Reabrirán centros terapéuticos pero de modo regulado

Tras ocho meses de silencio, ayer, por primera vez, las autoridades del Comité Operativo de Emergencia (COE) consideraron el pedido de los centros de rehabilitación y de día para personas con discapacidad y decidieron su reapertura. No será en lo inmediato, porque todavía hace falta aprobar un protocolo sanitario que, según anticipó el subsecretario de Seguridad José Ardiles, saldrá de la unificación de las propuestas presentadas hasta el jueves. El viernes se dará una respuesta definitiva, dijo. Pero adelantó que la apertura de los centros será “de manera controlada y regulada”. Esto significa que no podrán ingresar a las sedes todos los pacientes de la misma forma que lo hacían antes de la pandemia, sino de acuerdo a una organización.

“Fue muy importante la reunión (de ayer) para poder avanzar”, dijo Ardiles. Se refería al encuentro que mantuvieron las autoridades del COE con funcionarios de Desarrollo Social de la Provincia y una comisión de la Cámara de Instituciones Terapéuticas y Educativas de Discapacidad (Cited).

“Se unificaron criterios y se marcó la necesidad de una pronta apertura controlada y regulada, a fin de que la gente por ansiedad no busque soluciones alternativas, que por lógica estén fuera de control. Se insistió en que esa apertura debe estar siempre sujeta a la responsabilidad y a la consciencia social. Quedamos en que nos enviarán nuevos protocolos de cada centro para reunirnos el viernes y cerrar esta situación de hecho muy sensible para las familias”, explicó.

A los centros de rehabilitación concurren 3.000 personas con discapacidad, entre ellos, 1.950 niños y adolescentes, según Gustavo Anastacio titular de Cited.

El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, que acompaña los pedidos de reapertura desde junio, celebró la decisión del COE. “Fue un año difícil para el mundo, la Argentina y Tucumán, y mucho más para las personas con discapacidad y sus familias. Si bien, el esfuerzo puesto desde la virtualidad fue enorme por parte de los terapeutas, las familias y los pacientes, hay una necesidad de presencialidad. Estos centros no son escuelas, los chicos no van en transporte público sino que la mayoría tienen trasportes especiales. Muchas profesiones independientes ya están habilitadas y trabajan en sus consultorios. Pero los centros del sistema aún no pueden atender de manera presencial. Por eso, en una etapa de más flexibilizaciones como ahora hay que dar la oportunidad a estos pacientes. A mí entender el acceso tendría que ser optativo, tanto para los dispositivos como para los concurrentes, y no debería ser una obligación”, opina. Su postura es tratar de que “las personas con discapacidad puedan rehabilitarse y estar cuidadas”.