Ant-Man - Tamaño Humano - Segunda parte
Aquí podés leer la primera parte de este informe
La caída de Pym
El heredero de Stan Lee, Roy Thomas,
fue el que se dio cuenta de que el potencial de Hank Pym estaba justamente en sus propios problemas e inseguridades.
Como científico, estaba lejos de la genialidad de Bruce Banner y Reed Richards.
Como héroe era un segundón y, lo peor, se sentía menos que Janet Van Dyne e
indigno de ella. La primera crisis vino cuando al intentar crear Inteligencia
Artificial, terminó creando al androide psicópata con Edipo, Ultrón. Encima el androide lo llamaba
padre en cada enfrentamiento con los Vengadores, cosa que no ayudaba en nada,
pero así es la vida.
La gran crisis vino cuando pasó a llamarse Chaqueta
Amarilla. Un experimento fallido hizo que unos gases lo volvieran
esquizofrénico y adoptase una nueva identidad. Al estilo de Banner/Hulk,
Chaqueta Amarilla odiaba a su otro yo, pero estaba convencido de que lo había
matado. Con esta identidad tuvo el valor de hacer muchas cosas a las que no se
había animado hasta que se recuperó de la crisis de esquizofrenia, como
proponerle matrimonio a La Avispa. Hank Pym mantuvo la identidad de Chaqueta
Amarilla, y se hizo un tanto más oscuro como súper héroe. Sus inseguridades fueron
creciendo, sobre todo como científico y esposo. Entre depresivo y violento con
su esposa, la tragedia era algo inevitable y se dio de una forma muy fuerte:
Hank Pym golpeó a Janet Van Dyn en un momento de desesperación. Según Jim Shooter fue un error de comprensión
del dibujante Bob Hall, que apostaba
siempre por la acción más extrema, convirtió al empujón típico de “aléjate de
mí” por un derechazo. No hubo tiempo para redibujar esa escena y nuestro héroe
en decadencia pasó de ser un hombre desesperado a un golpeador de mujeres.
Impactó y pasó a la historia del cómic. También le costó el matrimonio a Pym y
su membresía como vengador. Después de esto, le tomó años redimirse, pero
cuando volvió a ser héroe, duró poco en tiempo de cómic.
Si hay una historia que sirve para conocerlo a fondo a Pym, es La ira de Ultrón. Allí exploran los
miedos y la relación patológica que tiene con el androide y a su vez sirve como
cierre a su propia historia. Es una novela gráfica inteligente, que deja en
claro que incluso en medios como el cómic de súper héroes hay lugar para
reflexiones profundas.
Un padre Hormiga
Cuando comenzaron a surgir nuevas versiones de los héroes en los sesenta y
setenta, siempre me pareció bastante errado que aprendieran solos el oficio. En
especial cuando en cómics como Starman de
James Robinson y la etapa de Mark Waid en Flash, mostraron el peso
dramático que tiene la relación del héroe con experiencia con el que recién
toma el manto. Cuando leí los primeros cómics del segundo Hombre Hormiga,
cambié de opinión. Lo que hizo interesante a Scott lang, fue esa capacidad de adaptarse e improvisar para salir
adelante y mantener siempre un buen humor. Se hizo hombre hormiga un poco por
casualidad y mucho por amor a su hija, Cassie.
Después de haber pasado algunos años preso por robo, lo que menos quería era
volver a eso. Simplemente quería pasar el poco tiempo que podía con Cassie.
Lástima que el destino tire esos hilos que no nos gustan y ella se descompensó
por una enfermedad cardíaca. Sin trabajo y desesperado, tuvo que volver al oficio
de ladrón (no político) y por esas casualidades, resultó que la primera casa
que asaltó fue la del señor Hank Pym. Gracias a su intuición masculina, robó el
traje de Hombre Hormiga y lo estrenó contra los secuestradores de la médica que
iba a operar a su hija. Se las arregló tan bien que Pym le dio su bendición antes de desaparecer.
No olvidemos que el pobre entraba en su primera crisis como Chaqueta Amarilla.
Lang se hizo famoso a pesar de no tener colección propia y ser un personaje
secundario en series como Iron Man, Los Vengadores y Los Cuatro Fantásticos. Era un personaje despreocupado, fanático
del cine (una marca suya son las citas a películas) y sin grandes aspiraciones
a pesar de ser un genio en electrónica que trabajaba para Stark. Así funcionaba
perfecto, estaba feliz como un segundón más y su vida privada funcionaba bien.
A la larga le llegaron las crisis. Murióresutiócomotodosuperhéroe.
Cassie se hizo súper heroína y también murióresutiócomotodosuperhéroe,
aunque Lang sufrió bastante hasta que ella volvió a la vida.
Si quieren conocer un poco más al personaje, hace poco salió un tomo
recopilatorio de la miniserie Ant-Man,
editado por Ovni Press. Lo mejor de todo es que al igual que La ira de Ultrón, se consigue en
comiquerías locales como Legión Cómics.
Esta miniserie es una obra fresca, con mucho humor y la despreocupación que
caracteriza al segundo Hombre Hormiga. Se las recomiendo.