Ant-Man - Tamaño Humano - Segunda parte

24 Ago 2015
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Ilustración de Mark Brooks


Aquí podés leer la primera parte de este informe


La caída de Pym

El heredero de Stan Lee, Roy Thomas, fue el que se dio cuenta de que el potencial de Hank Pym estaba justamente en sus propios problemas e inseguridades. Como científico, estaba lejos de la genialidad de Bruce Banner y Reed Richards. Como héroe era un segundón y, lo peor, se sentía menos que Janet Van Dyne e indigno de ella. La primera crisis vino cuando al intentar crear Inteligencia Artificial, terminó creando al androide psicópata con Edipo, Ultrón. Encima el androide lo llamaba padre en cada enfrentamiento con los Vengadores, cosa que no ayudaba en nada, pero así es la vida.

La gran crisis vino cuando pasó a llamarse Chaqueta Amarilla. Un experimento fallido hizo que unos gases lo volvieran esquizofrénico y adoptase una nueva identidad. Al estilo de Banner/Hulk, Chaqueta Amarilla odiaba a su otro yo, pero estaba convencido de que lo había matado. Con esta identidad tuvo el valor de hacer muchas cosas a las que no se había animado hasta que se recuperó de la crisis de esquizofrenia, como proponerle matrimonio a La Avispa. Hank Pym mantuvo la identidad de Chaqueta Amarilla, y se hizo un tanto más oscuro como súper héroe. Sus inseguridades fueron creciendo, sobre todo como científico y esposo. Entre depresivo y violento con su esposa, la tragedia era algo inevitable y se dio de una forma muy fuerte: Hank Pym golpeó a Janet Van Dyn en un momento de desesperación. Según Jim Shooter fue un error de comprensión del dibujante Bob Hall, que apostaba siempre por la acción más extrema, convirtió al empujón típico de “aléjate de mí” por un derechazo. No hubo tiempo para redibujar esa escena y nuestro héroe en decadencia pasó de ser un hombre desesperado a un golpeador de mujeres. Impactó y pasó a la historia del cómic. También le costó el matrimonio a Pym y su membresía como vengador. Después de esto, le tomó años redimirse, pero cuando volvió a ser héroe, duró poco en tiempo de cómic.

Si hay una historia que sirve para conocerlo a fondo a Pym, es La ira de Ultrón. Allí exploran los miedos y la relación patológica que tiene con el androide y a su vez sirve como cierre a su propia historia. Es una novela gráfica inteligente, que deja en claro que incluso en medios como el cómic de súper héroes hay lugar para reflexiones profundas.


Un padre Hormiga

Cuando comenzaron a surgir nuevas versiones de los héroes en los sesenta y setenta, siempre me pareció bastante errado que aprendieran solos el oficio. En especial cuando en cómics como Starman de James Robinson y la etapa de Mark Waid en Flash, mostraron el peso dramático que tiene la relación del héroe con experiencia con el que recién toma el manto. Cuando leí los primeros cómics del segundo Hombre Hormiga, cambié de opinión. Lo que hizo interesante a Scott lang, fue esa capacidad de adaptarse e improvisar para salir adelante y mantener siempre un buen humor. Se hizo hombre hormiga un poco por casualidad y mucho por amor a su hija, Cassie. Después de haber pasado algunos años preso por robo, lo que menos quería era volver a eso. Simplemente quería pasar el poco tiempo que podía con Cassie. Lástima que el destino tire esos hilos que no nos gustan y ella se descompensó por una enfermedad cardíaca. Sin trabajo y desesperado, tuvo que volver al oficio de ladrón (no político) y por esas casualidades, resultó que la primera casa que asaltó fue la del señor Hank Pym. Gracias a su intuición masculina, robó el traje de Hombre Hormiga y lo estrenó contra los secuestradores de la médica que iba a operar a su hija. Se las arregló tan bien que  Pym le dio su bendición antes de desaparecer. No olvidemos que el pobre entraba en su primera crisis como Chaqueta Amarilla.
Lang se hizo famoso a pesar de no tener colección propia y ser un personaje secundario en series como Iron Man, Los Vengadores y Los Cuatro Fantásticos. Era un personaje despreocupado, fanático del cine (una marca suya son las citas a películas) y sin grandes aspiraciones a pesar de ser un genio en electrónica que trabajaba para Stark. Así funcionaba perfecto, estaba feliz como un segundón más y su vida privada funcionaba bien.
A la larga le llegaron las crisis. Murióresutiócomotodosuperhéroe. Cassie se hizo súper heroína y también murióresutiócomotodosuperhéroe, aunque Lang sufrió bastante hasta que ella volvió a la vida.

Si quieren conocer un poco más al personaje, hace poco salió un tomo recopilatorio de la miniserie Ant-Man, editado por Ovni Press. Lo mejor de todo es que al igual que La ira de Ultrón, se consigue en comiquerías locales como Legión Cómics. Esta miniserie es una obra fresca, con mucho humor y la despreocupación que caracteriza al segundo Hombre Hormiga. Se las recomiendo.

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