Susana Santos: en cuarentena, la tecnología posibilita salir a escena

Susana Santos: en cuarentena, la tecnología posibilita salir a escena

La actriz tucumana cumple un aislamiento bastante movido. Una vida dedicada al Teatro Estable, a los grupos independientes y a la docencia universitaria.

ÚLTIMA OBRA. Susana Santos presentó “Taquicardia” junto a Elba Naigeboren, dirigidas por César Romero. ÚLTIMA OBRA. Susana Santos presentó “Taquicardia” junto a Elba Naigeboren, dirigidas por César Romero.
06 Junio 2020

Su trayectoria enlaza la academia, la actividad independiente y el Teatro Estable. Participó del germen artístico que significó el Teatro Universitario de la segunda parte de los 60 y luego se formó en el efímero Conservatorio Provincial de Arte Dramático, a principios de la década siguiente. En diálogo con LA GACETA repasa sus 35 años en el elenco oficial de la Provincia y su paso por las aulas de la Facultad de Artes de la UNT como docente.

La pandemia encuentra a Susana Santos en plena actividad y sumándose a las nuevas tecnologías. La última obra que la tuvo sobre el escenario fue “Taquicardia” y se gestó a partir de ensayos e improvisaciones. Dirigida por César Romero, subió a escena en 2018 junto a Elba Naigeboren, emblemática actriz del teatro tucumano que falleció en noviembre de 2019. “El año pasado teníamos la posibilidad de hacer una gira por el NEA, pero no llegamos a realizarla”, dice Santos con la tristeza contenida en la voz.

Sin embargo, con o sin pandemia, la actriz no pensaba replegarse y “Taquicardia” siguió latiendo. Fue vía Instagram, en “Microvivos. Menjunje de artistas en línea“, una iniciativa de Belén Ormaechea que ofrece acciones cortas de artistas de diversas disciplinas. “Esta vez representé un extracto de la obra, tratando de redondearlo a la escena porque, obviamente, necesitaba de mi interlocutora; por eso elegí algunos segmentos en los que actuaba sola”, refiere.

“La cosa es muy artesanal - agrega-, porque los artistas estamos en el living o en la cocina, iluminados por las luces sencillas de la casa. Pero es muy importante porque nos motiva a buscar qué podemos hacer y a solidarizarnos en esta circunstancia difícil. También a ayudar al otro que no hace teatro a hacer más llevadera la cuarentena”.

Doble trabajo

Santos cuenta que tuvo que ingeniárselas por un lado, con la tecnología y por otro, con la coherencia de las escenas. “Además, como quienes organizan son gente joven -eran alumnos míos en la Facultad- di algunos datos que a lo mejor no conocen”, señala.

“Nombro a Elba y a Nelson González, que ha sido tan buen actor. Por otro lado, al final de la escena mi personaje está perdido en el tiempo, y en un momento dado encuentra las cartas del (comisario Roberto) Tuerto Albornoz. Los jóvenes desconocen quién era, pero yo viví aquella época terrible”, añade respecto del accionar represivo del ex policía, condenado por violaciones a los derechos humanos.

Entre letras y teatro

Para Santos era ineludible referir en escena al Teatro Estable, cuyo elenco integró desde 1983 hasta enero de 2018. Al mismo tiempo fue docente en el Departamento de Teatro de la Facultad de Artes. “Enseñaba en tercer año la materia Historia de las Estructuras Teatrales, que tiene un nombre muy pomposo. En realidad -admite- tomaba teatro contemporáneo del siglo XX y analizábamos la estructura de algunas obras por autor (es imposible ver todas). Como soy profesora en Letras me resultaba muy fácil abordar los textos”.

Se había recibido en esa carrera cuando ingresó en el Estable: “a los 17 años entré a la Facultad de Filosofía y al mismo tiempo, a estudiar en el Teatro Universitario”. De allí salió un poco decepcionada y esperó hasta que abrió el Conservatorio.

“Terminé los cuatro años con el título de Intérprete y después me recibí en Filosofía y Letras. Cuando se abre un concurso en la Facultad de Artes me presento y lo gano. Al Estable ingreso a fines de 1982, cuando se abre una inscripción. Entramos sólo dos, Héctor Marcaida y yo, éramos los únicos que no habíamos trabajado antes en el elenco. Yo tenía antecedentes en el teatro independiente. Después, en 1986, se hace una prueba interna, con un jurado de Rosario; de Buenos Aires vino Tito Cossa, y por Tucumán estaba Jorge Alves. Algunos actores no se quisieron presentar. Aprobamos seis. Quedamos, entre otros, Jorge García, Rubén Andreo, Silvia Quintana y Pedro Sánchez, quien para mí fue el mejor actor de Tucumán y hasta hoy no hay quien lo iguale”, recuerda.

Acerc del Teatro Estable actual, Santos observa: “últimamente están haciendo castings para actores jóvenes, menores de 30 años. Llegará un momento en que se quedarán sin actores viejos porque los únicos mayores que quedan son García y Ricardo Podazza. Y mujeres no hay; nos jubilamos todas. Por eso en ‘Taquicardia’ hago una referencia”.

Del grupo que ella habitó accede a elegir las tres mejores obras montadas, y sin dudar nombra: “Antígona Vélez” y “Las criadas”, dirigidas por Jorge Gutiérrez; y “Calígula”, que montó Rafael Nofal.

Sin parar de actuar: proyectos y propuestas

Susana Santos no tiene tiempo de aburrirse en su casa durante la cuarentena obligatoria. A su intervención en las redes sociales  en “Microvivos”, suma en lo inmediato el llamado del grupo artístico que conduce Pablo Vera para trabajar en otra movida. Ha participado en una ambiciosa iniciativa-estreno de Federico Cerisola y también será parte de proyectos del Teatro Estable; entre otros, de la lectura e interpretación de relatos por parte de actores del elenco oficial del Ente Cultural de todos los tiempos.

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