Unas 260.000 dosis de Pfizer estarían llegando al país la semana próxima

Unas 260.000 dosis de Pfizer estarían llegando al país la semana próxima

Cecilia Nicolini es la principal asesora de Alberto Fernández en la negociación con los laboratorios. Anuncios para los adolescentes.

EXPERTA. Nicolini encabezó negociaciones con Rusia y Estados Unidos por Sputnik y Pfizer, entre otras. EXPERTA. Nicolini encabezó negociaciones con Rusia y Estados Unidos por Sputnik y Pfizer, entre otras.

Llegó al Gobierno nacional cuando Alberto Fernández asumió la presidencia. Había sido coordinadora del Grupo de Puebla, donde conoció a quien sería presidente, quien la convocó para ser una de sus asesoras. Estuvo al lado de Fernández en la primera gira al exterior, donde visitaron España y Portugal, y el presidente quedó sorprendido por sus conocimientos en materia internacional, siendo licenciada en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina y con una maestría de Administración Pública en Harvard e investigaciones en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Pero se hizo conocida cuando se transformó en la mano derecha de Carla Vizzotti, cuando la actual ministra era Secretaria de Salud en el ministerio de Ginés González García. Hoy, quienes la rodean aseguran que fue por su conocimiento y trabajo que Argentina ya cuenta con más de 55 millones de dosis contra el coronavirus. Pero su labor no estuvo exenta de polémicas, ya que también fue la cara visible de las negociaciones con Pfizer y con otros laboratorios, por lo cual fue criticada por sectores de la oposición, y por un fuerte enfrentamiento con las autoridades rusas a quienes en una carta les exigió la llegada de vacunas, lo que algunos consideraron un error en las relaciones internacionales. Hoy, Cecilia Nicolini afirma que Argentina está entre los 20 países que más vacunas recibió. “Aquí no hay una cuestión geopolítica. Queríamos vacunas eficaces y las conseguimos. El único interés que nos mueve es el de la salud de los argentinos”, afirma. Desde Buenos Aires y en medio de su agenda de trabajo, Nicolini habló en estos términos con LA GACETA:

- Se está discutiendo mucho en el mundo entero la obligatoriedad de la vacuna, sobre todo por la incidencia de no vacunados en el crecimiento de casos. ¿Cree que se puede llegar a eso en Argentina?

- En el marco de la emergencia que estamos viviendo creemos que no sería correcto apelar a la obligación, tal como dijo la ministra (Carla) Vizzotti. Para nosotros va a seguir siendo optativa. Lo que sí creemos necesario es crear conciencia de la importancia de vacunarse para protegerse a sí mismo y al resto de las personas. La diferencia que existe con otros países, principalmente Estados Unidos y Francia, es la alta adherencia que tenemos en Argentina a los planes de vacunación en general. En Argentina hay confianza en las vacunas. En ese sentido estamos mejor posicionados que otros países, pero hay que seguir informando y remarcar que tenemos vacunas altamente eficaces.

- Con buena parte de la población vacunada, aunque las segundas dosis todavía están lejos del objetivo, la pregunta es qué va a pasar con los menores de 18 años, que representan casi un 30% de la población y todavía no están vacunados...

- Sabemos que durante septiembre vamos a comenzar a recibir las vacunas de Pfizer que ya están aprobadas para los menores de 18 y probablemente decidamos comenzar con ellos desde octubre. Está en análisis en el Ministerio. Hoy tenemos 55 millones de vacunas en Argentina. Está claro que queremos vacunar a toda la población, incluso a los chicos de 3 a 11 años cuando haya vacunas disponibles. Hoy para ellos hay vacunas que están en fase tres, como Sinopharm que se está usando en China para menores, pero no tenemos resultados en Argentina, por lo cual no podemos aplicarlas. Para septiembre Pfizer nos confirmó que enviaría unas 580.000 dosis, de las cuales 260.000 estarían llegando la semana próxima.

- ¿Cómo está la situación con el Instituto Gamaleya y la provisión de Sputnik, sobre todo del segundo componente?

- Estamos trabajando en comunicación constante con la Federación Rusa para que sigan llegando vacunas y para que se acelere el envío de principios activos priorizando el componente dos para que el Laboratorio Richmond produzca esa vacuna. De hecho ese laboratorio comenzó a distribuir la componente dos de la vacuna y ya tiene producidas más de 3.000.000 de dosis a la espera del control de calidad de Gamaleya que también se van a distribuir. Además seguimos recibiendo vacunas tanto de Sinopharm como de Astrazeneca.

- ¿Por qué cree que se generó tanta polémica por el plan de vacunación en nuestro país?

