07 Abril 2021
Que en Tucumán nada funciona como corresponde es la triste realidad con la que batallamos diariamente los tucumanos. A todo lo que nos pasa puedo sumar la agotadora experiencia vivida en el vacunatorio de Avda. Ejército del Norte y Chile. Tras penar por un turno para adulto mayor de 60 años, conseguí espacio para el día 5 en el nodo ya mencionado. Estuve en el lugar a hs. 9; pude retirarme casi al mediodía. El proceso de ser pinchado insumió tres horas, no el pinchazo, que demandó segundos. La palabra que me viene a la mente para describir la orquestada odisea es desaprensión, ya que, descontando el tiempo de colas bajo el sol, el resto se aprovechó para someternos a una etapa glamorosamente denominada de aprendizaje, destinada, videos mediante, a exaltar las cualidades del sistema de salud. En uno de sus tramos se informó que los adultos mayores recibiríamos la vacuna china. Mientras tanto, medios nacionales informan que llegaron miles de dosis de la Sputnik V y que se destinaría a este sector etario. Desde luego que el relato de enseñanza que te imponen no explicó por qué los adultos mayores no estábamos recibiendo la vacuna rusa, que según la información a la que podemos acceder tiene mayor efectividad. Para concluir, vuelvo a la palabra desaprensión. Todos los días, y a cada rato, nos bombardean con el aviso de que hay que guardar distancia social, lo que implica evitar aglomeraciones. En la experiencia que aquí comento nos tuvieron a personas mayores, seguramente muchas con enfermedades crónicas, amuchados en interminables filas, o sentados a corta distancia durante tres horas o más. Lo viví como el ejercicio de un arbitrario poder público, que poco tiene que ver con el servicio público y que se orienta a estructurar un relato de un sistema eficiente, organizado y protector de la salud al que la realidad diaria hace añicos.
Gustavo Enrique Johansson
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