09 Septiembre 2020
ARCHIVO LA GACETA
Los docentes autoconvocados del interior tucumano aseguraron que el 80 % de la población de estudiantes del nivel medio y terciario desertó este año del sistema educativo público.
Además estiman que en el nivel primario el porcentaje es mayor. Atribuyen este hecho no solo a la falta de conectividad, sino también a la carencia de acciones concretas de parte del Gobierno para solucionar los problemas socio-económicos que generó la pandemia en miles de familias.
También resaltaron la falta de compromiso de los padres. Los maestros y profesores dicen que si en un principio por aula tenían 40 alumnos conectados mediante celular o computadora, ahora apenas llegan a los ocho o menos.
“Esto es un desastre” sentenció el docente Gustavo Mahmud, referente de los autoconvocados. “Los mensajes contradictorios desde los ministerios de Educación de la Nación y la provincia sobre si se va a calificar o no, también influyó en el desánimo que se apoderó de padres y alumnos. Entonces se potenció el abandono de la educación” remarcó.
El profesor Julio Cruz admitió la preocupante situación coyuntural de la educación a causa de la pandemia y también sobre la necesidad de compromiso que ésta exige de parte de docentes, padres y alumnos. “A los estudiantes hay que buscarle la vuelta para tratar de recuperarlos. Hay que tener en cuenta que perdieron hábitos y disciplina en sus hogares. Algunos te mandan trabajo en la madrugada porque duermen durante el día” apuntó. “Hay padres que no saben nada si sus hijos están conectados o no” añadió.
Mahmud observó que principalmente en las zonas rurales, los comisionados comunales ni ninguna otra autoridad, “se preocupó desde un principio en garantizarles conectividad a los alumnos, al menos a través de wifi gratis, así puedan cursar este año” .
“Esta es una de las causas por la que hoy el nivel de deserción ronda el 80%. Es decir que solo un 20% de la población estudiantil está activa” precisó. Según Mahmud el grave proceso de deserción se fue profundizando con el paso de los meses. “En el primer trimestre se descubrieron grandes falencias en la conectividad y, a pesar de esto, muchos chicos se conectaron y respondían. En el segundo ya hubo alumnos que no se conectaban. Ahora se llegó al desastre” señaló.
“Lo que queda es recomendar a los chicos que hagan las tareas, completen las carpetas. Es lo único que le va a dar derecho el día de mañana a exigir que sea evaluado” destacó.
“El docente también debe asumir responsabilidades en esta situación. Algunos lo hacemos luchando para mantener el máximo posible de alumnos, a pesar de que fue lapidario el mensaje de que nadie va a pasar de curso”, concluyó.
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