Imponen toque de queda en el sur chileno

Imponen toque de queda en el sur chileno

El Gobierno dispuso la medida para frenar los saqueos a supermercados, farmacias y otros negocios de Concepción. La Policía reprimió a los saqueadores con gases lacrimógenos e hidrantes. Bachelet garantizó la entrega gratuita de víveres

DESABASTECIMIENTO. La gente se llevó aceite, agua, leche, arroz y pañales, pero también se apoderó de pantallas plasma, lavarropas y herramientas. TELAM DESABASTECIMIENTO. La gente se llevó aceite, agua, leche, arroz y pañales, pero también se apoderó de pantallas plasma, lavarropas y herramientas. TELAM
01 Marzo 2010
CONCEPCION.- El Gobierno de Chile decretó ayer un toque de queda en la ciudad de Concepción, después de que se registraron saqueos de supermercados, farmacias y locales comerciales como consecuencia del terremoto. El toque de queda regirá entre las 21 y las 6 del día siguiente.

La infracción de tal estado puede terminar mal, ya que los militares cuentan con el permiso de llegar a las balas.

A pesar de que se había ordenado que se distribuyan alimentos de forma gratuita, hordas de personas saquearon sin cesar los comercios de Concepción y del puerto aledaño de Talcahuano. Se llevaban la mercadería en autos, jeeps y ómnibus. "Apúrate, apúrate", se escuchaba fuera del supermercado, mientras centenares de personas corrían con las manos llenas.

La policía se vio sobrepasada por la desesperación de mujeres, jóvenes y adultos. "La situación ha sido caótica desde el principio. Se ha intentado proteger lo que más se puede", dijo el policía Jorge Córdova.

Más tarde, el contingente militar que llegó ayer Concepción comenzó a efectuar las primeras detenciones de ciudadanos. Tras el aumento del número de efectivos policiales y militares en la zona, la represión militar se volvió más dura y entre gases lacrimógenos, gritos y violencia, fueron arrestados aquellos que continuaron con los saqueos.

"Dejen que saquemos las guaguas (bebés)", gritaron las miles de mujeres que iban en busca de leche, pañales, arroz y comida. "¿Cómo tiran gases? Hay niños adentro", dijeron cuando la división antimotines de la Policía comenzó a actuar.

Leche, agua y alimentos

El terremoto revivió los peores miedos de los chilenos, debido a la demora en la coordinación de ayuda y los rumores de desabastecimiento. Los saqueos alcanzaron también bodegas donde se almacenan quintales de harina y trigo e incluso farmacias, en previsión de eventuales enfermedades. "Yo busco comida, amigo, comida para mis hijos", dijo un hombre, mientras saqueaba el único supermercado que permanecía abierto en Concepción, un polo industrial y estudiantil ubicado a 500 kilómetros al sur de Santiago.

"Vivimos una situación muy compleja. La gente honesta está con una sensación de indefensión gigantesca", dijo la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, quien pidió ayuda en víveres al Gobierno central. "Esto es Sodoma y Gomorra", agregó.

Sin luz

Los cortes de energía eléctrica, de agua potable y de telecomunicaciones han impedido que las tiendas minoristas puedan abrir en Concepción.

En Santiago, miles de capitalinos concurrían masivamente a los supermercados a buscar agua y alimentos, luego de que la mayor parte de los comercios permaneció cerrada el sábado tras el terremoto de la madrugada de ese día, al que le han seguido muchas réplicas. Por otra parte, ante los camiones de bomberos, la gente hacía larguísimas colas para que les den un poco de agua.

Responsables de los servicios médicos informaron que recibieron decenas de heridos en sus salas. La mayoría de las lesiones era producto de golpes o choques con vidrios y hierros durante los saqueos. En el puerto de Talcahuano, las familias sacaban de los contenedores de los barcos cajas con bananas, aceite y azúcar. La gente también se llevó pantallas plasma, lavarropas y herramientas.

Entrega de ayuda

El Gobierno nacional, por su parte, mantuvo la orden de que se entreguen alimentos gratis en las zonas afectadas. La medida fue ratificada ayer por la presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien expresó su preocupación debido a la ola de saqueos.

La mandataria añadió que en otras dos regiones del sur -Bío Bío y Maule- se declaró el estado de excepción de catástrofe por 30 días, con el objeto de garantizar el orden público y acelerar la entrega de ayuda. Para ello se desplazó a la zona un contingente policial que, según el ministro de Defensa, Francisco Vidal, asciende a 10.000 uniformados.

Anoche, la caótica situación comenzaba a normalizarse. Pero, los pobladores se preparaban para pasar otra noche en la calle, debido a que las viviendas no les ofrecen ninguna seguridad en caso de que se produciera otro movimiento sísmico. (Reuters-DPA-Especial)

Comentarios