Todo es historia: dos clásicos aniversarios para Gastón Stang

Todo es historia: dos clásicos aniversarios para Gastón Stang

A punto de cumplir 40 años, el héroe “decano” ante San Martín en 2011 sigue siendo recordado.

FESTEJO ICÓNICO. La “metralleta” de Stang luego del gol en 2011, mientras Enzo Maidana se sumaba a la celebración. FESTEJO ICÓNICO. La “metralleta” de Stang luego del gol en 2011, mientras Enzo Maidana se sumaba a la celebración.

Los aniversarios con fechas “redondas” suelen ser más llamativos. Más propensos a recordarse con el detenimiento que merecen. Quizás por eso haya pasado un poco inadvertido hace unas semanas el cumpleaños número nueve del agónico triunfo de Atlético sobre San Martín en el -todavía- último clásico que ambos equipos disputaron en el ascenso. No por eso debe dejar de recordarse y mucho menos si esa fecha está muy cerca de otra que sí es redonda: los 40 años de Gastón Stang, autor del gol en esa siesta de mayo de 2011.

Al defensor le cantarán los 40 pasado mañana, apenas unos días después de la otra efeméride. Podría hasta decirse que se trata de su otro “cumpleaños”. El 2 de junio de 1980 nació Gastón Stang en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El 8 de mayo de 2011 nació una especie de ídolo pasajero (estuvo una sola temporada) para el “Decano”. A las 15.45 de ese día, tras un tiro libre que habían preparado en la semana Luis Rodríguez y Diego Barrado y que el arquero de San Martín contuvo a medias, nació otro Gastón Stang. El que los hinchas de Atlético recordarán por siempre.

“La gente me amaba”, recuerda el aún platinado Stang, varios años después de ese gol que estampó un agónico 1-0 en el Monumental. Y lo siguen amando. Cuando el martes sople las 40 velitas de su torta, tendrá a su alrededor cientos de miles de hinchas “decanos” que lo acompañen en una fiesta que hoy no puede llevarse a cabo por la pandemia, pero que en el escenario virtual está sucediendo.

Actualmente, el jugador sigue en actividad. Hasta antes de la suspensión de todas las actividades deportivas por la covid-19, Stang estaba jugando para el club Monte Maíz, que participa en la Liga Regional Adrián Béccar Varela, en el interior de la provincia de Córdoba.

Especialista en clásicos

Si los 40 suelen obligar a un balance a cada persona, justamente Córdoba y Tucumán son lugares importantes en su vida. Antes de llegar a Atlético y de convertirse en un superhéroe superclásico, había hecho lo propio en Talleres. Un gol en un clásico ante Belgrano e incluso de la misma forma: “me quedó servida para empujarla. Yo jugaba de lateral derecho o de doble cinco en ese equipo, fue un partido que no voy a olvidar. Pero esas cosas me pasan, jugando en Atlético tuve una chance igual en el clásico ante San Martín”, recordó en el diario La Nueva Mañana. Claro, tras la jugada preparada entre el “Pulguita” y Barrado y el rebote del arquero Julio César López, Stang sólo tenía que acompañar la pelota al arco. Lo mismo le pasó en Córdoba.

Pero no sólo la forma de sus goles se parecían. Stang y sus goles tenían una cuestión de fondo: los rivales. Así como le hizo goles a San Martín jugando para Atlético y a Belgrano jugando para Talleres, les hizo también a Chacarita, jugando para Tigre; y a Deportivo Italiano con la camiseta de Deportivo Español, otros dos clásicos y de los importantes en el ascenso de Buenos Aires.

ACTUALIDAD. Con casi 40 años, juega en Monte Maíz, un equipo de la Liga Regional de Béccar Varela (Córdoba). ACTUALIDAD. Con casi 40 años, juega en Monte Maíz, un equipo de la Liga Regional de Béccar Varela (Córdoba).

“No quiero que me tilden así, simplemente se dio”, le dijo a LG Deportiva en su momento. No quería ostentar más de lo que él cree tener cuando juega estos partidos importantes, pero la realidad indica otra cosa.

Una engañosa publicidad le hacía su temperamento fuera de las canchas. Se lo veía siempre relajado, jugando bromas con todos y hasta disfrutando quizás demasiado de la noche y sus opciones. “No puedo mentir, salíamos de vez en cuando”, reconoció sobre su paso por Córdoba. Sin embargo, cuando el partido empezaba, la cosa cambiaba.

“Quizás ustedes me vean muy bromista en las prácticas, pero cuando entro a la cancha me transformo. Veo al rival y es como que siento que me quiere sacar la plata de mis nenes, mi ilusión. Y no, nadie me va a hacer eso”, llegó a decir. Se tomaba muy en serio su profesión de futbolista así como la de repositorio de neumáticos, cuando tenía 16 años. En Villa Luro trabajaba en una fábrica de ruedas mientras se entrenaba en Español.

Stang en Malasia

Se tomó aún más en serio su carrera cuando vio que le podía dar un mejor pasar económico. De hecho, en 2004 jugó en Malasia para Kedah FA. “Hacía un calor impresionante, 40 grados todos los días aún en invierno”, recuerda. Era uno de varios sacrificios que tuvo que hacer en Asia. La comida era un problema también. “Todas las vacas eran flacas, no se las mataba porque era sagradas. Vos te reís pero no comíamos carne”, agrega.

No le causaba ninguna gracia estar tan lejos de casa pero era lo que le permitía mantener a su familia en ese momento. Tampoco le causaba gracia perder, obviamente, y su historial en los clásicos así lo demuestra. Ni hoy, con casi 40 años, ni en 2011 cuando ayudó a ganarle a San Martín, ni nunca.

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