La reprogramación del duelo pendiente frente a Independiente obligó a Atlético Tucumán a encarar una agenda comprimida de tres partidos en apenas seis días, algo que genera preocupación tanto en el cuerpo técnico como entre los hinchas. Sin embargo, esta no es la primera vez que el "Decano" enfrenta una seguidilla similar: ya lo vivió en 2017 y en 2018, con distintos resultados.
Entre copas y el desgaste
En 2017, Atlético tuvo una agenda especialmente apretada en septiembre. Todo comenzó el 12 de ese mes, cuando viajó a Avellaneda para disputar la revancha de la Copa Sudamericana ante Independiente. El "Decano" cayó 2 a 0 y quedó eliminado.
Cinco días más tarde, el 17 de septiembre, empató 1 a 1 contra Chacarita en el Monumental, por la Superliga. Pese al desgaste, el equipo reaccionó rápidamente: el 19 de septiembre, apenas 48 horas después, venció 2 a 1 a Independiente por los 16avos de final de la Copa Argentina, en un partido que marcó una revancha anímica frente al mismo rival y le permitió seguir en carrera en un torneo en el que después disputó la final.
Libertadores, torneo local y un esfuerzo máximo
En abril de 2018, el calendario volvió a apretar al conjunto tucumano. El equipo dirigido por Ricardo Zielinski igualó 0 a 0 frente a Unión el 22 de abril, en condición de local, por la Superliga.
Tres días más tarde, el 25 de abril, tuvo una de sus grandes noches internacionales: derrotó 3 a 0 a The Strongest, en el José Fierro, por la fase de grupos de la Copa Libertadores. Sin embargo, el trajín físico terminó pasándole factura: el 28 de abril, en Parque Patricios, Atlético cayó 3 a 2 frente a Huracán, cerrando una semana con altibajos pero también con una actuación histórica en el plano continental.
Otro desafío exigente
Ahora, el conjunto dirigido por Lucas Pusineri enfrentará una situación similar:
- Lunes 28/4: vs. Godoy Cruz (visitante)
- Miércoles 30/4: vs. Independiente (local, reprogramado)
- Domingo 4/5 (a confirmar): vs. Lanús (visitante)
Más allá de las dificultades, Atlético ya demostró en el pasado que sabe moverse en contextos adversos. El desafío estará en la gestión del plantel, la rotación y la recuperación física, claves para mantener el nivel competitivo en la recta final del torneo.