Afirman que el tubo de GNC del auto que explotó no fue aprobado

Expertos dicen que el dueño del auto obtuvo la oblea con un cilindro de acero y luego lo cambió. Deberían hacer controles en las refinerías.

PERICIAS. La Policía secuestró los trozos del cilindro que explotó el lunes. LA GACETA /  ANTONIO FERRONI PERICIAS. La Policía secuestró los trozos del cilindro que explotó el lunes. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
24 Octubre 2007
"Se sacudió todo el local. Todos quedamos conmocionados, fue muy feo. Si hubiera habido gente en la mesa donde cayó el cilindro, la hubiese matado", contó el parrillero Luis Apud, del restaurante de Catamarca y avenida Sarmiento, ubicado a unos 100 metros de la estación de GNC donde explotó un taxi mientras realizaba una carga de gas. Una de las mitades del tubo llegó volando e impactó contra la vidriera del comercio, y destrozó una mesa con sus sillas.
El vehículo que estalló en la GeoGas de Catamarca y España tenía instalado un cilindro no permitido, cuyas características no coincidían con lo descripto en la tarjeta de habilitación, aseguró el ingeniero Hugo Celerino. El experto, integrante de Capega -cámara que nuclea a los expendedores- dijo que algunas personas cambian el cilindro permitido, de acero, por otro más liviano, cuyo uso está prohibido desde 1996.
"Este era un vehículo viejo. En los papeles figuraba que tenía un tubo Inflex, de acero, pero aparentemente el dueño lo tenía guardado y lo instalaba cuando debía hacer la renovación de oblea. Después lo cambiaba por el otro, que es más liviano", conjeturó Celerino.
Dado que el cilindro de aluminio y fibra de vidrio es 30 kilos más liviano que el de acero, Celerino conjeturó que el taxista Cosme Recúpero habría tenido la intención de preservar el desgaste de los amortiguadores traseros.
"La estación de servicio actuó correctamente, porque estaba cargando gas a un vehículo que tenía una oblea en regla-. Los entes oficiales tendrían que salir a controlar a los autos en las estaciones de servicio en el momento de la carga, para preservar la seguridad pública". Celerino advirtió que hay vehículos que circulan sin oblea o que tienen la oblea vencida, e incluso hay obleas falsas. "Algunas estaciones de servicio les cargan de todos modos porque bajó la venta", afirmó.
Silvia Díaz, titular de Defensa Civil de la Municipalidad de la capital, dijo por su parte que a las autoridades les resulta muy difícil hacer de "niñera" de los miles de autos que hay en la capital.
"Esto es responsabilidad de varios sectores: áreas oficiales, comerciantes y del dueño del vehículo", aseveró.
Adrián Mansilla, de la Dirección de Transporte, explicó que el municipio no tiene injerencia en los controles de los cilindros de gas y que ni siquiera se hacen revisaciones sobre este aspecto a los taxis que ingresan al Sutrappa. "Es algo que le compete al ente regulador Enargas. Todos los autos deben someterse a una revisión anual para que les renueven la oblea, con la cual pueden cargar gas en las estaciones de servicio", detalló.
Las normas establecen además que, cada cinco años, se debe someter al cilindro a una prueba hidráulica, aplicándole una presión 50% más alta que la que debe soportar normalmente, explicó Gustavo Sanz, directivo de Capega. Según los expertos, la mayoría de los automovilistas se someten a los controles para obtener la oblea y aseguraron que la explosión del tubo se produjo por una negligencia.

La última revisión
El especialista en instalación de tubos de GNC, Daniel Brunella, que analizó el siniestro, sostuvo que se trata de un acto de negligencia por parte del propietario del auto. "Los datos oficiales indican que el Ford Fiesta había sido convertido a gas en el 2000. El último control que se realizó en el vehículo fue en enero, y el equipo que había presentado el dueño funcionaba perfectamente, pero luego lo cambió por uno más liviano", señaló.
"Los controles de GNC funcionan perfectamente. Todos los accidentes que ocurren se deben a la imprudencia, no a la falta de controles. En nuestra empresa revisamos más de 30 autos por día, y en Tucumán, hay 40.000 vehículos con gas. El gas es una bomba de tiempo, pero si se usa de acuerdo con las normas establecidas, es muy seguro. El dueño del rodado sabía que estaba prohibido ese cilindro e igualmente puso en riesgo la seguridad pública", opinó.

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