El “caso Riestra” hizo postergar el “partido de los hinchas”

El caso de Riestra encendió las alarmas en La Ciudadela. En las últimas horas, la noticia de que jugadores del club porteño habían roto la cuarentena para entrenarse en el estadio ubicado en el Bajo Flores recorrió los principales medios del país. Las noticias sobre las durísimas sanciones que podría llegar a recibir por incumplir las medidas impuestas por el Gobierno nacional y atentar contra la salud pública crecieron a pasos agigantados. Y en San Martín abrieron los ojos bien grandes.

El partido de los hinchas estaba previsto para hoy a las 17.30. Se trataba de un encuentro virtual, en el que las imágenes históricas y las entrevistas a viejas glorias y a jugadores del actual plantel iban a estar a la orden del día. Los hinchas iban a seguirlo de cerca, pero vía streaming, porque el aislamiento social sigue estando firme en nuestra provincia. Pero claro, la idea de los organizadores era que La Ciudadela fuera el centro de la escena. Gran parte del contenido del evento iba a transmitirse desde el estadio y, en un momento en el que en AFA buscan culpables a quienes indilgarles las inexplicables decisiones que toman sus dirigentes, en Bolívar y Pellegrini decidieron prevenir antes que lamentar.

El grupo de organizadores recibió la noticia de que no iban poder filmar dentro del estadio y fue casi como un mazazo para ellos. Sin demasiado tiempo para buscar una nueva locación, decidieron postergar el “el partido de los hinchas” una semana más; para el domingo 14 a las 17.30.

“Estamos en un momento en el que no podemos cometer ningún error, hay que cuidar al club y ayudarlo en todo lo que necesite”, explicaron los organizadores.

Así, mientras esperan la respuesta de AFA al pedido de reconsideración, en La Ciudadela no quieren más problemas. Mucho menos después de ver el “caso Riestra”, en el que el “Blanquinegro”, un equipo cercano al poder de la mesa chica, quedó en jaque. Se habla de quita de puntos, de sanciones y hasta de la posible pérdida de la categoría. Por eso, en San Martín no quieren correr ningún tipo de riesgo.