24 Enero 2021
UN CENTRAL CON PROYECCIÓN. En San Martín, Amor fue un estandarte del fondo; ya de regreso en Vélez, de a poco fue afianzándose como titular. Todavía tiene mucho para dar.
Cuando la pelota se detuvo y en la AFA decidieron dejar sin efecto a la temporada de la Primera Nacional, y armar un nuevo torneo para definir los ascensos a la Liga Profesional, San Martín perdió mucho más que 44 puntos.
Sin recaudaciones, con ingresos exiguos y la incertidumbre sobre cuándo y qué torneo disputaría el equipo, en La Ciudadela no tuvieron más remedio que resignarse a ver cómo muchos contratos con sus futbolistas vencían el 30 de junio.
Así, Favio Orsi y Sergio Gómez tuvieron que despedirse de varios futbolistas que habían sido claves en la estructura de un equipo que había superado cualquier expectativa. Del “11” que casi salía de memoria, la dupla perdió seis piezas: Emiliano Amor, Abel Luciatti, Juan Mercier, Mauro Bellone, Nicolás Castro y Luciano Pons; todos jugadores que habían dado la talla.
Con la eliminación consumada, hace una semana en Río Cuarto, en las mesas de café muchos hinchas apuntaban que la historia tal vez hubiese tenido otro final si el equipo no se desmembraba. Pero, aún si en La Ciudadela intentaban frenar sus partidas, en la mayoría de los casos habría sido imposible.
DESEQUILIBRANTE. Castro es un volante con mucho ida y vuelta, pero es muy importante en el ataque. Con trancos largos, le genera peligro a la defensa rival.
Amor, Castro y Pons lograron pegar el salto y disputaron la última edición de la Copa Diego Maradona. El central se asentó en Vélez, jugó siete partidos como titular, ganó la fase Complementación con el “Fortín” (falta que enfrente a Banfield por un lugar en la Sudamericana 2022) y llegó a semifinales de la Sudamericana 2020. Castro fue una de las revelaciones en el Arsenal de Sergio Rondina, equipo en el que disputó 11 juegos durante el último torneo y en varios recibió buena crítica de parte de la prensa; mientras que Pons se transformó en un recambio importante dentro de Banfield, que cayó por penales en la final del torneo doméstico contra Boca. Jugó 87 minutos repartidos en ocho duelos.
“Eran imposible de retener. Ellos habían hecho un gran torneo acá y muchos clubes los tenían en la mira”, explicaron desde Bolívar y Pellegrini.
Luciatti cambió La Ciudadela por Victoria. Si bien siguió en la principal categoría de ascenso, el dinero que le ofrecía Tigre era imposible de alcanzar para el “Santo”. Bellone, llevó su fútbol y su garra a Europa: fichó para el Enosis Neon Paralimni de Chipre, en el que lleva jugado 16 de las 21 fechas hasta aquí disputadas.
SE GANÓ UN LUGAR. A fuerza de sus goles en San Martín, Pons llegó a Banfield, consiguiendo el objetivo de volver a jugar en la máxima categoría del fútbol argentino.
El único que se quedó sin club fue Mercier. El volante había decidido marcharse a Mitre de Santiago; sin embargo luego, tras un inconveniente decidió romper el vínculo y retornar a Buenos Aires.
Además, el equipo perdió algunas variantes. Rodrigo Moreira (a Quilmes) Ignacio González Brazeiro (Deportivo La Coruña de España) y Matías Gómez (Gimnasia La Plata) también se marcharon y el banco de relevos perdió fuerzas.
La pandemia se llevó puesta las ilusiones “santas”. Después del parate nada fue igual dentro del campo. El plantel no era el mismo y el final terminó siendo el que nadie quería en La Ciudadela.
Inicio a la vista
Según trascendió de manera extraoficial, la próxima temporada de la Primera Nacional comenzaría el sábado 6 de marzo. Si bien falta que se confirme, en La Ciudadela tienen todo listo para volver al ruedo el próximo lunes 1 de febrero.
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