El clima afectó los rindes del garbanzo

Como ya veníamos comentando la trilla de garbanzo finalizó en Tucumán y en la región con resultados bastante preocupantes, debido a que las condiciones climáticas en general no acompañaron al cultivos desde el mismo inicio de siembra. Durante ese períodos, las lluvias nunca se precipitaron como correspondía, y se dio una situación única en los últimos 18 años, debido a una acumulación de factores adversos que castigaron al cultivo. Así lo explicó Oscar Nicéforo Vizgarra, coordinador del programa Legumbres Secas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Indicó que en la provincia se sembraron 13.000 hectáreas, con un marcado déficit hídrico casi permanente. A raíz de ello, los rendimientos fueron muy exiguos. “Se sumaron heladas importantes en mayo, que perjudicaron la emergencia; heladas en agosto y en setiembre, que afectaron diversas etapas durante la floración. Además aparecieron plagas como helicoverpa y mosca, y enfermedades como macrofomina y fusariun, que perjudicaron aun más al garbanzo”, enumeró Vizgarra.

Todo esto derivó en pérdidas de hectáreas sembradas, que rondaron un 15%. “Algo bajo, si tomamos la cantidad de factores adversos. Pero se afectaron los rendimientos, que promediaron los 350 kilos por hectárea; sólo unos pocos lotes alcanzaron los 1.000 kilos por hectárea”, señaló.

En Tucumán se lograron unas 6.500 toneladas de garbanzo exportables, con calibres 7 y 8, con buena calidad, algo no esperado al momento de iniciar la trilla, después de ver como sufrió el cultivo. “Córdoba viene finalizando su trilla con mejores rendimientos, ya que las lluvias ayudaron un poco más que aquí, además de tener muchos lotes bajo riego. Tendrían unas 30.000 toneladas; y Salta, unas 10.000 toneladas, de calibre 7 y 8”, precisó. Para cerrar, sintetizó: “poca producción, con calibres bajos. El clima no acompañó al productor de garbanzo ni en Tucumán ni en las provincias vecinas”.