Tácticas defensivas ante el canje de bonos

Los mercados siguen desconfiando del sistema de canje de títulos y las consecuencias se evidenciaron esta semana con la caída del 8.5% en promedio en los bonos argentinos que cotizan en Wall Street.

MINISTERIO DE ECONOMÍA. Eduardo Setti, secretario de Finanzas, explica los alcances de las medidas adoptadas por Massa. MINISTERIO DE ECONOMÍA. Eduardo Setti, secretario de Finanzas, explica los alcances de las medidas adoptadas por Massa.

Mientras la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) sostiene que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) revalorizará su cartera con la compra de bonos en pesos, los analistas plantean sus dudas sobre la operatoria impulsada por el ministro de Economía, Sergio Massa. El presidente del Instituto de Investigaciones Económicas para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Carlos Melconian, cuestionó la intervención oficial en el mercado de bonos con idea de controlar el precio de los dólares financieros, con el canje por el que saldrá a vender títulos dolarizados. “Cuando se tomó la medida en contrario, comprar bonos para bajar el riesgo país, no sirvió. Y esto tampoco”, dijo. El economista sostuvo que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) “siempre fue un invento, siempre fue una ficción; nunca garantizó nada ni fue sustentable” porque a su criterio “el verdadero manotazo fue quedarse con la plata de las AFJP en tanto tiene bonos de un estado quebrado”. Los jubilados temen que esta operatoria termine golpeando al sistema previsional y, por ende, la regularidad en el pago de sus haberes.

Los mercados siguen desconfiando del sistema de canje de títulos y las consecuencias se evidenciaron esta semana con la caída del 8.5% en promedio en los bonos argentinos que cotizan en Wall Street. El Riesgo País, medido por la banca JP Morgan, terminó la semana con una suba del 2%, y con 2.549 puntos básicos, otra muestra de la incertidumbre  sobre la salud financiera del país.

Con un clima externo cauteloso de fondo, y una incertidumbre política y económica local que se viene acentuando, el economista Gustavo Ber señala que los operadores despliegan tácticas defensivas, ya que aún despierta incertidumbre el canje de deuda en dólares para los organismos públicos. Resulta crucial conocer si serán suficientes para cumplir con sus objetivos, el control de la “brecha” cambiaria y el financiamiento, en esta etapa de transición con serios desafíos económicos, donde los tironeos políticos en las principales fuerzas no hacen más que potenciar las inquietudes. La dinámica cambiaria no solo afecta al nivel de reservas (en lo que va del año ya se sacrificaron U$S 2.500 millones), sino que además es uno de los principales factores que compromete al orden de las finanzas públicas.

La “seca” es hoy la bestia que más asusta al Gobierno. Con semejante desplome en los ingresos, las probabilidades de ocurrencia de un ajuste draconiano en el gasto público en un año electoral son mínimas, advierten los economistas Nery Persichini y Santiago Franco, de GMA Capital.

La reducción del déficit en los nueve meses restantes del año debería ser de 0,6 punto del PBI. Así, se encendieron las alarmas acerca del cumplimiento de la meta fiscal y monetaria. En este escenario, indican los analistas, el financiamiento neto debería asumir un rol aún más protagónico. El problema es que los inversores privados aún no encuentran demasiado apetito en instrumentos con vencimiento a partir de 2024.

La licitación del Tesoro de esta semana mostró un resultado relativamente aceptable en términos de rollover (proceso que permite posponer la devolución de la deuda pública sin perjudicar a los inversores ni comprometer la calidad crediticia del país).

Los vencimientos ascendían a $ 367.000 millones, todo en manos de privados, y el Tesoro logró colocar $ 416.000 millones, explica GMA. Es decir, se refinanció el 114%. A su vez, mejoró relativamente el plazo de colocación de los instrumentos (de 100 a 170 días) gracias a la colocación de bonos Duales y dollar-linked con vencimiento a 2024. Sin embargo, el 74% del monto colocado vence antes del Rubicón del cambio de mandato.

En el Gobierno señalan que el canje de bonos “apunta a un manejo prudente pero también eficiente de los activos financieros, preservando al mismo tiempo el objetivo y destino de los organismos y jurisdicciones objeto de la medida”, según explica el secretario de Finanzas, Eduardo Setti. A su criterio, “se busca maximizar el resultado de las operaciones financieras en el mercado de capitales, usando procedimientos confiables y transparentes”.

La operatoria obliga a las entidades públicas a canjear deuda en dólares Ley New York (Globales) y a vender bonos en dólares Ley Local (Bonares). A cambio, se quedarán con títulos en moneda local. El objetivo de esta medida apunta a asegurar financiamiento en pesos del Tesoro para el resto del año. Las entidades públicas, sin tener en cuenta al BCRA, cuentan con U$S 4.000 millones de Bonares a precio de mercado, o $ 1,5 billón. “Al venderlos al sector privado, el 70% de esos pesos lo colocarían en bonos Duales con vencimiento a 2036, asegurándole al Gobierno financiamiento sin pasar directamente por la ventanilla del Banco Central”, explican los economistas de GMA Capital.

Un objetivo secundario podría apuntar a buscar cierta contención sobre la brecha. Sin embargo, en este caso no sucede que el Tesoro compra bonos contra dólares y los vende contra pesos. “Aquí solo se está forzando a aumentar la venta de títulos contra pesos. En consecuencia, la única manera de que bajen las cotizaciones financieras sería manteniendo constante la paridades de los bonos, algo que no está sucediendo”, puntualizan.

Persichini y Franco indican que, si bien esta medida podría ayudarle al Tesoro a cubrir el programa financiero, el costo de esta estrategia es altísimo. “Con este cambio de manos, el sector privado financiará con pesos indirectamente al Tesoro con bonos que rinden 50% en dólares. Es una privatización de deuda pública a paridades de default”, remarcaron en su informe semanal. Conviene recordar que Massa había anunciado la recompra de deuda en dólares a mediados de enero cuando las paridades de los Globales superaban el 33%. Tan solo dos meses después, el Tesoro está forzando a entidades públicas a deshacerse de títulos con paridades en torno al 25%. Tomando esta ventana temporal, no solo que se compró caro, sino que ahora las entidades públicas están obligadas a vender a un precio vil. Todo para que al Tesoro le cierren las cuentas.

Además, “se termina deteriorando aún más la calidad patrimonial de esas entidades públicas. Al cambiar deuda que, pese al acreedor, es hard dollar (bonos dolarizados regidos por la legislación extranjera), por bonos en moneda local. En suma, cualquier beneficio de corto plazo (financiamiento rápido en pesos y contención parcial de la brecha) que el Tesoro pueda obtener de esta martingala financiera no compensa el costo intertemporal en el que incurrirá. Cualquier victoria sería pírrica”, finaliza GMA.

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