Por Ana Daneri
11 Abril 2020
EXPERIMENTAL. Steven Soderbergh rodó “Perturbada” con un smartphone. El resultado es bueno.
BUENA
PELÍCULA / POR AMAZON PRIME
Se lo conoce como un realizador prolífico, pero sobre todo como un vanguardista en el campo de la experimentación. Tiene la suficiente espalda espalda para eso, al cabo del Oscar al Mejor Director que conquistó en 2000 (por “Traffic”); de la Palma de Oro en Cannes (“Sexo, mentiras y video”, 1989); de numerosos éxitos de taquilla, como la saga de “Ocean’s Eleven”; y de varias caricias de la crítica (“Erin Brokovich”, 2001; “Solaris”, 2002; “Contagio”, 2011). Está claro que Steven Soderbergh puede hacer lo que quiera.
Eso es exactamente lo que hizo en “Perturbada” (Unsane), rodada en 2018 y ahora estrenada por la plataforma de Amazon Prime Video. La novedad: al igual que su sucesora “High flying bird” (disponible en el catálogo de Netflix) está íntegramente filmada con un smartphone.
“Perturbada” deja la sensación de ser un ejercicio propio de un estudiante de cine: sucia, oscura y armada en una sucesión de planos gran angulares. Sin embargo, para el espectador que no tiene idea del dispositivo utilizado para la filmación lo que se transmite es un extrañamiento asfixiante que acompaña el film.
La historia sigue a Sawyer (Claire Foy, la reina en las dos primeras temporadas de “The Crown”), quien luego de ser víctima de acoso durante dos años se muda de ciudad para empezar de nuevo. Perturbada por el trauma que le generó esa experiencia decide consultar con un especialista y, luego de firmar unos papeles -sin leerlos- termina internada contra su voluntad en un psiquiátrico. Allí, el hombre que la perseguía reaparece como uno de los enfermeros.
La trama, que bien podría resumirse en “estoy cuerda pero nadie me cree”, es la de un thriller psicológico que abre muchas aristas: conspiraciones entre hospitales y aseguradoras, la locura y un asesino en serie.
Con el antecedente de películas como “La isla siniestra” (Martin Scorsese, 2010), todo el tiempo se aguarda el giro de tuerca. Sin embargo, Soderbergh avanza sin demasiados rodeos y por momentos “Perturbada” parece filmada en los años 70, como un homenaje clase B a Brian De Palma. Las actuaciones, aunque buenas, están subidas de tono y los efectos visuales son deliberadamente ordinarios. La música minimalista interviene en pocos momentos y la fotografía es excesivamente cálida, tanto que parece no tener postproducción. El guión, si bien toca temas de actualidad como el acoso, no se detiene ahí y busca jugar más con la experimentación formal y el género. Así y todo, se puede encontrar sentido en la desprolijidad. Al cabo, la experiencia de 98 minutos resulta intensa y entretenida, más allá de la resolución sin sorpresas.
Entre la fertilidad de un director como Soderbergh seguramente “Perturbada” no destacará entre las mejores. Incluso “Efectos colaterales” (2013), de su propia filmografía, trabaja mejor este género. Sin embargo, entre tantos estrenos intrascendentes del streaming, vale la pena darse una vuelta por la obra de un director que nunca deja de experimentar.
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