Boca: un campeón al estilo Hollywood

Boca: un campeón al estilo Hollywood

Boca se quedó con el título al cabo de un desenlace que dejó a todos boquiabiertos: igualó 2-2 con Independiente, pero se consagró porque River se lo dio vuelta a Racing en el minuto 95

RESPIRO. “Pol” Fernández le devolvió rápidamente la tranquilidad a Boca tras el gol de penal de Independiente. Al final, el “Xeneize” celebró despues de tanto sufrir. RESPIRO. “Pol” Fernández le devolvió rápidamente la tranquilidad a Boca tras el gol de penal de Independiente. Al final, el “Xeneize” celebró despues de tanto sufrir.

Del fútbol argentino se pueden decir mil cosas: que está devaluado, que perdió peso a nivel internacional, que lo manejan dirigentes mercenarios que viven armando y desarmando formatos de acuerdo a sus intereses, que tiene arbitrajes paupérrimos y sospechosos, etcétera. Pero, con todo, sigue siendo maravilloso gracias a momentos tan increíbles como el de ayer. Que el campeón haya sido Boca es circunstancial: si hubiera sido Racing, la conclusión sería la misma. La paradoja de la que se había hablado durante toda la semana, esa que dejaba buena parte de las esperanzas de campeonato de Boca y Racing en manos de sus archirrivales de toda la vida, terminó dando lugar a una definición increíble, que será recordada como una de las más infartantes de la historia y también como una gran lección de dignidad tanto de River como de Independiente. Sabiendo que podían servirle el título en bandeja a sus clásicos rivales y ganarse el repudio de muchos hinchas, ambos jugaron muy en serio. Por eso, ayer también ganó el fútbol.

¿Quién se hubiera imaginado a hinchas de y jugadores Boca celebrando un penal atajado por Franco Armani o un doblete de Miguel Borja como si fueran propios? ¿Qué hincha de Racing se hubiera visto a sí mismo con la radio pegada a la oreja o haciendo zapping entre un canal y otro, reclamando un penal para el “Rojo” y festejando los goles de Leandro Fernández y de Nicolás Vallejo como si vistieran de celeste y blanco? Fútbol argentino, no lo entenderías.

La sucesión de hechos colaboró para que el desenlace fuera lo más electrizante posible, hasta rayar en lo inverosímil. Boca, que con el triunfo se aseguraba el título al margen de lo que hiciera Racing, empezó al revés: un penal de Luis Advíncula sobre Lucas Rodríguez permitió que Fernández pusiera en ventaja a Independiente. El gol se gritó a kilómetros de distancia, en el Cilindro de Avellaneda, donde Racing no podía salir del cero ante River. Por un par de minutos, no había campeón. Hasta que Guillermo Fernández peinó al segundo palo ese preciso centro de Óscar Romero (enorme partido del paraguayo) y devolvió las cosas a su estado anterior, con Boca siendo campeón por un punto.

A poco de iniciado el complemento, otra emoción fuerte: el recién ingresado Sebastián Villa clavó un tiro libre espectacular, que fue un respiro de alivio para el “Xeneize” y una daga al corazón de la “Academia”. Hasta que, cinco minutos después, llegaron malas noticias a La Bombonera: había penal para Racing. Matías Rojas no perdonó y puso al equipo de Fernando Gago otra vez al acecho de un paso falso del de Hugo Ibarra para soplarle el título. Solo hacía falta un gol del conjunto de Julio Falcioni. Pero lo hizo el de Marcelo Gallardo, firmado por el colombiano Borja. Apenas tuvieron tiempo de festejar los hinchas de Boca, porque apenas un minuto después el subibaja emocional volvió a cambiar de inclinación: Vallejo estampó el 2-2 de cabeza y, para colmo, a falta de un minuto para el tiempo cumplido en las dos canchas, el árbitro Pablo Echavarría sancionó otro penal para Racing. Listo, la suerte estaba echada: la Liga quedaría en manos de la “Academia”. O eso pensaron todos. A Jonathan Galván le tocó hacerse cargo del penal que daba por terminada la historia, pero Armani se lo atajó y le devolvió la vida a Boca. Y Borja se la terminó de quitar a Racing en el minuto 95. Ahí sí, todo terminó. Ya no había más tiempo para un nuevo giro de trama. La historia estaba escrita. Boca, otra vez, se quedaba con la gloria. Y esta vez, gracias a la mano más inesperada del mundo.

Fiesta “xeneize” en la plaza

Una vez consumada la conquista de la Liga Profesional, los hinchas de Boca cumplieron el clásico ritual de juntarse en la Plaza Independencia para celebrar el título. A puros bocinazos y cantos en contra River (a pesar de la fundamental ayuda que les brindó en la obtención del título), fueron avanzando por las distintas calles hacia el paseo principal con trompetas, banderas, bengalas de colores y fuegos artificiales.

Además, para no perder la costumbre, apareció el “Fantasma de la B”, personificado por el hincha Héctor Ávalos, quien se disfraza así desde hace tres años para cargar al eterno rival cada vez que Boca gana un título.

Con cánticos y banderas flameando se cerró la noche tucumana, de fiesta azul y oro por la estrella número 73 de Boca. Más aún después de una definición de película.

Claves del campeón

El trabajo silencioso de Hugo Ibarra. Tomó las riendas del equipo en un momento delicado, y de a poquito fue cambiando las críticas iniciales por respaldo. Construyó un Boca que tal vez no brilla, pero se muestra sólido.

La seguridad que brindó Agustín Rossi bajo los tres palos (y que se reflejó también ayer) tuvo mucho que ver en la consagración de Boca, sobre todo a partir de la salida de Izquierdoz. Boca debe hacer lo posible por retenerlo.

El atrevimiento de los juveniles aportó a la fórmula exitosa. Luca Langoni, Gonzalo Morales, Alan Varela, Luis Vazquez, Agustín Sandez, Aaron Molinas están en la lista. Debutaron 22 juveniles en Boca en los últimos tres años.

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