Dengue en Tucumán: ahora que bajó la temperatura, ¿qué pasa con el Aedes?

Dengue en Tucumán: ahora que bajó la temperatura, ¿qué pasa con el Aedes?

Ya hay casos en todos los departamentos. En cada operativo, se encuentran entre 15 y 20 pacientes con sospecha de la enfermedad.

CASA POR CASA. Los agentes sanitarios ingresan a las viviendas y revisan si hay lugares donde se pueda estar criando el mosquito Aedes aegypti. CASA POR CASA. Los agentes sanitarios ingresan a las viviendas y revisan si hay lugares donde se pueda estar criando el mosquito Aedes aegypti.

Los casos de dengue aumentaron el 42% en la última semana. La epidemia sigue avanzando a grandes pasos en la provincia, a tal punto que ya hay contagios en los todos los departamentos.

El mapa provincial que muestra el desarrollo de la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti tiene a la capital como la zona más afectada, según el informe de Sala de Situación, que elabora el Ministerio de Salud.

En San Miguel de Tucumán hay más de 2.000 contagios por semana. Le siguen Lules (de 200 a 600 semanalmente) y Cruz Alta (más de 400), Tafí Viejo (entre 200 y 400) y Yerba Buena (entre 100 y 150).

Tucumán reconoce poco más de 14.000 afectados, de los cuales 5.885 tienen comprobación por laboratorio y el resto de los diagnósticos surge del análisis clínico y el nexo epidemiológico que realizan los médicos; en la mayoría de los casos durante los operativos que realizan en los distintos barrios, en los cuales hacen bloqueos y el rociados espacial para eliminar los mosquitos Aedes aegypti adultos.

Marcelo Montoya, de la Dirección General de la Red de Servicios del Siprosa, cuenta que a diario salen a las calles unos 900 agentes sanitarios en toda la provincia. En cada operativo, que se hace nueve manzanas a la redonda de una casa donde hay un enfermo, se encuentran entre 15 y 20 pacientes con sospecha de dengue porque tienen síntomas compatibles con la enfermedad.

A ellos se les entrega repelente y se los evalúa. “Se les pide que visiten los servicios de salud y que estén atentos a la deshidratación y a los signos de alarma, que pueden ser dolor abdominal, diarrea y vómitos, sangrado de encías y nariz, y ginecorragia”, detalló.

Por lo general, según cuenta Montoya, las personas que tienen síntomas fuertes asisten a consulta. Pero en muchos casos leves o si en la familia ya hubo casos no buscan ayuda médica.

“Llevamos adelante una tarea educativa: para prevenir el dengue se necesita que las personas asuman el compromiso de limpiar los recipientes donde se acumula agua. Generalmente, trabajamos junto a los municipios y comunas para evitar también que haya basurales, que son sitios de riesgo donde se puede criar el Aedes. Lamentablemente en la capital, donde más casos tenemos, es donde no tenemos colaboración para la eliminación de los basurales a cielo abierto”, explicó.

También realizan fumigaciones y, según detalló Montoya, luchan contra la falsa creencia de que las fumigaciones resuelven todo. Los plantas acuáticas, los baldes y los bebederos de mascotas son los principales reservorios del Aedes aegypti que se detectan en los operativos.

En los lugares donde hay circulación del virus, muchos agentes sanitarios y médicos terminaron contagiándose la enfermedad que casi siempre los deja tirados en una cama no menos de una semana. Montoya calcula que del total de agentes sanitarios, el 15% se enfermó; o sea, unos 135.

¿Chau mosquito?

Las curvas epidemiológicas muestran que mientras en algunas localidades, como Lules, los casos empiezan a descender, en otras están aumentando; por ejemplo, en Chicligasta.

¿Qué se puede esperar para los próximos días? ¿Que haya bajado la temperatura significa que empezamos a despedirnos del mosquito?

Los expertos hablan de unas dos o tres semanas más con bastantes casos notificados y luego la curva podría empezar a bajar. Las lluvias y el descenso en la temperatura no son señales de que el Aedes aegypti desaparecerá de nuestras casas. Pero sí notaremos algunos cambios en el comportamiento del insecto vector del dengue.

Giselle Rodríguez, docente e investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT, explicó que se espera un aletargamiento del mosquito por las bajas temperaturas y menos circulación del insecto en el exterior, por las lluvias. “Igualmente suelen resguardarse dentro de los domicilios, donde están protegidos de las precipitaciones y con una temperatura más cálida que puede permitirles alimentarse y seguir con su ciclo reproductivo y de proliferación”, remarcó la especialista.

“Las bajas temperaturas deben mantenerse de manera sostenida para que comiencen a morir, primero los estados inmaduros que son acuáticos, y luego paulatinamente irán desapareciendo los adultos”, detalló.

No obstante, recordó que si bien puede no haber mosquitos por debajo de los 12 grados, sus huevos sí suelen resistir las condiciones de frío y sequía, y pueden permanecer latentes hasta dos años para luego eclosionar en primavera. Por eso, eso es esencial trabajar durante el invierno para eliminar los criaderos del Aedes.

Rodríguez señaló que las bajas temperaturas también producen que nuestros cuerpos estén más cubiertos, por lo que el mosquito tiene menos acceso para alimentarse, siendo un factor importante también para que baje la abundancia de Aedes.

“La abundancia de mosquitos irá en descenso para desaparecer la actividad a mediados o fines de mayo. Y el cese de los casos de dengue se producirá a principios de junio aproximadamente”, explicó.

Para tener en cuenta, dijo que es muy importante, después de esta lluvia, que cada persona busque y elimine en su casa los receptáculos que acumulen agua y que puedan servir de potenciales criaderos. “No solo cacharros sino cualquier tipo de recipiente que pueda haber almacenado agua”, aclaró.

María Julia Dantur Juri, investigadora adjunta de la Unidad Ejecutora Lillo (UEL-Conicet/Fundación Miguel Lillo), explicó cómo incide la temperatura en la conducta de las hembras de Aedes aegypti. “Debido a las fluctuaciones térmicas diarias y estacionales, al ser mosquitos domiciliarios, se mueven desde el exterior y hacia el interior de las viviendas, y viceversa, buscando personas de las cuales alimentarse. Los estudios muestran que el límite inferior para Aedes es de alrededor de 10°C; por debajo de esta temperatura no sólo no pican; son incapaces de moverse y, por ende, de alimentarse”, especificó. Y aclaró: “entonces, aunque haya refrescado no quiere decir que no haya riesgo”.

Si bien está reportado que su mayor actividad es temprano en la mañana y al anochecer mientras haya luz del día, Dantur Juri recuerda que las hembras que necesiten continuar alimentándose buscarán una fuente de sangre en otros momentos, de modo que no hay que confiarse; ya que, en esos casos, la luz artificial puede estimularlas.

Medidas de prevención

- Mantener tapados los tanques y recipientes que recolectan agua si llueve.

- No tener floreros con agua.
n  Cambiar el agua de los bebederos de animales, lavándolos con detergente y esponja.

- Cambiar el agua de los floreros, platos bajo macetas, colectores de desagües.

- Mantener limpias y cloradas o vacías las piletas de natación fuera de la temporada.

- Mantener los patios desmalezados y destapados los desagües de lluvia de los techos.

- Usar repelentes y elegir ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.  

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