- Soy una convencida de que el ruido se causa cuando las cosas van bien. Argentina fue uno de los primeros países del mundo en recibir vacunas y muchos decían que no había que confiar, pero se demostró lo contrario. Hoy hay más de 55 millones de dosis en el país, y seguimos recibiendo de Rusia y de otros países. Hicimos los estudios de intercambiabilidad al igual que se hizo en el resto del mundo. Se colocaron más de siete millones de segundas dosis en agosto, y haremos lo mismo en septiembre. Tenemos más personas vacunadas con dos dosis que con una. Fue un ejemplo la gran estrategia de diferir la segunda dosis, y por eso hace 14 semanas que tenemos un descenso sostenido de casos. Tomamos todo esto con gran responsabilidad y pensando en la salud. Si hubo polémica en el medio fue a veces por haber tocado intereses o por gente a la que no le preocupa la salud pública. Hicimos todo lo posible y más para llevar adelante el plan de vacunación más grande de la historia.

- ¿Qué significa para ustedes que un laboratorio radicado en Argentina pueda producir vacunas para el país y el resto del mundo?

- Tenemos varios laboratorios que están con capacidad de producir no sólo Sputnik, sino también Astrazeneca, y no sólo para el coronavirus, sino para otras patologías como la gripe. Para nosotros es apostar a la industria nacional, y por eso pudimos afrontar esta situación, lo que además genera fuentes de trabajo. Siempre se dijo que somos un gobierno de científicos y esa es la pauta. Apostamos muchísimo a su trabajo, con entidades como las universidades y el Conicet. Nos esmeramos en valorizar la ciencia y tecnología, áreas muy importantes para encontrar respuestas para lo que estamos viviendo y poner en valor a la ciencia argentina.

- ¿Cómo se negocia con laboratorios y multinacionales que están tratando de abastecer de vacunas al mundo mientras además quieren hacer su negocio?

- Hay muchos laboratorios internacionales que tienen una representación local, por lo que allí se comienzan las reuniones. Hay que analizar distintos puntos contractuales, dar espacio a la Anmat para las certificaciones. Es mucho trabajo que a veces requiere de semanas, de meses, con mucha expertise, pero que se encaró desde el primer momento para conseguir vacunas seguras y eficaces para los argentinos. Estamos viendo la efectividad de las vacunas aplicadas en la vida real, y cómo está impactando en que disminuyan de manera sostenida las muertes, en que tengamos un sistema sanitario que no esté en tensión y que también disminuyan las internaciones graves por Covid.

- Todavía no terminamos con las segundas dosis y ya se está hablando de la posibilidad de tener que colocar una tercera...

- En noviembre, cuando se haya avanzado en los cronogramas, se va a evaluar esa posibilidad. Hay que avanzar en la  vacunación, sin dejar de pensar que esto es una salida colectiva y que debemos pensar en que todos estén vacunados. Esta pesadilla no va a terminar rápidamente y va a seguir afectando nuestras vidas, pero hay que tener un pensamiento generoso y más solidario. Si es necesario se colocarán terceras dosis, pero habrá que definir quiénes serán los primeros en recibirlas. Estamos aumentando las capacidades semana a semana, hemos batido récords cada mes, esperamos en septiembre seguir trabajando en esta ampliación del plan de vacunación que sigue marchando de manera muy exitosa.

-¿Qué siente con todas las críticas que recibió por su trabajo?

- En Argentina es compleja la cuestión política, pero hay que ser fuertes. Como Gobierno tenemos un objetivo muy marcado, que es conseguir vacunas para salvar vidas. Con ese horizonte como punto fijo se deja de escuchar el ruido del exterior. Lo de la negociación con Pfizer fue muy complejo, con sectores de la oposición con intereses mezquinos. Pero todos deben saber que las negociaciones tienen sus tiempos, que nosotros queremos defender al Estado nacional. No nos quedamos quietos como otros y salimos a buscar vacunas. Aquí no hay intereses geopolíticos, queríamos vacunas eficaces, y por eso estamos dentro de los 20 países que más vacunaron. Cuando uno juega en equipo sabe que va a llegar más lejos. Pero hay sectores que tienen diferentes perspectivas. Que ellos recojan lo que sembraron. Nosotros defendemos los intereses del país. Como gobierno tuvimos una estrategia y claramente no fue cruzarnos de brazos. En un marco de escasez global, conseguimos las vacunas. Eso no se puede discutir.

- ¿Cómo ve el futuro?

- Siento que hemos trabajado mucho, sin descanso, pero con la satisfacción de que el plan avanza, que es exitoso. La pandemia no terminó y hay que seguir cuidándose, pero al mismo tiempo trabajando con la reactivación del país. Lo vamos a seguir haciendo. De alguna manera todo esto nos permite responder no sólo a esta pandemia, sino para lo que viene eventualmente que ojalá no pase de nuevo. Pero todo eso nos enseñó y hoy estamos más preparados que antes. Hoy la salida está cada vez más cerca, pero hay que convivir con el virus, hay que seguir con las medidas de higiene, ayudando al sistema sanitario. Estamos peleando contra la pandemia y tenemos la ilusión de salir de ella lo mejor posible. Estamos viendo también las nuevas variantes que pueden emerger y lo rápido que se transmiten alrededor del mundo, así que es muy importante que todos los países puedan avanzar así como lo está haciendo Argentina. Trabajando cada uno en lo suyo y pensando en lo más importante que es la salud de los argentinos.

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