Barrio San Roque: “La pelea es entre familiares de un adicto y los narcos”

Barrio San Roque: “La pelea es entre familiares de un adicto y los narcos”

Los vecinos denuncian que el Estado no los protege y nadie hace nada para frenar el avance del narcomenudeo en la zona.

UNA GUERRA. Los vecinos se quejaron porque nadie custodió el barrio después del crimen del martes. UNA GUERRA. Los vecinos se quejaron porque nadie custodió el barrio después del crimen del martes. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
19 Diciembre 2020

“Maestro le voy a ser sincero: este no un problema entre dos grupos por la droga. La pelea es entre familiares de un adicto y el narco más grande del barrio San Roque. Ahora demostraron lo que son capaces de hacer”, indicó Luciano Flores, uno de los vecinos de Villa 9 de Julio que vive espantado por los constantes tiroteos que se producen en la zona.

El martes a la madrugada se enfrentaron dos familias. En el choque murió Gonzalo Figueroa y resultaron heridos su hermano Julio y al vecino Cristian Mansilla. Cuando personal de Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib, Diego Bernachi y Juana Estequiño allanaban su casa, Franco “Caco” Almirón se entregaba en la dependencia.

El jueves, en la audiencia de rigor, el fiscal Carlos Sale explicó que “Caco”, junto a un tal “Manzanita” y otros parientes, se presentaron en el domicilio de Raúl “Lobizón” Lobo para exigirle que se fueran del barrio. Como no lo hicieron, volvieron a las tres horas.

Sale detalló que “Caco” Almirón llegó por una esquina y “Manzanita”, por otra. Ambos comenzaron a disparar en contra de la vivienda de Lobo hiriendo mortalmente a Figueroa, lesionando de gravedad a su hermano y a un vecino.

El imputado por homicidio agravado al hacer uso de la palabra había explicado cómo se había desarrollado todo. Relató que esa noche fue a comprarle droga y que habían discutido porque no le quiso hacer una rebaja por la cantidad de dosis.

Señaló también que fue “Lobizón” y sus familiares, entre ellos la víctima y su hermano los que comenzaron a disparar, por lo que se produjo un cruento enfrentamiento. Antes, indicó que en el lugar se presentaron tres autos para entregarles armas. Uno de los que mencionó aparece involucrado en el doble homicidio registrado ayer.

Claudia Lobo, esposa de la víctima, había contado otra versión de los hechos. “Ellos vinieron y nos atacaron. Ni siquiera pararon cuando les dije que estaba embarazada de seis meses”, explicó la mujer.

Pero la versión resultó poco creíble, ya que en la escena del hecho, los peritos encontraron al menos 39 vainas. Ese hallazgo se transformó en una prueba irrefutable de que se había producido un enfrentamiento.

“Caco” Almirón denunció a “Lobizón” que vendía drogas en el barrio San Roque, al igual que la víctima, que es hermano de “Miguelón”, el principal sospechoso del doble crimen.

Sale, en la audiencia donde se le dictó la prisión preventiva por 60 días al acusado, solicitó que se enviara una copia de todo el expediente a la Justicia Federal para que investigara si existe en el lugar una red de narcomenudeo. El juez Rafael Macoritto aceptó el planteo.

Desprotegidos

Los vecinos de Villa 9 de Julio están preocupados. La violencia que genera la venta de drogas en el lugar se incrementa mes a mes. “No puede ser que sigamos viviendo así. Somos presos de los adictos que te roban cualquier cosa para comprar esa porquería y tenemos que respetar lo que dicen los delincuentes que viven de esta basura. Hasta cuándo seguiremos así”, se preguntó Doña Emilia.

En el barrio se percibe el miedo en cada esquina, lugares donde se reúnen los jóvenes a consumir o a vigilar para que no llegue la Policía o para evitar que un grupo enemigo se apodere de la droga o del dinero que manejan. “Ya no se puede vivir. Podes estar tomando mate y pasan en los autos haciendo tiros. Ya es hora que alguien haga algo”, indicó Juan Lucena, uno de los pocos vecinos que se atrevió a dar su nombre y apellido. “Es que de una buena vez por todas, la gente de bien nos debemos juntar para exigir que saquen a toda esa basura de una buena vez”, agregó.

Fernando Herrera lo escuchó atentamente en su análisis y añadió: “tiene toda la razón del mundo. En el vecindario todos sabemos quién y dónde vende. A quiénes contratan para que los protejan. Si nosotros lo sabemos, no entiendo cómo las autoridades desconocen todo esto”.

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