Clan Toro: el polémico juicio que terminó en condena

Clan Toro: el polémico juicio que terminó en condena

EN VILLA 9 DE JULIO. Martín Toro le explica a los jueces el lugar donde hacía riñas de gallo en su casa. EN VILLA 9 DE JULIO. Martín Toro le explica a los jueces el lugar donde hacía riñas de gallo en su casa.
07 Marzo 2020

Las jornadas posteriores fueron tensas y complicadas. Los acusados, recurrieron a una sola estrategia defensiva: cuestionar el procedimiento. “Dejen de molestar. No quiero que me saquen fotos porque yo no tengo nada que ver con el asunto. Siempre me porté muy bien”, le dijo Margarita Toro al periodista de LA GACETA antes de intentar agredir al fotógrafo que quería retratarla. Minutos después, en enero de 2009, “La Jefa” se enteraría que la Justicia Federal la había imputado varios delitos vinculados al tráfico y comercialización de drogas.

El juicio en contra de los miembros del clan se desarrolló en tiempo récord, ya que comenzó 14 meses después de que se concretaran sus detenciones. Los defensores dijeron que esa velocidad era la prueba más clara de que había una orden de acabar como sea con el grupo. “Siempre hubo una persecución en contra de esta familia. La primera condena que recibió fue por tener un gramo de cocaína”, explicó Ricardo Fanlo, representante legal de los Toro.

Sólo dos de los mencionados en la causa no estuvieron en la audiencia. Daniel “El Rengo Ordóñez” Tévez que no pudo terminar de ser investigado por haber sido asesinado en marzo de 2009 y Joana Toro, la menor que había sido detenida, porque se quitó la vida antes de que comenzara la audiencia. Sus allegados dijeron que esa fue la consecuencia de la persecución policial que sufrió, pero en el barrio aseguraron que se suicidó cuando sufría un cuadro de abstinencia.

Durante las audiencias pasó de todo. La mayoría de los acusados argumentaron que les habían armado la causa o que la droga que le secuestraron era para consumo personal. “Fui consumidora, pero ya estoy recuperada”, reconoció “La Jefa” ante los jueces. “Maño” Toro, en cambio, fue el único que rompió el libreto: “Lo único que sé hacer es vender drogas; no tengo ganas de vivir”.

En el juicio, los policías se encargaron de explicar cómo era el mecanismo que utilizaba la organización. Según los investigadores, “La Jefa” traía la cocaína desde Bolivia y la marihuana desde el Litoral, la estiraba, fraccionaba y la distribuía en los quioscos que tenían sus familiares en Villa 9 de Julio y en los de “El Rengo Ordóñez” en La Costanera. Esa fue la hipótesis que generó polémica en el debate.

Una de ellas fue cuando se produjo un contrapunto entre el abogado Manuel Pedernera, y el subcomisario Jorge Nacusse, uno de los jefes de Inteligencia de la Dirección General de Drogas Peligrosas. El oficial, que llegó a ser jefe de esa unidad, había detallado que ellos no podían hacer vigilancias demasiado largas, ya que enseguida eran descubiertos por los soldaditos del grupo: “En todas las esquinas hay satélites, vigilantes o campanas”, destacó. “¿Y cómo sabe usted que eran campanas? ¿Acaso los identificó?”, le preguntó el defensor. “Sí, doctor, me le paré al lado, saqué la identificación, le dije que era de la Digedrop, y le pregunté ¿usted es campana?”. Hasta los jueces se rieron con la respuesta.

En medio del debate, y por pedido de uno de los imputados, los jueces Gabriel Casas, Carlos Enrique Jiménez Montilla y María Alicia Noli aceptaron hacer un recorrido por algunas de las viviendas de los acusados. La presencia de los magistrados generó un revuelo en Villa 9 de Julio. La medida se concretó en la calurosa siesta del 30 de octubre de 2010. Martín Toro, que se dedicaba a la cría de gallos de riña, les mostró que en el fondo de su casa había un lugar reservado para que las aves se pelearan, actividad que hoy está prohibida en la provincia. “Y aquí venían muchas personas a ver las riñas. También jueces y abogados”, dijo el acusado sonriendo.

Los acusados terminaron siendo sentenciados. “Maño” Toro fue quien recibió la pena más alta (siete años y medio), seguido por su hermana Margarita (siete). A ambos los declararon reincidentes, por lo que debieron cumplir la pena sin beneficios. Ana Verónica, Verónica Paola (hija de “Maño) y Martín Toro recibieron seis años. Juan Enrique Díaz, Walter Sandoval, Julio Martínez y Javier Aguirre fueron condenados a cuatro años de cárcel. Marta Ligerón fue absuelta. “La Jefa”, que escuchó la sentencia de pie, sólo atinó a decir “chau” cuando escuchó el fallo. Luego fue trasladada a la Comisaría de la Mujer.

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