06 Marzo 2020
“El único contacto que tengo con ella es por el hijo en común que tenemos”, le dijo a LA GACETA Daniel “Rengo Ordóñez” Tévez en enero de 2009. A los pocos días de la detención de Margarita Toro, se despegó de su ex mujer. Sabía que la Policía había realizado varios allanamientos en Villa 9 de Julio buscando droga en la casa del grupo, pero también conocía que el juez Daniel Bejas había ordenado que lo detengan donde fuese encontrado.
Tévez negó varias veces estar vinculado con su ex en la comercialización de drogas. “Todos podemos cometer errores en nuestra vida. Yo tuve un problema y no me gustaron las consecuencias. Sé que es feo, y no voy a pisar esa brasa de nuevo porque sé que me va a lastimar. Vivo honestamente de lo que gano con taxis y con el alquiler de mi galpón”, declaró en esa oportunidad.
PIEZA CLAVE. Daniel “Rengo Ordóñez” fue asesinado en marzo de 2009.
Sin embargo, “El Rengo Ordóñez” protagonizó un insólito incidente a los pocos días de haber realizado esas declaraciones. Se presentó en Tribunales Federales cuando “La Jefa” fue llevada a declarar. Agredió de un cabezazo a uno de los custodios de la mujer y pasó varios días encerrado por el hecho. Él dijo que había concurrido a hacer un trámite personal (estaba presentando un hábeas corpus para evitar ser detenido) y que el efectivo se había burlado de él. La explicación oficial fue que Tévez había pretendido hablar con su ex sobre la causa y, como se lo impidieron, reaccionó así de la peor manera.
Ocho disparos
Algunos allegados de la pareja dijeron que esa fue la última vez que se vieron cara a cara. La vida del hombre que fue acusado de introducir el paco en La Costanera se apagó dos meses después de ocho disparos.
El esposo de la mujer que mantenía una relación clandestina con Tévez lo esperó y lo acribilló a muy pocos metros de su casa el 21 de marzo de 2009. El homicida, aunque parezca mentira, huyó caminando a la par de la bicicleta que se le averió después de haber cometido el crimen. No le quedó otra que escapar caminando. Nadie se atrevió a decirle ni una palabra después de que asesinara a uno de los hombres más temidos del barrio.
Nilda “La Cabezona” Gómez, que está siendo enjuiciada por dirigir una organización narco, era la confidente de “La Jefa” en el penal de mujeres. Ella confió que Margarita lloró al enterarse de la trágica noticia.
La otra relación
Pero “El Rengo Ordóñez” no fue el único amor de Toro. Patricio “El Negro” Bellido aparece como el otro hombre que estuvo relacionado sentimentalmente con “La Jefa”. Hasta antes de que se pusiera de pareja, sólo había sido acusado de delitos contra la propiedad, pero después comenzó a recorrer los caminos del narcomenudeo. Creció en Las Talitas, que limita con Villa 9 de Julio. Hasta allí habrían extendido sus dominios los Toro.
Esa sospecha se agrandó cuando en diciembre de 2017, personal de la Dirección General de Drogas Peligrosas desarticuló un “quiosco” de venta de drogas. Ese punto de comercialización, según la investigación, era dirigido por Andrés “El Mocho” Bellido, hermano del “Negro”. Él, su esposa, identificada como “La Cabra Loca” y su hijo, un tal “Rafa” fueron procesados por la Justicia Federal por comercialización.
DE ARMAS LLEVAR. Patricio “El Negro” Bellido se encuentra detenido.
El cuñado de Margarita recuperó la libertad un año después, ya que se habían vencido los plazos de la prisión preventiva y no había sido enjuiciado. “El Mocho” fue detenido el año pasado en Corrientes, acusado de trasladar 120 kilos de marihuana que, en principio, los debería haber trasladado a nuestra provincia. Los investigadores sospecharon que esa podría ser una carga del clan Toro, pero nunca llegaron a probar esa teoría.
“La Jefa”, mientras tanto, aclaraba públicamente que ella ya no estaba unida sentimentalmente al “Negro” y que tampoco tenía ningún tipo de contacto con el detenido en el litoral.
Patricio Bellido, mientras tanto, estaba encerrado en un calabozo por una causa (tentativa de homicidio) que tuvo repercusión nacional. En septiembre de 2019 fue filmado disparando una pistola ametralladora junto a Maximiliano “Maxi Toro” Martínez en una de las tantas batallas que protagonizaron contra el clan Carrión en Villa 9 de Julio.
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