégico punto de observación del cielo, y de los límites del riquísimo y extendido imperio.
Entre tantas leyendas que campean sobre este lugar, se dice que de allí bajaron las cadenas de oro con las que se pretendió lograr la liberación del cacique Atahualpa, preso en Cajamarca, actual territorio del Perú. También se dice que a su muerte las valiosas cadenas fueron arrojadas a las aguas de una laguna.
Un recorrido por Ciudacita permite distinguir dos ámbitos bien diferentes. El recinto ceremonial, o Kalasasaya, al que se entra por la Puerta del Sol, y Los Corrales, el sitio desde el que se observaba el cielo.
Los recintos, sobre las laderas, rodean un campo ceremonial en forma de rectángulo, de cuarenta por sesenta metros, donde se cree está encerrado el misterio de su origen y su razón de ser, según informóun cable de TELAM.
En 1949, cuando Ciudacita fue descubierta por un geógrafo alemán, se iniciaron estudios que todavía no han conseguido develar su funcionalidad, ni explicar por qué ese santuario se levantó en una comarca de clima hostil.
Allí el invierno alcanza los 20 grados bajo cero de temperatura, mientras que las del verano superan los 30 grados.
Los estudiosos descubrieron indicios de que esas pircas, de un metro de altura, están orientadas de manera especial, con “mística sabiduría”.
También señalaron que las tierras que rodean este centro ceremonial no son buenas para sembradíos, y que al parecer no había allí una población estable, ya que no se hallaron cementerios en las cercanías.
Los estudios efectuados a lo largo de más de cincuenta años comprobaron que en la Puerta del Sol, o Inti Huatana, que marca el solsticio de verano, es decir el 21 de diciembre, el día del año en que la Tierra está más cerca del sol, ese día al atardecer el astro baja simétricamente por la abertura de la Inti Huatana.
Para los arqueólogos este manejo de los astros demuestra que el sol era una importante deidad dentro de la cosmovisión de los hombres que levantaron el enigmático lugar.

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