El rival de Atlético Tucumán: Un halcón que está acostumbrado a las alturas

El rival de Atlético Tucumán: Un halcón que está acostumbrado a las alturas

ALEGRÍA TOTAL. Santiago Solari ya abrió el marcador y festeja de cara a las cámaras de los fotógrafos en Varela. ALEGRÍA TOTAL. Santiago Solari ya abrió el marcador y festeja de cara a las cámaras de los fotógrafos en Varela.

La gente del “Halcón” está de la cabeza. Su equipo se reinventa una y otra vez, cada seis o 12 meses, con mayoría de nuevos futbolistas, y siempre es protagonista. La goleada sobre Atlético y los puntos que dejó Huracán en Santa Fe se festejaron a lo grande en Florencio Varela: no es para menos, Defensa y Justicia se fue a la cama en la noche del domingo con la cima (compartida) bajo la almohada.

En el juego de las diferencias, Defensa se distingue claramente entre los clubes que están en la elite del fútbol argentino. El “halcón” se ha tornado en una rara avis, un caso extraño y exitoso, que irrumpió en el escenario de manera sigilosa entre bambalinas y muy pronto supo ganarse un rol protagónico.

Es más, incluso se podría decir que en algunos aspectos se ubica en las antípodas del “decano”. Por ejemplo, es un club mucho más joven, fundado recién en 1935.

Pero no sólo eso. Hasta hace 45 años, Defensa y Justicia era apenas un club de barrio, donde se jugaba a las naipes, las bochas, al básquet y poco más. Pero a partir de 1977 todo cambió. Un grupo de futbolistas que jugaban en la Liga del Sur del Gran Buenos Aires compartió la inquietud de empezar a competir bajo el paraguas de la AFA, presentando una especie de “seleccionado” de la zona.

Para ello necesitaban un sello, es decir, un club con personería jurídica. Probaron con el tradicional Varela Juniors, pero les dijeron que no. En cambio, el presidente de Defensa y Justicia, un tal Norberto “Tito” Tomaghello la tuvo clara. Dijo que sí poniendo la piedra basal de lo que habría de venir: un club gerenciado que traspasó largamente los límites barriales y se hizo conocido en Sudamérica.

Todo sucedió muy rápido a partir de entonces. La AFA aceptó el pedido de afiliación de Defensa y Justicia a fines de 1977 y la siguiente temporada el equipo debutó en Primera D. En 1978, además, fue inaugurada su cancha en unos terrenos cedidos por el intendente.

Algo importante quizás para entender este presente: desde aquel grupo que había desembarcado en el club en 1977 con la idea de hacer pie en la AFA, el club siempre estuvo abierto a la iniciativa y a las inversiones privadas, todo ello facilitado porque no tiene una cultura de base social arraigada.

No es casualidad que el empresario Christian Bragarnik -actualmente, principal accionista del club español Elche- haya visto con buenos ojos hacer cabeza de playa en Varela con su negocio de representación de jugadores. Y eso a Defensa le sirvió, y mucho.

Más ejemplos: los colores del club eran blanco y azul. Pero una vez que la empresa de transporte El Halcón desembarcó en la institución, los cambiaron por los propios, el verde y el amarillo. Y heredó su apodo de la línea de colectivos.

Paso a paso, Defensa fue subiendo de categoría. Hasta que en 2014 logró el ansiado ascenso a Primera división bajo el mando del hoy seleccionador de México Diego Cocca.

Los dirigentes -primero José Lemme, luego su hijo Diego- tuvieron la lucidez de mantener el rumbo, contratando a varios técnicos del mismo “palo”, llámense Ariel Holan, Sebastián Beccacece, Hernán Crespo, Julio Vaccari… entre otros. Incluso Pablo De Muner dirigió algún tiempo la Reserva.

Todos dándole espacio a los jóvenes de la cantera y a diversos futbolistas de equipos grandes que necesitaban minutos (Enzo Fernández y River, caso emblemático).

En fin, proyecto futbolístico, finanzas sanas, plantel competitivo... Estos ingredientes se suelen mezclar bien. Y todo enmarcado en un crecimiento institucional que permitió renovar su estadio y optimizar el predio para las inferiores ubicado en la localidad de Bosques.

El “halcón” fue campeón de la Copa Sudamericana 2020 yd e la Recopa Sudamericana 2021. Este año jugará la Sudamericana por séptimo año consecutivo, esa misma copa cuyo acceso le negó a Atlético en la última fecha de la pasada Liga.

Rodeado de barrios humildes y de asentamientos, el club cuya barra brava toca los acordes del Himno Nacional Argentino al comienzo de cada partido no olvida sus orígenes y el contexto que lo acoge y rodea. Estar en el “Tito” Tomaghello es una experiencia de entrecasa, donde cada hincha se conoce con su vecino de ocasión. Todavía tiene pendiente lograr un título a nivel local. Para eso anda tomando vuelo esta temporada. Y la goleada de ayer sobre el “decano” no hace sino potenciar la ilusión.

CORAZÓN "DECANO"

Se extiende la mala racha

Con la derrota de ayer en Florencio Varela, Atlético llegó a nueve partidos sin triunfos. La última victoria fue ante Platense, en octubre, por la Liga Profesional pasada. En el medio empató con Rosario Central, Unión, Platense y Vélez. En tanto que fue derrotado por Defensa (dos veces), Talleres, Boca y Racing.

Sin descanso

La delegación regresará hoy a la provincia en el vuelo de las 7.30. Teniendo en cuenta que el partido con Banfield se disputará el sábado desde las 21.30 en el Monumental, los orientados por Lucas Pusineri entrenarán desde hoy y hasta el jueves en el complejo José Salmoiraghi. El viernes lo harán en el estadio.

Dos buenas para Pusineri

Joaquín Pereyra, luego de cumplir la fecha de suspensión, estará disponible para jugar contra Banfield. Cristian Menéndez, por su parte, está previsto que mañana se entrene al lado de sus compañeros. Sufrió una contractura y todo indica que llegaría sin problemas para el duelo del próximo sábado.

Otra derrota de la Reserva

Atlético perdió con Defensa por 2-0 en el “José Fierro” y no levanta. “Nos ganaron bien, hay que seguir trabajando para mejorar los errores de estos dos últimos partidos”, dijo el DT Martín Anastacio. El domingo por la mañana visitarán a Banfield. El último triunfo fue en la tercera fecha ante Platense (3-0).

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